La nueva forma de hacer frente a los incendios forestales
CONDICIONES. El cambio climático ha propuesto un escenario distinto al que conocíamos en estas emergencias, donde una nueva legislación ya es una necesidad imperiosa.
A estas alturas, el paso devastador de los incendios forestales debiera ser más que un amargo recuerdo. El daño causado obliga a reconsiderar las medidas de seguridad que hasta ahora existían e, incluso, la normativa legal debe ser reestudiada acorde a este nuevo escenario climático que nos va a acompañar en el futuro. Esta realidad llegó para quedarse y debemos aprender a vivir con eso.
Así lo expone el director regional de Conaf Biobío, Alberto Bordeu Schwarze, quien manifiesta la plena conciencia que existe en el organismo al respecto. "Esto no quiere decir que todos los años vayan a ser así, pero es posible que tengamos una recurrencia cada cierta cantidad de años, digamos de 5 a 10 años. Ello hace necesario revisar la normativa legal, no sólo para ver cómo se combaten los incendios forestales, sino también para tener claro cómo se asegura a futuro el establecimiento de las plantaciones con mejores condiciones de seguridad", dice.
La autoridad regional comenta que actualmente existe un marco legal que apunta a la prevención y el uso del fuego. Así las cosas, cuenta que está el Decreto 733 que considera normas de prevención y combate de incendios forestales, así como el D.S. 276 que regula el uso del fuego cuando se refiere a quemar deshechos agrícolas y/o forestales.
Sin embargo, lo más relevante sería que se pueda incorporar en los planes reguladores comunales para que se establezcan normas urbanas como condiciones para la edificación, vías de acceso más amplias para que permitan el paso de carros de emergencia y una red de grifos más densa. Ello sumado a las medidas forestales (menor densidad, menor altura de podas y eliminación de deshechos), provocaría una transición más gradual y segura", precisa.
Problemas y soluciones
Alberto Bordeu analiza lo sucedido con la reciente emergencia de enero y considera que el hecho de que hayamos tenido incendios forestales tan catastróficos tiene que ver con que debimos enfrentar condiciones climáticas extraordinariamente, inusuales en el mediano plazo. A su juicio, la sequía que se viene extendiendo desde hace 6 ó 7 años y las altas temperaturas que, de hecho estaban anunciadas y que en algunas jornadas alcanzaron cifras históricas, fueron factores muy determinantes.
Súmele a eso que la humedad ambiental fue en muchas oportunidades inferior al 20% y para colmo, se presentaron ráfagas de viento de entre 30 y 60 kilómetros por hora. Muchos días, esto superó las condiciones de peligrosidad del ya conocido factor "30-30-30".
"Además, sufrimos simultaneidad. No era un foco, sino varios a nivel local, en diferentes regiones y en similares condiciones. Por lo tanto, concentrar el potencial para combatir incendios forestales en un solo punto era imposible. De hecho, cuando el apoyo internacional llegó, se encontró una situación nunca antes vista a nivel mundial. Entiendo que este es el segundo o tercer incendio más importante en la historia mundial", reflexiona.
Frente al tema del emplazamiento de cortafuegos y las consideraciones que deben existir al construirlos, el director regional de Conaf explica que no existe una receta determinada al respecto. A su juicio debe existir un análisis previo de riesgos internos y externos para definir su diseño.
"Lo que siempre se debe considerar es lo que denominamos como medidas de silvicultura preventiva. Eso significa que cuando se genera la plantación, se deben considerar los riesgos que se generan, ya sea por un incendio que se provoque al interior del predio o al revés, siendo afectado por un fuego externo. Hay que entender que el cortafuego es una porción de terreno que separa el bosque de sectores de riesgo, totalmente descubierto de vegetación. No sólo hay que hacerlo, sino que en su borde debe haber una densidad menor de plantación", concluye.
CUESTIÓN DE Ejemplos
Lo sucedido en Chile dejó al desnudo las falencias existentes en el país para enfrentar las emergencias forestales y por lo mismo, no suena descabellado seguir ejemplos internacionales de países que están considerablemente más avanzados en estas materias.
En este aspecto, el ingeniero forestal Rodrigo Vega cuenta que efectivamente el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha encargado varios estudios al respecto, uno de ellos enfocado a la gestión de riesgos del año 2011 y donde se señala que una de las principales amenazas y vulnerabilidades son precisamente los incendios forestales.
"Sin duda países como Canadá y Estados Unidos están muy adelantados en materia de prevención y control de incendios forestales. Ahí poseen fuertes políticas públicas en este tema, pero dependiendo de las condiciones ambientales y de la efectividad relativa de un determinado cortafuego, estos deben ser respaldados por otros esfuerzos de lucha contra incendios", comenta el profesional.
