Ya se recogen críticas de un sector de la Nueva Mayoria, a un proyecto de Ley de Presupuesto 2017 que estiman pobre y poco favorecedor para un año de elecciones. El aumento de 2,7% del gasto que se propone para el próximo año, es efectivamente un triunfo del Ministro Valdés, cuya gestión está concentrada en contener el déficit fiscal. Y contrasta con el discurso autocomplaciente que dio la Presidenta Bachelet para presentarlo en cadena nacional.
Primero, la Presidenta se muestra complacida del camino que sigue hoy Chile: "Mi Gobierno está llevando adelante un trabajo responsable y persistente para acercarnos a un objetivo claro: mejorar la vida de las mujeres y hombres de Chile".
Justamente porque el primer Gobierno de la Nueva Mayoría ha persistido en malas reformas y se ha negado a cambiar el rumbo equivocado que sigue Chile, el del 2017 será el Presupuesto más pobre desde el año 2003. Gobiernos que estimulan el crecimiento económico, le ofrecen a los chilenos Presupuestos generosos, que mejoran sustancialmente sus condiciones de vida. Gobiernos mediocres, durante los cuales se deterioran fuertemente la economía y el empleo, ofrecen presupuestos mediocres. Mientras las dos administraciones de Bachelet han gastado por encima del PIB, la administración de Sebastián Piñera se mantuvo siempre con un gasto importante, pero por debajo del crecimiento, porque Chile crecía al 5,3% (promedio).
Hasta junio de este año, la deuda pública alcanza los US$50.570 millones, con dos registros históricos: el mayor monto de la deuda en la historia y el nivel más alto como porcentaje del PIB, desde fines de 1994. El dato es relevante especialmente tras conocerse el proyecto de Ley de Presupuesto 2017, que debería proponer un aumento del gasto en un rango de 2,7% y apuntar a la reducción del déficit.
El gobierno presenta una reducción del presupuesto como un acto de responsabilidad, cuando más bien es el resultado de su incapacidad para hacer crecer al país y mantener la regla fiscal con un déficit del 1% como se estipulo hace años. En resumen hay menos crecimiento, menos inversión, menos empleo, menos impuestos recolectados por el estado y en consecuencia menos gasto en beneficio de los que más necesitan, ¿es esto un logro?, claramente no y como siempre paga Moya.
Frank Sauerbaum, Ingeniero comercial MBA, ex Diputado por Ñuble.