¿Quién hace las encuestas y con qué propósito? La pregunta resurgió a raíz de un estudio norteamericano, según el cual Chile está en el lugar 25 entre las naciones más empáticas del mundo. La investigación abarcó 63 países y 104 mil personas.
La empatía se define, en términos sencillos, como la capacidad de situarse en el lugar del otro, comprenderlo, acoger sus emociones, y transmitirle afecto y cercanía.
La encuesta midió el colectivismo, es decir, la comprensión de que vivimos en comunidad. Asimismo, el entendimiento y compasión por las personas que son menos afortunadas que uno y el intento por comprender mejor a los demás. ¿Tenemos esas características los chilenos? Que me perdonen los lectores que piensa diferente, pero carecemos de ellas. Sin embargo, en el pasado reciente, hasta la década de los 60´, nos caracterizábamos por ser empáticos. Hoy, nuestro principal rasgo es el individualismo. Tal como lo he planteado en otras ocasiones, nos hicieron muy mal la modernidad y la tecnología. Nos convirtieron en seres preocupados sólo de lo que nos concierne y de nuestros intereses, Existen informes responsables: actualmente tenemos la mitad de los amigos que antes y estamos un 75% más desconfiados. Nos caracterizamos por el egoísmo y la agresividad, por no respetar los derechos de los demás. Buena parte de la ciudadanía muestra una tendencia incontrolable a hacer trampa, cada vez que puede. ¿Eso es ser empático? Definitivamente, no.
Las personas más empáticas tienen más estabilidad emocional y son más felices, según el profesor Wenceslao Unanue, de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Importante: no confundir la empatía, capacidad de entender al prójimo, con la simpatía, que es un sentimiento de afinidad con otras personas, sea porque se comparten puntos de vista, por razones etarias u otros motivos.
El llamado es a no dejarse fascinar por las encuestas de ningún tipo. No siempre reflejan la realidad. Además, hay que prestar atención al número y realidad de quienes contestan. En el caso que comentamos, sólo 43 chilenos respondieron las preguntas. ¿De qué edad? ¿Nivel socioeconómico? ¿Género? ¿Estudios? ¿Situación familiar?
Sin duda, las respuestas a estas preguntas nos ayudarían a entender los errores de apreciación en que se incurre. El más grave: afirmar que tenemos empatía, en circunstancias que cada vez nos distanciamos más de ella.
Raúl Rojas, Periodista y Académico.