Ayer recordé a mi padre y me emocioné. Miré hacia los lados y encontré también ojos llorosos, brillantes, nostálgicos. Es que somos muchos los que recordamos a nuestros antepasados cuando vimos el nuevo Teatro Municipal de Chillán... ¡por fin terminado!
Mi padre, catedrático en Historia, siempre nos habló en casa del terremoto de 1939 y de la acción encabezada por el Presidente Pedro Aguirre Cerda para recuperar Chillán. Acción decidida de aquel Mandatario que no sólo la transformó en la reconstrucción de Ñuble, sino en el detonante del desarrollo de todo el país. Recuperar la extensa zona de la tragedia, proyectando ese esfuerzo más allá de las fronteras del dolor, avanzando por los campos de la esperanza.
Para realizar la reconstrucción, creó la CORFO, entidad madre del desarrollo nacional. De allí surgieron la Sociedad Abastecedora Minera, Electromat SA., la Compañía de Acero del Pacífico (CAP), Laboratorio Chile SA., Industria Nacional de Neumáticos (Insa), Manufacturas del Cobre (Madeco), la Empresa Nacional del Petróleo (Enap). O sea, la bandada de hijos pródigos para que Chile creciera.
En Chillán proyectó además, levantar los edificios que circundan la Plaza de Armas, para albergar los estamentos públicos y la cultura. Pero su anhelo quedó trunco. Porque otras circunstancias desviaron los fondos y prioridades necesarias, quedando inconclusa la esquina de Dieciocho con Constitución.
Pasaron los años. Vinieron esfuerzos de muchos, pero resultaron insuficientes. La esquina siguió sin definirse. A pesar de aquello, los talentos culturales siguieron surgiendo como tierra pródiga. Y todos se fueron a otros lugares, buscando escenarios y centros formativos suficientes.
Ayer vimos culminarse parte de aquel sueño. La porfiada constancia de un Alcalde dio sus frutos y se nos abrieron los corazones al recuerdo de los que no están y de las esperanzas que se llevaron en las almas. Y al ver hoy concluida parte de la gran obra soñada tras la debacle, la interpretamos como el gran monumento a nuestros mártires, el eslabón que va cerrando la cadena del recuerdo, esa llama que quema el alma chillaneja con la imagen del pasado.
Entonces alzamos la vista hacia el futuro cuya senda se ilumina desde el faro de Dieciocho con Constitución. Desde el Teatro Municipal ya terminado. Digno escenario por donde desfilarán nuestros talentos hacia la conquista de la gloria y del honor de nuestra tierra.
Miguel Ángel San Martín Periodista.