En el lapso de una década, tres gobiernos han fallado en el compromiso de erradicar el antiguo recinto carcelario de Chillán, el cual resultó severamente dañado con el terremoto de 2010 y que además generó la fuga masiva de más de 200 internos y la destrucción de propiedades de vecinos aledaños al penal.
Fue durante el primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet que el ejecutivo inició las gestiones para adquirir un terreno que tuviera las condiciones para la construcción de una cárcel más amplia y moderna que la actual, que redujera el hacinamiento y cuyo emplazamiento fuera acorde al crecimiento urbano. El Ministerio de Justicia llegó a contar con 11 carpetas con diferentes propiedades factibles, pero fue Chillán Viejo la que generó el mayor rechazo ciudadano y constituyó el primer gran traspié para el proyecto.
Durante el gobierno de Sebastián Piñera también existió la voluntad y el compromiso presidencial, el cual culminó sólo con nuevas oposiciones vecinales. Inclusive se llegó a idear un proyecto de Cárcel Modelo que sería construida bajo el sistema de concesiones, que finalmente se congeló.
Durante el actual segundo mandato de la Presidenta Bachelet, el exministro de Justicia, José Antonio Gómez, retomó el compromiso para construir una cárcel de carácter bipovincial. Se llegó a evaluar un nuevo predio en la comuna de San Carlos, sector Buli, de propiedad de la Universidad de Concepción, pero la oposición vecinal nuevamente frustró la tentativa de compra.
La cartera fue luego asumida por la ministra Javiera Blanco, quien no se ha pronunciado sobre el proyecto hasta que este lunes Crónica Chillán publicó una respuesta concedida a este medio por el subsecretario Ignacio Suárez, quien confirmó que no existen en la actualidad terrenos con prefactibilidad técnica en análisis, que tampoco hay un cronograma concreto para la construcción de un nuevo penal y que el proyecto comenzó a ser reevaluado a raíz del ingreso de la iniciativa que creará la nueva Región del Ñuble. En definitiva, una nueva desilución.
Así han transcurrido los últimos 10 años de gestiones infructuosas de la autoridad para concretar una solicitud que ha nacido de la propia ciudadanía, que ha sido replicada por alcaldes -como el de Chillán- pero que hasta hoy no vislumbra una solución. A 11 años de que el exPresidente Ricardo Lagos iniciara un proceso de construcción de 10 cárceles concesionadas en el país, ocho de las cuales se concretaron con éxito, resulta difícil comprender cómo los gobiernos no han abordado la problemática en Ñuble con visión de futuro, postergando decisiones indefinidamente y siempre de espaldas a la ciudadanía, que cada vez que surge una alternativa se entera por la prensa y no por los canales oficiales. Ya es hora de actuar con más responsabilidad.