El Diablo dejó escapar el festejo cuando el partido agonizaba
ÑUBLENSE. En su visita a San Felipe, el equipo de Pablo Abraham no hizo un buen encuentro, pero hasta el minuto 94 ganaba por 1 a 0. Eso, hasta que llegó la paridad de los locales.
Ñublense no jugó bien, pero el fútbol no sabe de merecimientos y fue así como en su visita ante San Felipe casi se trae los tres puntos de no mediar por el gol en los descuentos de los locales que sentenció un empate a uno.
La primera mitad del partido fue simplemente para los bostezos. Si alguien de San Felipe fue al estadio tras una extenuante jornada laboral, es muy probable que se haya quedado dormido producto del juego displicente y errático de ambos equipos.
Desde la perspectiva de Ñublense cabe destacar que careció absolutamente de profundidad y que lejos de mostrar el eventual avance en la propuesta futbolística de la cual hablan jugadores y cuerpo técnico, claramente hubo un retroceso.
Ñublense tuvo quince días para planificar el partido y en el primer tiempo eso no se notó, ya que simplemente se apostó al inútil pelotazo desde el fondo saltándose el mediocampo, mientras que los receptores de esos balones no tenían la capacidad para aguantar la pelota, girar y tratar de encarar, fórmula que era la única para llegar al arco contrario, ya que ni pensar en jugadas urdidas.
Menos pensar en las individualidades y fue por ello que los defensores tuvieron una tarea sencilla al rechazar los balones frontales, mientras que los arqueros fueron meros espectadores.
Por parte de San Felipe, la única diferencia fue que mostró un poco más de movilidad en sus jugadores, pero nada más. Las exclusivas aproximaciones de los dueños de casa fueron obra de un par de tiros de media distancia y por parte de Ñublense, recién a los 43 minutos tuvo un centro corto por parte de Luis Flores desde el sector izquierdo que dejó sin marcar a Lucas Triviño, que a la entrada del área chica golpeó el balón con total falta de convicción. A la postre la mejor ocasión de los primeros abúlicos 45 minutos.
En el complemento las acciones no mejoraron mucho, pero lo atractivo del fútbol es que no sabe de merecimientos y cuando el talento no aparece hay que aprovechar los errores del rival y los momentos a favor.
Y fue eso lo que hizo Ñublense. Cuando el partido parecía sentenciado a una pálida paridad, a los 76 minutos llegó un nuevo saque largo desde el fondo, los mismos que antes fueron inútiles, que alcanzó a desviar José Torres para que Lucas Triviño tomara el balón desde la izquierda del ataque diablo y entrar con balón dominado, y con un tiro rasante y potente decretar el primer gol del encuentro.
Con la ventaja en las manos, Abraham sacó parte de los hombres de ofensiva, San Felipe tomó un segundo aire y en el minuto 94 Brayan Valdivia aprovecha un largo centro desde las izquierda y con golpe de cabeza decretó el empate final que dejó con una sensación de amargura a los chillanejos.
"Es lamentable, teníamos el partido asegurado", fueron las breves, pero descriptivas palabras de Luis Flores.
Eduardo Vilches agregó que "el partido estaba casi cerrado, pero esto es fútbol y teníamos que estar concentrados los 90 minutos, nos vamos amargados, el partido fue trabado, la ocasión que tuvimos lo anotamos, pero no la supimos aguantar".
Lucas Triviño, el goleador del plantel con cuatro conversiones, opinó en la misma línea de sus compañeros. "De la manera en la que nos empataron duele, pero ahora hay que pensar en La Serena".
José Rojas, el capitán de los Diablos Rojos, expresó que "la entrega del equipo fue total, pero da rabia que todo el esfuerzo que se hizo se empaña por un error que cometimos".
El técnico de Ñublense, Pablo Abraham, sentenció que "estamos con bronca e impotencia porque fueron jugadas pequeñas las que marcaron la diferencia".
El domingo Ñublense recibirá a La Serena en el estadio Nelson Oyarzún, escenario en el cual se mantiene invicto.
Lugar 7°
Ostenta Ñublense en la tabla de posiciones tras sumar nueve puntos en siete fechas. 15.30