Racismo e inmigración
Señor Director: En nuestro país se suele con lamentable frecuencia utilizar términos sin precisar su contenido y su trasfondo histórico. La política no es siempre el horizonte desde el cual la reflexión resulta fecunda. Es el caso de quienes hoy disparan con la palabra "racismo" aprovechando coyunturas más que turbias. Fuera de mis investigaciones filosóficas e históricas al respecto sólo he tenido dos ocasiones de ver la discriminación racista desde muy cerca. La primera fue al leer el discurso de Salvador Allende en marzo de 1971 ante la Asamblea general de la Unidad Popular.
Allí Allende increpaba a los extremistas que ocupaban fundos y tierras movilizando a los mapuches: "Los compañeros no entienden el hecho que los mapuches no están racialmente y psicológicamente capacitados para entender la Revolución Chilena". La segunda no carece de actualidad. Cuando una delegación de historiadores y políticos cubanos visitaron mi universidad en Berlín, los estudiantes que asistían a mis clases sobre nazismo y racismo me preguntaron acerca de un tema importante que debería interesar a los cubanos. Les sugerí que les pidieran revelar cuántos "negros" afro-cubanos, "morenos" como les llaman eufemísticamente en la isla, integraban el Comité Central y el Buro Político de su Partido Comunista. No pudieron, o no quisieron dar cifras y su confusión fue lamentable.
Más aún cuando estaban en un país en que el tema es tratado con la mayor seriedad y que, también en la así llamada Alemania Democrática y en la Unión Soviética se supo del antisemitismo todavía mucho después del colapso de 1945. La "calidad" de la educación de muchos de nuestros políticos no es en modo alguno superior a la de los niños que no entienden lo que leen.
Dr. Victor Farías Soto
Protocolo restrictivo
Señor Director: Durante el proceso eleccionario pasado, hubo aceptación y consideración con mi persona, tanto por los medios, candidatos electos o no, de ninguno de la nómina que compitió, sentí algún rechazo, mala mirada, al contrario todos expresaban consideración, en aquellos momentos, no era más que "yo" el ser individual, que emerge de la nada para representar a muchos. Quizás soberbia pretensión. Para sorpresa de muchos nuestro mensaje llego y hubieron voluntades que apoyaron y nos pusieron en un sitial de la política local, una minoría sí, pero una minoría que existe y que hoy asumida autoridades nuevas, también asume su rol, por lo cual considere apropiado asistir al protocolar cambio de mando y juramento del nuevo concejo municipal. Confiado en la democracia y lo que debe ser la participación ciudadana, asisto al acto que debió ser como toda sesión de concejo abierto a la ciudadanía y a quien quiera asistir, pero el debut de esta nueva gestión no lo considero así y por no tener entrada y quizás también por mi condición social, no estaba considerado en el sector "pirulo" de tan magna ceremonia, donde se delimito un sector VIP y solo falto la alfombra roja, y para un poblador como yo que había sido candidato a Alcalde perdedor se me pretendió derivar al segundo piso, sí señor. lejos de la elite por favor, en principio subí al segundo piso, reflexión previa me pregunte ¿porque? si ya no soy yo, detrás mío represento 2095 ciudadanos que votaron por mí, que merecen estar también en la ceremonia, bajo raudo y peleo con dignidad el espacio que pienso ellos deben merecer y no yo, hasta que al fin una dama del protocolo brillante e inapropiado accedió a dejar que participara en el primer piso de la función, luego allí si confluyeron muchas de las mismas personas que al igual que en la campaña saludaron y conversaron con este humilde candidato perdedor, pero como soy porfiado y ya no soy "yo" seguiré asistiendo aunque no esté invitado a los eventos posteriores, en nombre de esos 2095 que votaron por mí y que merecen el respeto y consideración de cualquier protocolo y autoridad, no solo lo electos asumieron , todos asumimos un nuevo rol.
Enrique Edis Jara Rivera
Radiografía política
Señor Director: Las noticias sobre los escollos que enfrenta el gobierno argentino de Macri son un claro adelanto de lo que nos puede ocurrir en la próxima elección presidencial si la magra realidad chilena en curso favorece el triunfo de un opositor a la actual tendencia - debido a la similitud del dominio parlamentario - lo que permite opinar descabelladamente en que la derecha debería saltarse esta elección y ceder a la izquierda la misión imposible por corregir sus propios errores e incapacidad: en la siguiente elección la derecha ganaría lejos.
Compensaría perder tiempo en este nuevo intento por convencer a los chilenos de la real incapacidad de la izquierda para gobernar, lo cual se está logrando en recientes votaciones internacionales con triunfo de la corriente de derecha.
David Benavente