Inmortalizaron su voz en el micrófono siguiendo los pasos de los Diablos Rojos
La radio en Chillán nace en la década de los 30 y en materia deportiva envía sus primeras señales al aire en 1959, cuando Radio Ñuble pone en escena el programa Antena Deportiva.
De la mano de aquellos trabajos con cables, grabadoras con cintas y micrófonos, nacen nombres como los de Orlando Villamán, Héctor Luis Cáceres, Jorge Antonio Quijada y Oscar Navarrete.
Sin duda que son muchos los nombres y programas que ha seguido aquel legado, sin embargo, reconocer a los próceres de los relatos y las transmisiones deportivas es menester en el centenario de Ñublense, ya que precisamente el trabajo de estos Quijotes de las radios va de la mano del equipo de los Diablos Rojos.
Uno que se roba la atención es Orlando Villamán, quien puede ser considerado el padre de las transmisiones de los partidos de Ñublense. Sus primeros pasos los dio en Radio Ñuble, estación a la cual arribó tras vivir su juventud en Santiago y con todo el vigor de sus 20 años no dudó en dar vida a las transmisiones de los partidos del Rojo a la par que el equipo se sumó al profesionalismo en 1959, tirando cables desde la Radio Ñuble que estaba en avenida Francia, hasta el estadio Seminario, donde el Rojo las oficiaba de dueño de casa.
Actualmente el ícono de las radios chillanejas es víctima de un alzheimer, sin embargo, su nombre es sinónimo de gestión y relatos cargados de anécdotas, como aquellas en la cual los metros de cable no le alcanzaron para llegar al estadio y le pidió a un par de hinchas que levantaron la mano derecha para cuando atacara Ñublense. Imposible no citar cuando se hizo pasar por funcionario de la compañía de electricidad para usar el teléfono de una casa en Puente Alto en los años 60', cuando el Rojo jugaba contra Iberia.
Muchas son las historias que se cuentan sobre Villamán, unos dicen que transmitió partidos sin verlos, pero ¿qué opinan quienes conocen a este hombre ya retirado de las comunicaciones?.
"Empezamos a trabajar juntos en 1972 y me acuerdo que me pidió que lo acompañara en una radio que se llamaba Los Héroes para hacer una transmisión en el estadio de San Eugenio, en un partido de Ñublense contra Ferrobádminton", rememoró Andrés Garrido.
Garrido también recordó un día en el cual viajaron a transmitir un partido entre Ñublense y Ovalle, y en un restorant se encontraron con Sergio Livingstone. "Este famoso arquero conocía al Loco y lo saludó súper bien, almorzamos y cuando nos llegó la cuenta le dijo que nosotros éramos empleados de Sapo y que la cuenta la pagaba él, se reía de una manera y Lucho Venzano se enojaba por eso".
En otro viaje para cubrir los partidos de los Diablos Rojos, los chillanejos se enfrentaron a San Antonio y los ases del micrófono almorzaron a orilla de playa. En el lugar se desarrollaba un Campeonato Mundial de Caza Submarina y como el representante de Uruguay, a quien llamaban una y otra vez por altoparlantes no aparecía, Villamán se hizo pasar por el deportista.
Julio Fernández, quien también trabajó con el aludido en la extinta Radio Central, relató que "muchas veces las transmisiones las hacía en condiciones completamente adversas".
"Una vez transmitió que Ñublense había ganado y el partido se suspendió por mal tiempo, otra vez Ñublense jugaba en Temuco y llovía torrencialmente y no alcanzaron a llegar al estadio", agregó.
Óscar Navarrete Bustos, quien falleció en junio del 2013 producto de una leucemia, también merece su espacio. Junto a Sergio Zarzar, Alejandro Carrasco y Eduardo Torres, los que dieron vida a un importante programa, pero el dueño del relato fue Navarrete.
Antes de emprender rumbo al cielo, se sumó a las labores de locución en la Municipalidad de Chillán para también ser la voz oficial del Estadio Nelson Oyarzún, anunciando los cambios de los equipos, el público asistente y el tiempo extra que indicaba el juez del encuentro.
En este breve listado es imposible no dedicar algunas líneas a Jorge Antonio Quijada. El relator de Radio Ñuble e Isadora arrancó en el micrófono en los 70' para inmortalizar un eterno y electrizante grito de gol para rematar en su época postrera con el "lindo, lindo, lindo".
"Si hubiésemos tenido las comodidades comunicacionales de ahora, Villamán le hace negocio al Diablo, era muy astuto, un poco pillín también". "A veces andaba sin nada y otras veces con dólares".
Andrés Garrido."