No podemos perder de vista lo que es urgente en la actual emergencia que vive nuestro amado país. Se trata de apagar incendios forestales. Acabar con el fuego y salvar vidas es lo urgente. Apagarlos al precio que fuere y entre todos.
El sacrificio de muchos debe ser apoyado por todos los demás, unidos y con decisión. La voluntad del chileno, ante las adversidades de la naturaleza, ha sido puesta a prueba muchísimas veces. Hoy es una más. Una situación nueva, nunca antes experimentada. Y debemos estar a la altura de los sacrificios individuales que se producen a cada instante en las zonas de mayor dramatismo.
Es la hora de la solidaridad, de la unión férrea y de los esfuerzos mayores. El sacrificio humano no debemos llevarlo hasta el extremo, pero tampoco debemos quedarnos atrás. Seis nombres representan seis ejemplos de coraje, generosidad y bravura. Tres brigadistas de Conaf y los últimos, Hernán Avilés, Bombero; y los carabineros Fredy Fernández y Mauricio Roca. Este último, chillanejo.
Estos tres mártires de la lucha por salvar vidas y contra el fuego, nos indican que la tarea es máxima, que es grande y que debemos enfrentarla con la misma grandeza y solidaridad de ellos. Por lo tanto, debemos ser inteligentes al lanzarnos a esta pelea que tenemos que ganar lo antes posible.
La inteligencia se mide dejando trabajar a los expertos, a los que saben que no debe producirse sacrificios inútiles. Que dentro del dramatismo, debemos actuar con el calculado conocimiento y con los recursos suficientes. Que debemos prevenir y dejar actuar en la primera línea a los que están entrenados para ello. Y los que estamos detrás, apoyar, ayudar, sin descanso y con la amplitud que el caso amerita.
Es el tiempo de actuar en la urgencia, como nos lo indican centenares de jóvenes voluntarios que en Chillán han desplegado esfuerzos para acudir en ayuda de quienes la necesitan. En primer lugar, los bomberos, los brigadistas de Conaf, los carabineros y PDI, los voluntarios…y también quienes van resultando damnificados ante el avance desorbitado de las llamas.
Para los bomberos, agua para hidratarse y alimentación en general. Ellos no descansan ante el enemigo fundamental que no cesa de avanzar destruyéndolo todo. Y para los damnificados, el apoyo solidario para que se cobijen ahora mismo, para que no pasen hambre ni frío. Porque todos somos hermanos en este Chile hermoso.
Y a quienes quieran sacar réditos políticos de la tragedia, simplemente nuestro desprecio.
Miguel Ángel San Martín Periodista.