Vega, quien también es Magister en Medio Ambiente de la Universidad de Santiago de Chile, agrega que durante los peores incendios en el sur de California, fuertes vientos soplaron las pavesas (brasas transportadas por el viento) a través de autopistas de ocho carriles.
También está el caso de la emergencia forestal desatada en 1988 en el Parque Nacional de Yellowstone, donde esas brasas lograron cruzar el Cañón de Lewis, un precipicio natural de hasta 180 metros de profundidad.
En Australia, los cortafuegos son menos eficaces contra los incendios forestales de eucalipto, ya que las llamas más intensas en bosques de eucaliptos secos se extienden por los aires y pueden ser llevadas por el viento a varios kilómetros de distancia.
Por lo tanto, la implementación de cortafuegos debe ser complementada con otras medidas para ser efectivas en la prevención de los incendios forestales.
La nueva ley
Para el ingeniero forestal Rodrigo Vega, quien actualmente se desempeña como consultor de GRN Gestión en Recursos Naturales, no cabe duda alguna que es imperiosa la modernización de Conaf, pues partiendo del hecho de que es una institución de derecho privado, no posee los recursos necesarios para hacerse cargo de incendios forestales. Por ende, urge crear una institucionalidad más potente.
"Esos cambios no serán suficientes si no van acompañados de modificaciones profundas en la legislación y la exigencia a privados de incorporar en su negocio la variable de riesgo de incendios forestales, además de inyectar por parte del Estado más recursos para estas emergencias", considera.
Según explica Vega, la ley debe considerar la existencia de cortafuegos en zonas pobladas e integrar al ordenamiento territorial las materias de riesgos naturales y protección contra incendio forestales. Asimismo, agrega que actualmente en Chile no existen instrumentos de planificación territorial para zonas rurales, ni tampoco se considera la realización de cortafuegos en dichas zonas.
En la actualidad, explica, existen plantaciones forestales que cuentan con planes de manejo aprobados por Conaf y que deberían trabajar con medidas de prevención y control de incendios forestales, pero "es una responsabilidad de los particulares cumplir con lo que está declarado en estos instrumentos que son públicos y amparados por la DL 701/74, Ley de Fomento Forestal que regula la corta de bosques nativos y de plantaciones ubicadas en terrenos de aptitud forestal y la ley 20.283 sobre recuperación del bosque nativo y fomento forestal".
Los planes de manejo forestal establecen criterios de selección de corta, método de tratamiento de residuos vegetales y medidas de prevención de incendios. Ahí Conaf fiscaliza que estos instrumentos de gestión se cumplan. En este sentido, autoriza quemas controladas y también vigila el cumplimiento de los planes de manejo forestal.
¿Y qué pasa con los árboles existentes bajo las líneas de alta tensión eléctrica? Esta es una materia poco regulada, donde según cuenta Rodrigo Vega, queda a criterio de las empresas eléctricas el cumplir con un mínimo de distancia de seguridad y realizar las mantenciones periódicamente para mantener la vegetación a una altura máxima de 4 metros. Aquello se establece en la reglamentación vigente respecto de la existencia de estas arboledas.
"En el mundo existen muy buenos ejemplos en materia de combate de incendios forestales, pero se deben considerar las condiciones ahí existentes. Por lo mismo, no es llegar y copiarlo en Chile".
Alberto Bordeu
Director Regional de Conaf"
Cortafuego: una medida complementaria
Si bien los cortafuegos son importantes, se debe tener muy claro que no son medidas definitivas, sino complementarias. El director regional de Conaf Biobío, Alberto Bordeu, comenta que no son pocos los puntos en que el fuego logró atravesar la Ruta del Itata salvando distancias de 80 a 100 metros de ancho. También se registran casos en que las llamas atravesaron el río Biobío, o sea, más de un kilómetro. "En definitiva, el ancho de los cortafuegos ayuda, pero no son determinantes. La nueva realidad climática que enfrentamos va a requerir mayor cantidad de recursos humanos y materiales", expone la autoridad.
Modernización
Conaf y Onemi
Recientemente, el gobierno informó que en marzo próximo enviará al Congreso un proyecto de ley que busca modernizar tanto la Onemi como Conaf. Lo novedoso para esta última es que la iniciativa cambia el carácter privado de la corporación, de modo tal que se pueda mejorar la fluidez de recursos. Pasará a llamarse Servicio Nacional Forestal (SERNAFOR)
A solicitud
Ciertamente, este cambio ha sido solicitado por diferentes sectores, incluída la ONU. De hecho, el organismo internacional llevó a cabo hace algunos años una misión en Chile, donde habría quedado en evidencia la necesidad de contar con una entidad jerárquicamente más elevada que la actual para hacer frente a este tipo de desastres.
Bomberos
Desde el Ejecutivo anunciaron una inyección extraordinaria de recursos a Bomberos, lo que se traduce en $4 mil millones de pesos adicionales destinados al fortalecimiento de la institución.