Minas del Prado: el poblado que podría correr la misma suerte que Santa Olga
COIHUECO. Vecinos manifiestan sus temores de vivir rodeados de bosques, tener un solo camino ripiado, sin zonas de seguridad y con una limitada vía de evacuación en caso de un incendio forestal.
"Somos una bomba de tiempo que le podría suceder lo mismo que al pueblo de Santa Olga", dice la presidenta de la Junta de Vecinos de Minas del Prado, Marta Urra Viscay, sentimiento que comparten la mayoría de los aproximadamente 1.300 habitantes de esta localidad ubicada a 20 kilómetros al poniente de la capital comunal de Coihueco.
El poblado emplazado en las faldas de la Cordillera de Los Andes fue un refugio de Chiquillanes y un lavadero de oro durante la Colonia, del cual deriva su nombre. El siglo pasado se convirtió en una promisoria zona agrícola y en los últimos 35 años se ha ido rodeando de plantaciones forestales que han terminado por cercarlo.
"El mayor peligro son los incendios forestales. Y nuestro temor que el fuego venga desde la entrada del camino en la Primera Hijuela, porque quedaríamos encerrados. Para nosotros esto es terrorífico", afirma Marta Urra, de padres nacidos y criados en esta localidad, al igual que ella sus hijos y nietos.
Un solo camino
Tal como advierten sus vecinos, esta localidad hoy sólo cuenta con una conexión vial, un camino ripiado de casi 12 kilómetros, entre bosque nativo y artificial (pino radiata y eucaliptos).
"Una solución sería que nos dejaran una zona de seguridad de, a lo menos, 100 metros", sugieren Roberto Insunza y su hijo Eduardo, que son parte de las 300 familias del sector, entre adultos mayores, jóvenes y numerosos niños.
La localidad sólo posee una vía de evacuación restringida a vehículos todo terreno más que el tránsito de peatones, que la haría poco apta para una emergencia.
"Si bien está habilitada, el punto es que hay que cruzar el río (Cato) y sólo se puede hacer en una 4x4, con otro vehículo menor o de a pie es muy difícil salir. Habría que habilitarla de mejor manera", afirman Wenceslao Lara y su pareja Georgina Reyes, cuya vivienda está a pocos metros del inicio del bosque.
Una vía de evacuación
Además de la falta de mayores vías de evacuación, otra de la amenazas son los eventuales efectos del humo que se concentra en el poblado, tal como lo han vivido por estos días con las emanaciones del incendio de San Fabián.
"Estamos preocupados porque en cualquier momento esto se incendia y quedamos sin nada", agrega la asistente de párvulos, Lorena Insunza.
Otra de las dificultades es el abastecimiento de agua para enfrentar una emergencia, ya que el río Cato está distante a unos 5 kilómetros.
"Aquí es peor que en Santa Olga. Allá se salva una iglesia y aquí nada", comparten José Reyes y su vecino Luis, del mismo apellido, que llegó a vivir al pueblo el año 1985.
En cuanto al consumo humano, en Minas del Prado los vecinos se abastecen a través del sistema de agua potable rural, que en la época del verano genera menos presión.
"Si los vecinos quisieran mojar sus casas para evitar un incendio, no podrían hacerlo al mismo tiempo. Si saco agua yo, mi vecino tiene un hilito de agua", comenta Marta Urra, quien es también directora de la Cuarta Compañía de Bomberos de Minas del Prado.
Para enfrentar un eventual siniestro el poblado cuenta con un cuartel en construcción, un carro bomba de 2.500 litros y un camión cisternas de 7 mil litros donado por la forestal.
Marta Urra dice que hoy se cuenta con una dotación de 20 voluntarios, gracias a que en las últimas semanas se han ido incorporado nuevos vecinos, especialmente jóvenes.
Buscando soluciones
Las imágenes y noticias de los últimos incendios en Portezuelo, San Nicolás y Coelemu, y en especial el que afecta al Cerro Alico en San Fabián, tienen a gran parte de los vecinos preocupados. A esto se suma un reciente incendio en Pinto que logró ser contenido desde Coihueco.
Marta Urra dice que hace muchos años que han tratado de encontrar soluciones, incluida la empresa Forestal Arauco. Ella resalta que ha existido una buena comunicación con la autoridad comunal, aunque cree que las mayores soluciones deben venir del nivel central.
"Mandé cartas a la Presidenta en su primer periodo y en este también, pero no he tenido ni una sola respuesta y eso a mí me da pena. Somos más de mil chilenos que estamos en una olla que de repente va a explotar", dice.
El propio alcalde, Carlos Chandía, explica que ese proyecto es parte de un plan mayor, que también considera urbanizar a la localidad.
Esta situación la he hecho saber a distintos organismos del gobierno central, ministerios y autoridades regionales y lo manifesté (ayer) en la reunión del Comité Operativo de Emergencia", dice.
Carlos Chandía comparte las preocupaciones de los vecinos de Minas del Prado.
"Vamos a ser enérgicos con las empresas forestales. Los 1.300 habitantes necesitan tener una sensación seguridad", expresa el alcalde de Coihueco.
Bajo amenaza
Las esperanzas de los vecinos están puestas en una reunión vecinal fijada para el próximo viernes 3 de febrero, al que invitaron a los alcaldes, concejales y en la que se espera la presencia de otras autoridades de Vialidad y la Gobernación de Ñuble.
"Ojalá que vinieran los diputados y senadores de Ñuble. Total son ellos los que hacen las leyes y hoy es el día que ahora nos den el apoyo que necesitamos, porque no queremos perderlo todo", señala la presidenta de la Junta de Vecinos de Minas del Prado.