Después de profundos estudios, análisis y reflexiones, que les demandaron más de dos años, los dirigentes de la Nueva Mayoría concluyeron que, en los meses que vienen deben iniciar una "una nueva etapa", concentrada en responder a las preocupaciones ciudadanas en justicia, seguridad, educación y salud. Todo indica que sus sociólogos, antropólogos, cientistas políticos, directores de centros de pensamiento, etcétera, deben haber sido internados en lujosas clínicas (porque no están en Fonasa, y menos van a los hospitales), a fin de que se recuperen del intenso dolor de cabeza colectivo que sufrieron para realizar este inmenso e "histórico" "hallazgo". ¡Y eso que se les escapó la corrupción!
Si las cúpulas, en lugar de sesudos estudios, hubieran abandonado sus cómodos escritorios, salido a la calle y preguntado a la gente, sin duda habrían ahorrado energías y tiempo. Bastaba con sencillas consultas. Por ejemplo: ¿Cree usted que hay que reformar la Contraloría o mejorar las leyes para perseguir y sancionar delincuentes? ¿Piensa que es más importante investigar las teorías políticas de moda y hablar de la "praxis", que resolver los problemas de los hospitales, el AUGE, los consultorios y la salud pública en general? ¿En educación hay que preocuparse de las protestas callejeras y ocupaciones de colegios, que de enseñar y extender el año escolar hasta enero?
En seguridad ciudadana, sin duda es mucho más urgente contener la delincuencia desatada que analizar una reforma municipal. Asimismo, cambiar la perversa "nueva justicia", que da más garantías a los delincuentes que a las víctimas. Terminar con la burocracia de las fiscalías, abrumadas de trabajo y con exceso de informes "sin resultados". Aumentar las dotaciones policiales y darles efectiva autoridad, en lugar de dar más y dudosas atribuciones a los inspectores municipales, los que se convirtieron en una policía comunal de hecho. Cuando los niños de 12 a 14 años portan armas de fuego y hieren o matan gente, ¿hay que ponerlos bajo custodia del papito y mamita que los formaron?
La gente está cansada, lo que se refleja en las encuestas. Tiene toda la razón el expresidente Ricardo Lagos Escobar cuando denuncia que Chile está viviendo una intensa crisis institucional. Como no soy político, salgo frecuentemente a la calle. No vivo de la teoría ni de la dieta, sino de la vida real. No cobro millonaria pensión en Gendarmería ni en ninguna otra institución. Sólo trabajo y hablo con el prójimo. Y no me gusta lo que escucho. Chile es hoy una larga y angosta faja de quejas: inseguridad, injusticias al por mayor, cesantía, incertidumbre laboral, abusos de los poderosos, sistemas mal concebidos, etcétera. La lista cansa y se hace cada vez más larga.
Si los "señores políticos", no importa de qué sector, salieran más continuamente a la calle, vieran, preguntaran y conversaran con la gente, sin duda no habría necesidad de tanto estudio sesudo. Así, las clases dirigentes e investigadores adjuntos podrían asumir al extenso listado de reclamantes en que hoy se convirtió nuestro país.
Raúl Rojas, Periodista y Académico.