El sentimiento e historia que regresó a los pastos del Nelson Oyarzún
ÑUBLENSE. Jugadores emblemáticos que dieron vida a las pretéritas epopeyas diablas se reunieron en el primer acto oficial del centenario.
Apenas se veían, se saludaban y se fundían en un abrazo eterno en el cual los recuerdos y la mirada cómplice brotaban de manera espontánea. Posteriormente giraban la cabeza hacia una remozada cancha que los vio escribir su historia ligada al Rojo de Chillán.
Uno a uno fueron llegando los cerca de 20 homenajeados, jugadores de Ñublense que jugaron entre 1916 y 1976 y que en el marco de centenario del club fueron los encargos de escribir las primeras páginas de la entidad local.
La jornada que organizó el Club Atlético Ñublense y que ejecutó en pleno el comentarista radial, Nelson Valladares, comenzó con un desayuno en el estadio Nelson Oyarzún, para luego almorzar en San Carlos y terminar con una cena en la Sociedad de Empleados de Comercio.
"Para mi el homenaje es una sorpresa, estoy agradecido que se hayan acordado de mi, ya me hice un chillanejo más porque mi esposa y mis hijos son de acá y si bien vivo en Santiago vengo todos los años acá", expresó, Bernardo "Pinina" Andrade, puntero que fue campeón con Ñublense en 1976, a la postre el único equipo que ha levantado una copa en el fútbol profesional.
"Ese plantel se formó en base a varios jugadores argentinos que llegaron ese año, más los que llegaron de Santiago y no se puede olvidar al técnico que llegó que era especialistas en ascenso. La clave de ese año fue que se formó un buen plantel, más el apoyo de la gente que siempre iba al estadio y nos alentaba mucho, eso nos dio ánimo para seguir peleando. La barra del mercado era muy entusiasta y nos alentaba en las buenas y en las malas y cuando digo en las malas me refiero a 1974 cuando Ñublense estuvo a punto de desaparecer y la gente ayudaba, pero luego se formaron buenos planteles y llegamos a Primera", agregó.
La impenetrable defensa chillaneja campeona de 1976 se reunió en pleno: Mario Cerendero, Germán Rojas, Manfredo González y Felimón Contreras.
Manfredo, quien jugó en Ñublense entre 1975 y 1976 expresó que "estaba conversando con Germán Rojas y Mario Cerendero y nos estábamos acordando de cuando sentimos que podíamos ser campeones y fue en el partido que empatamos con Magallanes cuando íbamos perdiendo 2 a 0 en Santiago. Quedaban pocos minutos y vienen dos tiros seguidos a favor nuestro, Sergio Pérez hizo el primero y luego Víctor Ulloa, en ese gol el arquero de Magallanes manoteó la pelota hacia arriba hasta tres cuartos de cancha y Ulloa anticipa ese balón y empatamos. Nos dimos cuenta que estábamos con las ganas y la suerte para ser campeones", dijo sobre los archivos de la campaña de 1976.
"Me acuerdo del partido que le ganamos a O'Higgins por 1 a 0 y cuando jugábamos los descuentos salvé un balón de la raya en el arco que estaba en el sector cordillera. Fue un tiro de esquina, salió Antonio Muñoz a cortar un centro y hasta el arquero de ellos se fue en contra de nuestro arco. Tuve la suerte de sacar la pelota de la raya, pero la tiré hacia arriba y el árbitro termina el partido", agregó.
Víctor Ulloa, autor del gol que relató González, también llegó hasta el salón vip del Nelson Oyarzún. "Fue un gol que a uno lo marca y siempre lo recuerdo, cuando e topo con alguien de mi edad me lo recuerdan, ya que mantuvimos la punta. En ese tiempo se jugaba mucho por amor a la camiseta, cobrar el sueldo no era importante", recordó.
González también fue técnico de Ñublense y uno que estuvo a punto de bajar a Cuarta División en el 2001. "Eso es parte de esta profesión, son las cosas que tiene el fútbol. Ese año me fueron a buscar a Concepción para tenderle una mano y lo hice más que nada por cariño al club. Tuve que echar seis jugadores que no estaban haciendo bien las cosas".
Mario Cerendero aportó que "hay situaciones puntuales que motivan a hacer esfuerzo y ver a tanta gente con la cual uno compartió es muy importante. Ahora recién vi la estructura y todo está muy bonito, pero no es la cancha que nosotros teníamos que era una belleza".
La lista de jugadores la completaron Carlos Martínez, Luis Venegas, Julio Iturra, Luis Venzano, Manuel Salazar, Eduardo Cortazar, Rómulo Oses, Miguel Durán, Manuel Salazar, Julio Núñez y Luis Venegas, los cuales tras recorrer Ñuble y el nuevo estadio dejan en claro que Ñublense los marcó para siempre.
Los recuerdos no se restringen solo a los jugadores citados, ya que el 12 de agosto se reconocerá a los jugadores desde 1977 a 1985, el 12 septiembre a aquellos que jugaron entre 1986 al 2000 y el 23 de septiembre a quienes dejaron huella del 2001 al 2016.
Ñublense 1976