La tragedia aérea de plantel de Chapecoense enluta al fútbol sudamericano, el equipo brasileño viajaba a Medellín a jugar la final de la Copa Sudamericana y el avión en el cual se trasladaban capotó, accidente que provocó la muerte de casi todo el plantel.
La fatalidad también fue tema en el entrenamiento de Ñublense, cuyo plantel hizo un minuto de silencio y una oración durante la mañana de ayer. "Uno siempre está expuesto a estas situaciones, lo que pasó con nuestros compañeros de profesión remece no solo a la familia del fútbol, sino que a todo el mundo", expresó Luis Flores.
José Rojas, agregó que "fue una tragedia tremenda, levantarse y ver esa noticia tan mala a todos nos conmueve, en el entrenamiento dedicamos unos minutos a la tragedia".
El gerente de Ñublense, Hernán Rosenblum, expresó que "esto es algo que golpea a toda la gente que viaja, a los jugadores, delegaciones, dirigentes, es algo que nos invita a meditar lo que enfrentamos a diario y lo que estamos arriesgando, sobre todo los jugadores en particular por defender una camiseta"
"Cuando vi la noticia lo primero que se me vio a la cabeza fue ese viaje maldito a Huancayo, donde por seguir una programación del local se corrieron muchos riesgos sin tomarle el peso en ese momento, creo que las condiciones de ese viaje fueron mucho más extremas que el hecho de viajar desde Bolivia a Medellín, uno automáticamente hace una retrospección de lo que pasó a Ñublense en esa oportunidad o quizás en otras ocasiones en la cual podríamos haber corrido riesgos", agregó sobre un hecho que también vivió Ñublense, afortunadamente sin consecuencias en el 2008.
Aquel año y por la Copa Sudamericana, Ñublense visitó a Sport Ancash en Huancayo, ciudad que se ubica a más de 3.250 metros de altura.
La derrota por 4 a 0 fue nefasta, pero el viaje de regreso fue horrible, ya que cuando el avión se aprestaba a volar hacia Lima ocurrió una tormenta que impidió el viaje en avión, lo cual redundó en el traslado en bus, cuyo conductor acariciaba la irresponsabilidad.
"Nos fuimos del estadio sin bañarnos, solo nos pusimos ropa encima. Patrick Kiblisky estaba enojado y pateaba la puerta porque el piloto no iba a volar, incluso él le dijo que si volábamos podíamos morir. Patrick pidió un taxi y se fue. Llegó un bus de dos pisos con tanques de oxígeno y paramédicos, yo me pregunté que para qué tanto cuidado. Fue un viaje de casi doce horas, fue horrible, algunos venían vomitando, yo también, a otros les salió sangre por la nariz", relató Edgardo Abdala, referente de aquel plantel y quien casi le pega al chofer por la velocidad que llevaba.
Juan Francisco Viveros, un hombre con bagaje internacional agregó que "nos tuvimos que ir rápido para no perder el vuelo. No pudimos ir en avión, sino que en bus. El viaje fue horrible", graficó.
Jonathan Cisternas, también relató su visión de la odisea. "No estábamos preparados para ese viaje en bus. Además, subimos como a cinco mil metros de altura y después bajamos como por una especie de cerro lleno de curvas, en un momento pararon y algunos bajaron a vomitar, fue difícil y peligroso".
El recuerdo de la tragedia de Green Cross
La tragedia de Chapecoense trajo a la retina el capítulo del 3 de abril de 1961, cuando un avión que trasladaba desde Osorno a Santiago a parte del plantel de Green Cross, se estrelló en el cerro Lástima en las cercanías de Linares, falleciendo todos los ocupantes. De aquel accidente tiene memoria el ex portero de los Diablos Rojos, Luis Venzano, quien expresó que "nosotros jugamos con Green Cross en 1959 y en ese plantel venía el portero Dante Cotta que fue uno de los que falleció en Linares, cuando supe eso me sorprendió demasiado y ahora que pasó esto con el equipo brasilero se vienen estos recuerdos".