A tablero vuelto, el destacado pianista chileno Roberto Bravo subió anoche al escenario del Teatro Municipal de Chillán, para encantar con sus melodías al público que ha demostrado gran interés en dejarse enamorar por su música.
El artista llegó a la capital provincial de Ñuble a regalar su talento de manera gratuita en el marco del aniversario de la Corporación de Apoyo a la Niñez y Juventud en Riesgo Social "Llequén".
"Estoy muy agradecido de la invitación y de estar en el marco de una fundación que trabaja con niños en riesgo social. Hay un gran trabajo en este aspecto. Es un tema muy sensible que requiere mucha atención, porque los sistemas gubernamentales no han funcionado. Hay temas que solucionar ahí", contó el afamado músico nacional.
De su visita a tierras ñublensinas, Roberto Bravo comentó que "tengo buenos amigos en Chillán y el público siempre es muy cariñoso, respetuoso y numeroso. Espero que ésta sea la primera visita de unas cuantas que me quedan por delante. Felicito a la ciudad por la gestión que permitió construir el Teatro, lo que da acceso a un gran espectro del panorama cultural, esto debe estar abierto a todas las actividades artísticas".
El pianista no paró de destacar la infraestructura del nuevo teatro. "Chillán se lo merece y espero en 2017 volver a la ciudad y espero volver por lo menos una vez más al año, porque este teatro me recuerda a Europa, quedó de primera categoría. Hay dos o tres salas para exposiciones, con la presencia de la gran Marta Colvin y pude cruzarme además con el gran Ramón Vinay. Hay espacios para cruzarse con las personas, estudiantes y gente de la tercera edad. Me gustó muchísimo el detalle del escudo de Chillán en cada silla, no se ve en muchos lugares", resaltó.
Amplio repertorio
El repertorio que reservó para su presentación es bastante particular, pues como él mismo lo expuso, "incluí un programa bien curioso porque es lo que me gusta tocar. Estoy en una edad donde toco lo que me da la gana".
El concierto de Bravo comenzó con un recorrido por obras de un joven coreano llamado Yiruma. Todo esto es material de un disco nuevo que hizo este año y que se llama "Música para Soñar". En sus palabras, Bravo explicó que corresponde a un disco orientado a la autoayuda, ya que "lo hice para calmar el corazón porque hay un momento en la vida que uno quiere estar tranquilo".
La jornada también incluyó obras de Bach, Chopin, además de Silvio Rodríguez y Astor Piazzolla en lo que fueron pinceladas de sonidos latinoamericanos.