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El día después de la tragedia que azotó a la comuna de San Nicolás

EMERGENCIA. Un total de ocho casas han sido destruidas por el fuego, dejando un saldo de 18 personas afectadas por este tipo de siniestros.
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Manuel Cabrera Ruiz

Un duro despertar fue el que tuvieron ayer cientos de habitantes de San Nicolás, ciudad que desde el pasado jueves se ha visto azotada por el fuego, siendo la comuna de la Provincia de Ñuble que más se ha visto afectada por la ola de incendios que se han desarrollado en la zona centro sur del país.

Luego de que la emergencia se desatara, específicamente en localidades como Lomas de Puyaral y Las Maravillas; el siniestro iniciado en el sector de Pintú fue el que más puso en peligro a la ciudad, de acuerdo a lo manifestado por el alcalde Víctor Toro, en una tragedia que también tuvo efectos devastadores en Los Montes, Vidico, Caripoco Sur y Piedra Lisa, dejando un saldo de ochos casas quemadas (hasta el momento), afectando a un total de dieciocho personas.

"El foco que está activo corresponde al sector de La Maravilla, hacia el norte en dirección a la comuna de San Carlos", precisó Toro, añadiendo que "gracias a Dios no tenemos que lamentar la pérdida de ninguna vida humana. Eso es lo importante".

El dolor de la pérdida

Hace dos años Nirza Pérez llegó desde San Javier junto a su esposo Eduardo Tapia para vivir en San Nicolás, con el objetivo de buscar una vida más tranquila cerca del campo, quietud que se vio interrumpidas por las llamas, que destruyeron de paso el hogar que con mucho esfuerzo lograron levantar en el sector de Vidico.

"Llegamos a un pueblo mágico, en el cual nosotros nos dedicamos a amar nuestro campito", sostuvo Nirza, a quien la emergencia la sorprendió en solitario, ya que su marido se encontraba fuera de la región por temas médicos.

Por momentos, sin poder contener la pena, Nirza no dejó de recordar nunca su hogar, masticando de paso la frustración generada por un incendio que ella asegura fue intencional, apuntando además que "mi casa era blanca y el fuego me la terminó pintando de negro. Esa es la sensación que tengo".

Junto a ella, compartiendo una colchoneta en el albergue habilitado en el Gimnasio Municipal de la ciudad, estaba Marcia Benavides, habitante de Lomas de Puyaral, quien en ese momento estaba con la incertidumbre si su casa había sido alcanzada por las llamas, mostrando una evidente preocupación, en una situación - que al menos en su caso- no pasó a mayores.

"Afortunadamente a mi casa no le pasó nada, pero aún no podemos volver, principalmente por el tema del humo", precisó Benavides, agradeciendo de paso la ayuda recibida por la comunidad.

Aida Toro, quien también reside en el sector ubicado a sólo metros de la entrada a la ciudad, recordó parte de la emergencia, acotando que "entre las dos y tres de la tarde (del jueves) empezó a aumentar el fuego. Nunca pensé que iba a llegar a esto".

Marta Valenzuela, quien vive junto a su esposo e hijo en la localidad de Dadinco (una de las más afectadas), reconoció que su vivienda corrió serio peligro de ser alcanzada por las llamas, pero que gracias a la ayuda de vecinos y bomberos se pudo evitar una tragedia aún mayor.

"El incendio arrasó con todo el territorio cercano a nuestras casa, pero no logró llegar ahí. Eso es lo importante", indicó Valenzuela, expresando que la impotencia ante estos hechos es generada por los responsables -que ella supone- están detrás de estos destructivos incendios.

Ayuda

Una de las primeras medidas tomadas al momento de comenzado los distintos focos de incendio fue la habilitación de albergues, siendo los puntos seleccionados en San Nicolás -como ya es sabido- el Gimnasio Municipal y el Internado, espacios que resguardaron a 70 y 42 personas respectivamente, sirviendo como refugio en este delicado escenario.

Cynthia Martínez, quien regularmente se desempeña como trabajadora social, se hizo parte de los voluntarios que han ayudado en ambos albergues, en una dinámica guiada por el sistema de turnos.

"Apenas ocurrió esto, todos los funcionarios municipales comenzamos a repartirnos distintas actividades", apuntó Cynthia, añadiendo que las distintas labores comprendían el recibimiento de los afectados en los albergues, así como la toma de datos y el respectivo estado de las viviendas, esto como una forma de acelerar la entrega de ayuda lo más posible.

Otro factor clave fue la asistencia entregada tanto por funcionarios de Carabineros, Ejército, Conaf y Bomberos, siendo en el caso de estos últimos un caso particular, ya que desde la Región de Atacama se hicieron presentes en la ciudad un total de once compañías.

Mario Olave, bombero de la Cuarta Compañía de Copiapó, expresó que a su llegada se encontró con un panorama desolador, el cual se explica debido a la proporción del incendio, por lo cual la ayuda no podía tardar en llegar.

"Nosotros vinimos a darle una mano al sur, el cual tanto nos ayudó el 2015 cuando tuvimos nuestro aluvión", manifestó Olave, quien apela por una pronta extinción de los focos que hay en la zona.

Alimento de animales.

Otra de las consecuencias provocadas por las llamas fue la quema de pastizales utilizados por animales a la hora de alimentarse, situación que ya preocupa a los lugareños.

Mercedes Cofré, habitante de Vidico, logró salvar su casa del fuego, no así sus huertos, por lo que espera pronto ayuda para poder alimentar a sus animales y rehacer sus actividades agrícolas.

"Tengo quince animales y no tengo qué comida darles, porque aquí se quemó todo para atrás", sentenció Cofré, sannicolina que espera una pronta ayuda por parte de las autoridades.