El inicio del nuevo año estuvo marcado por una masiva afluencia de ñublensinos a los balnearios, piscinas y centros recreativos estivales de la provincia, con la finalidad de refrescarse y aprovechar de hacer un paseo en familia. Tan sólo en Quillón, más de 10 mil personas acudieron hasta el principal destino estival, la Laguna Avendaño, para disfrutar de sus instalaciones. Lo mismo ocurrió en otros lugares donde existen cursos de agua como los ríos, esteros, embalses, que por no formar parte de la jurisdicción de la autoridad marítima no cuentan con resguardo y por lo tanto no están permitidos para el baño.
Tanto en el inicio del 2014 como en este año, precisamente en estos lugares se produjeron accidentes que enlutaron a familias que sólo deseaban pasar un momento agradable de recreación estival. Mientras en 2014, la primera víctima del año fue un padre de familia quien tras ingerir bebidas alcohólicas se lanzó a nadar a un pozón en las aguas del río Ñuble, a principios de este 2017 la víctima fatal fue una menor de 11 años que se ahogó en el río Diguillín, en el sector rural de San Vicente de la comuna de El Carmen. Así también, en años anteriores se han registrado tragedias lamentables en el río Itata, lo que muestra que no hay un sector particularmente seguro para la práctica recreativa de la natación en estos cursos de agua. Al no estar autorizados para el baño, la responsabilidad de prevenir que se produzcan accidentes trágicos recae en los propios adultos o grupos familiares que acompañan a los menores.
Según estadísticas de Sernatur, durante la temporada estival pasada arribaron a la provincia de Ñuble 34.208 turistas, muchos de ellos atraídos por el entorno natural que ofrecen los parajes del territorio. Es por ello que para evitar la ocurrencia de accidentes en ríos, lagos, lagunas, es necesario respetar ciertas reglas básicas, como evitar adentrarse en zonas de mucha corriente, esperar hasta una hora para bañarse después de haber ingerido alimentos, no ingerir bebidas alcohólicas, no lanzarse piqueros y evitar las zonas rocosas y que la actividad de los niños sea siempre supervisada por los adultos.
Finalmente, es importante recordar que existe el teléfono 137 para comunicar las emergencias que se produzcan en zonas bajo el control de la autoridad marítima, como los balnearios autorizados o en el mar. Ante todo, evite riesgos y así podrá disfrutar de un agradable periodo estival en familia.