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La región cuenta sólo con 150 salvavidas certificados

VERANO 2017. Obligación de contar con personal de seguridad, es impresindible para el funcionamiento de centros vacacionales, complejos turísticos, balnearios y playas, según el reglamento vigente.
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Rodrigo Norambuena F.

Comienza el verano, y con ello también la planificación familiar de vacaciones. Mientras algunos prefieren salir de la ciudad o el país en busca de "nuevos aires", otros por un tema ya sea de presupuesto o simplemente por costumbre, optan por ir a sectores más cercanos dentro de la provincia, gracias a la variada oferta de centros vacacionales, complejos turísticos, o incluso las aguas del mar de nuestra costa.

Pero para que estos paseos sean solo de relajo y esparcimiento, y no terminen en tragedia, se obliga a los recintos vacacionales a contar con todas las medidas de precaución necesarias para evitar una tragedia. Contar con una unidad de primeros auxilios, zonas bien señalizadas, cómodos aposentos y contar, en el caso de lugares que tengan piscinas, con personal de salvavidas, que puedan actuar en caso que alguna persona lo requiera.

Actualmente en la región hay 150 salvavidas que están acreditados por la Armada de Chile, ente que les entrega una certificación, luego de pasar un examen que tiene un valor de $7 mil pesos.

"En el examen teórico los postulantes responden preguntas sobre reglamentación marítima nacional y primeros auxilios. Tienen que saber cómo evaluar al accidentado, control de signos vitales, estabilización del paciente en espera de ayuda especializada, preparación del paciente para ser transportado a un Centro Asistencial, sintomatología, tratamiento de heridas, control de hemorragias, fracturas, esguince, luxación, hipotermia, asfixia por inmersión, paro cardíaco, entre otras situaciones que se pueden presentar", detalló teniente Daniel Bravo, capitán subrogante de la Gobernación Marítima del Puerto de Talcahuano, lugar donde se toman las pruebas.

En Ñuble, actualmente no existen playas aptas para el baño, por ello son principalmente los complejos turísticos los que se ven en la obligación de contar con estas personas preparas para actuar en caso que una persona presente algún inconveniente dentro del agua.

De aguas abiertas

Desde la Gobernación Marítima precisan que existen dos tipos de salvavidas, uno certificado por la Armada, el que puede actuar tanto en aguas abiertas como en piscinas o balnearios, y otro llamado rescatista, que solo puede trabajar en piscinas.

Estos últimos, según la norma vigente, solo deben cumplir con el contar con cursos de entrenamiento, ser profesores de educación física estudiantes de esta carrera, y que tengan aprobadas asignaturas afines.

En el caso de quienes pueden laborar en aguas abiertas, deben llenar una solicitud de postulante, tener nacionalidad chilena, ser mayor de 18 años de edad, contar con salud compatible para el ejercicio del oficio. Posterior a ese primer registro, se realiza el proceso de examinación.

Después se debe efectuar la evaluación práctica, que consiste en el rescate de una víctima en peligro de inmersión. Lo primero es verificar que el postulante realice una carrera de 50 metros en la arena, para ingresar al agua a la misión del salvataje. Tras ello se realiza un nado de 75 metros hasta llegar a la persona a la cual hay que controlar. Posteriormente se inicia el remolque del rescatado a la orilla para terminar con su traslado en tierra y realizarse la atención de primeros auxilios.

Según explica el capitán Bravo, el postulante que cumpla con los requisitos dispuestos por la Autoridad Marítima, se le entrega una resolución de otorgamiento de matrícula y además una tarjeta de identificación profesional de color café.

La vigencia que tiene la autorización que entrega la Gobernación Marítima para ejercer la actividad, es de un año. Cuando vence, se deberán acreditar nuevamente sus antecedentes. A ello se suma el chequeo de salud si es compatible con el ejercicio de la actividad de salvavidas en aguas abiertas y aprobar el examen práctico.

