El gobierno enfrenta, primero, una derrota frente a los chilenos, que vienen soportando desde hace varias semanas una serie de paros de servicios esenciales. Luego, enfrenta la derrota ante los trabajadores del sector público. Con una economía frenada como consecuencia del mal gobierno y sus reformas, está ofreciéndoles el reajuste más pobre de los últimos 9 años (3,2% nominal, 0,1% real) y el segundo más pobre de la última década.
La derrota políticamente más significativa es que la que enfrenta con el rechazo de las bancadas oficialistas al reajuste, obligado por primera vez a recurrir a una insistencia o a un veto para zanjar este tema.
Lo ocurrido en el Congreso demuestra el grado de desafección que ha alcanzado la relación entre la Nueva Mayoría y el Gobierno, con el consecuente daño para la marcha del país. Y es la respuesta de sus parlamentarios, la fuerza política más relevante con que cuenta un gobierno, al desinterés con que la Presidenta Bachelet ha conducido la derrota de su coalición en las Municipales 2016, la peor de la izquierda en las últimas décadas, responsabilizando casi exclusivamente a los partidos y negándose a cambiar el rumbo y prioridades de su administración y a estrechar lazos de coordinación.
También muestra nuevamente a la Nueva Mayoría cediendo ante grupos de presión, en este caso los trabajadores del sector público, aun cuando ello implique darle un duro golpe a su propio gobierno y al Ministro de Hacienda.
Por otro lado están los partidos que presionan por nueva hoja de ruta y junto con la oposición le exigen al Gobierno acotar la agenda al despacho del Presupuesto 2017, la reforma a la educación superior, recuperación económica, descentralización (elección de intendentes) y seguridad ciudadana.
La derrota que enfrentó el Gobierno, con el rechazo de sus bancadas al proyecto de reajuste al sector público, es la primera muestra de lo que probablemente ocurra a partir de ahora con más frecuencia. En lo esencial, nada parece haber cambiado tras la elección municipal para el Gobierno, la derrota no fue comprendida como un rechazo a su gestión ya que se mantienen las prioridades y los equipos que las impulsan.
Frank Sauerbaum M. Presidente Regional RN. Exdiputado por Ñuble.