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Aseguran que la llegada a Marte ocurrirá mucho antes de lo que se cree

EXPECTATIVAS. "La tecnología no está fuera de nuestro alcance, lo único que falta es tener a mucha gente dedicada a ello", afirmó el astronauta Pedro Duque.
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EFE

El astronauta español Pedro Duque cree que el hombre llegará a Marte "mucho antes de lo que se piensa" si el reto se toma tan en serio como lo hizo en su día EE.UU. con el programa lunar Apolo, por lo que entiende que cada país debe preguntarse "si quiere estar o no en la vanguardia".

Duque explora estos días con su colega Luca Parmitano y el ingeniero Matthias Maurer los paisajes volcánicos de Lanzarote (archipiélago de las Canarias en el Atlántico), en una misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) que pretende entrenar a su personal para futuras misiones a Marte sobre terrenos que se le parezcan.

El astronauta español recuerda en una entrevista con la agencia EFE que el ingeniero Wernher von Braun, uno de los grandes impulsores del programa espacial de la NASA, escribió en 1954 que el hombre tardaría cien años a partir de entonces en llegar a Marte, "aunque también es verdad que dijo que a la Luna tardarían 25 y él mismo fue el artífice de que ese reto se lograra mucho antes (1969)", añade.

"La tecnología necesaria no está fuera de nuestro alcance, lo único que falta es tener a mucha gente dedicada a ello, como se hizo con el programa Apolo. Si los gobiernos se lo toman como un objetivo, como ocurrió con la Luna en los años 60, seguramente llegaremos mucho antes de lo que la gente cree", sentencia.

¿Por qué no?

Pedro Duque es consciente de la envergadura del desafío y de sus enormes costos, pero no duda cuando se le pregunta "por qué" intentarlo.

"¿Y por qué no vamos a ir si podemos? Los humanos siempre hemos querido ir más allá, explorar los nuevos territorios a los que nuestra tecnología nos da acceso", plantea el astronauta.

"Creo que hay que ir a Marte. Seguro que alguien lo va a hacer y, a lo mejor, la pregunta importante es esta otra: ¿Quieres estar en esa vanguardia o en la retaguardia?", insiste.

El astronauta español precisa que él sigue entrenando para mantener sus calificaciones por si le piden regresar a la Estación Espacial Internacional y que, en este momento, su trabajo respecto a Marte consiste en preparar el terreno a futuros astronautas con cursos como el que ahora realiza en el programa Pangaea de la ESA.

Un entrenamiento en cuevas, volcanes y cráteres provocados por asteroides como los que pueden verse en la Luna y otros planetas y para ello Lanzarote ofrece el mejor terreno.

"Hay pocas zonas en la Tierra donde la actividad de los volcanes está tan a la vista y en tan grande extensión. Y sobre todo, donde no haya sido destruida por las otras fuerzas de la naturaleza. Lanzarote está como si el volcán hubiera hecho erupción ayer, como sabemos que están las zonas volcánicas de la Luna y Marte", asegura.

Tubos volcánicos

En esta semana de trabajo en la isla, Duque reconoce que le impactó una experiencia en particular: atravesar los tubos volcánicos por los que un día corrieron torrentes de lava a miles de grados de temperatura, derritiendo las rocas del entorno a su paso.

Porque la ciencia le dice que los tubos volcánicos serán un buen aliado para los futuros exploradores de Marte, tanto a la hora de buscar vida, como para refugiarse.

"La primera vida que un astronauta quiere conservar es la suya. Tenemos que protegernos de la radiación y una de las formas más sencillas de conseguirlo es utilizar una cueva, porque la radiación viene del sol. Los tubos volcánicos protegen de la radiación ultravioleta y de la radiación cósmica. En un tubo volcánico podrías vivir indefinidamente", explica.

Prioridades de una eventual misión

El astronauta español Pedro Duque no lo tiene tan claro cuando se le pregunta cuál sería su prioridad si estuviera ya pisando la superficie de Marte, porque "depende de cómo se plantee la misión", si se trata de explorar su geología, buscar indicios de vida presente o pasada o explotar los recursos del planeta. "Habrá muchas posibles prioridades para una misión así. Nuestra obligación es estar listos para todo", dijo en una entrevista con la agencia EFE.

El ingeniero 100

Wernher von Braun estimó en 1954 que el hombre tardaría 100 años en llegar al planeta rojo. 2030

el año 300

que se propuso el Gobierno estadounidense de Barack Obama para llegar a Marte. 600.000

Unos dos mil millones de niños en el mundo respiran aire tóxico, según un nuevo reporte de la Unicef

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Los indios se despertaron ayer bajo cielos llenos de humo tras un fin de semana de celebraciones con fuegos artificiales, al comienzo de la peor temporada en Nueva Delhi para la contaminación aérea, que tiene graves consecuencias.

Unos dos mil millones de niños en el mundo respiran aire tóxico y alrededor de un tercio de ellos vive en el norte de India y los países vecinos, según un nuevo reporte de UNICEF. Estos menores corren peligro de graves efectos sobre su salud, como daños en los pulmones, el cerebro y otros órganos.

Del total global, 300 millones de niños están expuestos a niveles de polución que son más de seis veces el estándar fijado por la Organización Mundial de Salud (OMS), incluidos 220 millones de menores en el sur de Asia.

Mayor riesgo sanitario

La contaminación supone riesgos sanitarios mucho mayores para los niños que para los adultos. Los niños respiran al doble de velocidad, y toman más aire en proporción con su peso corporal, mientras que sus cerebros y sistemas inmunes siguen en desarrollo y son vulnerables.

Cada año mueren 600 mil niños menores de cinco años por enfermedades relacionadas con la contaminación, afirmó el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, en un informe publicado ayer.

"Millones más sufren de enfermedades respiratorias que disminuyen su resistencia y afectan a su desarrollo físico y cognitivo", informó.

El hecho de que dos mil millones de niños respiren un aire insano -del total de 2.260 millones de niños en el mundo- supone que la inmensa mayoría está expuesta a niveles de contaminación que la OMS considera no seguros.

De ellos, 620 millones de los niños que respiran aire tóxico se encuentran en el sur de Asia, la mayoría en el norte de India, según el reporte. Otros 520 millones de niños respiran aire tóxico en Africa y 450 millones en el este de Asia, sobre todo en China. El informe combinó imágenes por satélite de contaminación, datos sobre el terreno y patrones demográficos para determinar qué poblaciones estaban en zonas de mayor riesgo.