"Es necesario advertir que La Armada no prepara a los salvavidas, sólo se encarga de certificarlos a través de examen, el cual tiene un costo cercano a los $7 mil. El pago no asegura que vaya a ser aprobado", resalta la autoridad de puerto.

Piscinas y fiscalización

Las piscinas al igual que otros espacios de uso común, presentan diversos requerimientos de construcción, uso y mantenimiento que son imprescindibles para que se conviertan en espacios seguros, tanto a nivel de trabajadores como de usuarios y público en general.

Durante el período estival la autoridad sanitaria verifica en las piscinas la presencia de un administrador del recinto, de salvavidas y personal de primeros auxilios. A su vez, se revisa la documentación que acredite competencias del personal respectivo.

Desde la Seremi de Salud aclaran que "en varias oportunidades nos hemos encontrado con anomalías, por lo que constantemente estamos realizando fiscalizaciones a las piscinas".

De hecho, en la temporada 2015 y 2016 en Ñuble la Seremi de Salud curso cuatro sumarios a piscinas, y uno de ellos fue por no tener el personal adecuado para ser salvavidas.

Según el reglamento de piscinas en su artículo 61, expresa que "Todo establecimiento de piscina deberá tener personal entrenado para la vigilancia y salvamento de los bañistas en un número no inferior a 1 por cada pileta de adulto. En aquellas piletas de más de 250 m2 de superficie, se contará con vigilantes adicionales cuando puedan tener más de 120 bañistas, a razón de 1 por cada 100 bañistas adicionales o fracción".

Escuela de Salvataje

Sin ser requisito para salvavidas de aguas abiertas, muchos de ellos realizan cursos previos para salir adelante en este examen de la Armada. Estos se desarrollan de manera particular, o a través de capacitaciones que realizan algunas entidades como los municipios.

En la actualidad, basta que se tengan las condiciones básicas exigidas por la Armada, y esta persona puede ser quien resguarde la vida de los turistas. Esta es una posición criticada por empresarios que están introduciendo un método más profesional para resguardar la seguridad en playas.

Claudio Pradenas, director de la Escuela y Servicio Profesional de Salvavidas, (SEAL) que se encuentra en Santiago, recibe todos los años decenas de personas de todas las regiones del país que quieren ser salvavidas, bajo estándares más exigentes.

"Falta supervisar más esta labor y hacerla más profesional, ya que en sus manos depende la vida de los veraneantes. En la actualidad no se exige curso y eso es muy negativo. Ahora, si uno tiene las condiciones de poder nadar y saber primeros auxilios, se puede presentar en cualquier Capitanía de Puerto y si aprueba el examen, se le entrega la licencia para trabajar en aguas abiertas", apuntó Claudio Pradenas, quien este pasado fin de semana, junto a su equipo, la seguridad acuática en el Ironman de Pucón.

Pradenas a la vez agregó que no se le ha dado el peso a la labor de los salvavidas y que "hay que estar atento a cualquier detalle, porque una distracción puede generar consecuencias fatales, convirtiendo las vacaciones en una trágica y traumática experiencia", afirmó el instructor.

"Falta supervisar más esta labor y hacerla más profesional, ya que en sus manos depende la vida de los veraneantes".

Claudio Pradenas

Director de escuela, SEAL de salvavidas"

Cobquecura sin Salvavidas

Las playas de Cobquecura son zonas no aptas para el baño, por tal razón el alcalde de la comuna, Julio Fuentes decidió no contratar salvavidas, pero sí guardias de seguridad y prevención, quienes tendrán una misión informativa en las arenas ñublensinas. "Si tengo salvavidas en las playas, los bañistas se sentirán con el derecho de poder bañarse, cuando en nuestras playas lamentablemente no se debe realizar esa práctica. No obstante, mi estrategia fue trabajar en la seguridad y prevención del balneario contratando guardias y expertos en riesgo, quienes ayudarán a que no se produzcan accidentes que lamentar", afirmó Fuentes.