Renuncia de CORES
Señor Director: Los análisis y pataletas de los Cores, algunos con doble función pública como Hernán Álvarez -que es CORE y Director de DEPROE-, se centra sólo en la capacidad de competir ellos contra los diputados que van a la reelección, uno vitalicio y con poder político hasta para determinar quien postula a gobernador y el otro amparado en la precariedad constitucional que lo mantiene aun desaforado como Diputado de la República, ambos amparados en la ventaja para ir a las elecciones sin tener que renunciar. Pero, ¿alguien se preocupa del espectro político de la ciudadanía? Hasta el momento todo está centrado en lo justo o injusto que es la ley para con ellos solamente, que son quienes detentan la representación ciudadana, con ventajas por sobre también los ciudadanos comunes y corrientes que ante el derecho democrático a elegir y ser elegido podemos competir por un cupo parlamentario o de Core.
En esta discusión precaria y fuera de lógica democrática y de responsabilidad política, los señores Cores que renuncien para ser candidatos a diputados se están olvidando que el poder soberano que ejerce la ciudadanía los eligió para fueran y cumplieran una función determinada en un tiempo determinado, cuando un ciudadano va y emite su voto marca su preferencia por un individuo (candidato) para que cumpla una función en un plazo establecido por la ley, por lo que sea justo o injusto quienes renuncian antes de tiempo a un mandato sólo están agregando más pelos a la sopa de una mala y pésima democrática, que hace que los señores electos tuerzan a su antojo y placer la voluntad del electorado, traicionando la confianza de quienes votaron por nombre y apellido que fueran sus Cores, llámese Hernán Álvarez, Cristian Quiroz o Gustavo Sanhueza. No votaron para que otro ciudadano asuma en su reemplazo para que ellos por apetencias personales y de poder renuncien antes de terminar su mandato, ese es el fondo del este asunto, del ejercicio del poder político sin ningún reparo ético, moral o de responsabilidad para con los electores.
Si son electos diputados, ¿renunciarán igual antes si se les cruza un cargo mejor? Eso es lo que sigue minando la desconfianza en la política, ¿para qué voy a votar a un Core si después va a renunciar? Es una irresponsabilidad hacerlo y refleja la falta de respeto que se le tiene a la poca ciudadanía que aún vota.
Enrique Edis Jara Rivera.
Reajuste del 3,2%
Señor Director: Hay que ver el lado positivo de las cosas. El 3.2% de aumento salarial no fue nada de malo para nuestros diputados y senadores. Con éste aumentaron sus sueldos en $320.000 mensuales, llegando a los $10.320.000 contra los $270.000 que será el ingreso mínimo mensual de los trabajadores a contar del 1 de enero de 2017. El sueldo mensual de $10.320.000 equivale a 38.2 veces el ingreso mínimo mensual, sin contar otros 14 millones mensuales para gastos operacionales. ¿Quién dijo que el reajuste era bajo? Como estamos prontos a empezar un nuevo año, una petición a los señores políticos: renuévense por favor, necesitamos mentiras nuevas.
Mauricio Pilleux Dresdner.
Reajuste del 3,2% (II)
Señor Director: El reajuste del 3,2 por ciento otorgado por el gobierno a los trabajadores estatales, que aún sigue causando irritación y malestar a los dirigentes de diversas organizaciones fiscales, calculado de acuerdo al total del IPC acumulado hasta Diciembre próximo, ha sido considerado un reajuste miserable e indigno debido a la intransigencia del ejecutivo, por parte del presidente de la Confusam, Dr. Esteban Maturana.
Como antiguo jubilado del sector público, quería recordar a muchos dirigentes y parlamentarios que los pensionados del país, incluyendo a quienes pertenecían a las AFPs, que desde la promulgación del D.L. 3.500 de Mayo de 1981 percibimos un reajuste anual bajo los mismos cálculos (variación del IPC).
Para mayor antecedente, como no se registró inflación el año 2009, en el 2010 se congeló el reajuste a 3 millones de pensionados. En resumen, según este sistema, a los trabajadores y jubilados sólo se les devuelve el poder adquisitivo perdido y no hay aumento de remuneraciones ni pensiones. Una injusticia que los viejos jubilados pacientemente han soportado desde hace 35 años. E incluso en 1985 se les arrebató el reajuste del 10,6%, deuda histórica actualmente impaga.
De ahí entonces, Dr. Maturana y otros dirigentes, como también hago un llamado a nuestros parlamentarios y al gobierno de turno, cuando se trate en una mesa de diálogo el reajuste o cualquier beneficio para los trabajadores activos, piensen que éstos también deberán acogerse a retiro y no dejen de lado a las personas que en estos momentos viven condicionadas a exiguas pensiones.
Fernando Contreras Barrientos.