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Tripulación del "Luchín" contó como trabaja el poderoso avión

MULTIUSO. La enorme máquina no sólo combate incendios, sino que también transporta cargas de gran tonelaje. Anteriormente fue un avión de guerra.
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Francisco S./ Patricio Vera

La tripulación del avión ruso Ilyushin IL-76 ya suma un mes de operaciones en Chile, aportando todo su poderío aéreo en el combate de los incedios forestales que aún asolan el país. Su trabajo ha sido notable, el que sumado al SuperTanker norteamericano, se ha convertido en el símbolo de la lucha contra las llamas.

La nave, que gracias al tradicional ingenio popular del chileno fue apodada "El Luchín", cuenta con una tripulación de 23 personas. El grupo es encabezado por el coronel Aleksander Markov, quien oficia como jefe del grupo dirigiendo un equipo inmediato compuesto por Podobny Vladislav (capitán del tripulación), Ibatulin Arthur (co-piloto), Oliferovsky Yuriy (navegador) y Dmitry Umanets (jefe del departamento internacional).

Ya más ambientado a la realidad nacional, el coronel Markov señala que "su único deseo es que se les utilice frecuentemente, complementando el trabajo de labores terrestres y estando dispuestos a prestar el máximo esfuerzo posible, siempre pudiendo hacer más".

El grupo ha recepcionado de muy buena manera el cariño que le ha entregado la gente, cuestión que no ha dejado de sorprenderlos. Al respecto, el oficial ruso cuenta que la gente los detiene en la calle para darles las gracias por el trabajo que desarrollan y que también hay quienes han sorteado con éxito la seguridad del Grupo 10 de la FACH para entregarles regalos. De igual manera, han estado atentos a los buenos comentarios que les hacen por redes sociales. Todo eso los tiene más que contentos.

¿Y el apodo?, aquello los ha impactado profundamente. Según cuentan, es la primera vez que el poderoso avión ruso tiene un nombre propio a modo de sobrenombre. Para ellos no es algo típico, pero lo reciben entendiendo que es otra forma de agradecerles su labor en favor del bienestar de Chile.

"Es una gran responsabilidad y lo más importante es que esta ayuda permita sobrepasar los efectos negativos que ha vivido el pueblo chileno", comenta el coronel Aleksander Markov.

La poderosa máquina

"El Luchín" ya suma más de 30 misiones realizadas en Chile, habiendo descargado más de 1.260 toneladas de agua contra las llamas. El avión posee dos tanques de 21 mil litros cada uno y su tiempo de carga oscila en los 6 minutos. Nada mal para una máquina de tan grandes dimensiones.

Aquello porque su enorme envergadura lo convierte en un avión multipropósito. No sólo se dedica a combatir incendios forestales, sino que también es capaz de transportar cargamento pesado. En su interior puede albergar dos camiones, una ambulancia y hasta 60 personas, tal como lo hiciera cuando participó ayudando a Nepal en el terremoto de 2015.

El nivel de autonomía del avión con peso de despegue es de 190 toneladas, dependiendo del combustible que se le haya cargado. Ya preparando su regreso a Rusia -este sábado deja el país-, su ruta considerará cruzar desde Cabo Verde a Moscú durante 9 horas ininterrumpidas y sin requerimiento de recarga de combustible, cruzando así el continente africano y algo más sin problemas técnicos de estas características.

En monitoreo

El Ilyushin IL-76 opera en permanente vigilancia. En su equipo de navegación cuenta con un centro de información manejado por el Ministerio de Emergencia Ruso, el que opera con tecnología satelital y es capaz de monitorear el comportamiento de los incendios forestales.

Esta característica ha sido de gran utilidad para la Onemi y Conaf, organismos que se han nutrido de esta información para planificar tanto sus operaciones aéreas como terrestres. Esta bajada de información se realiza dos veces por día.

Pero, ¿cuál es la utilidad específica de estos datos?

Gracias a ellos, hoy es posible obtener las coordenadas de los focos y el avance de los diferentes incendios al minuto. También ha sido de gran ayuda para la planificación de operaciones contra el fuego y ha colaborado activamente en la logística de las diferentes instituciones involucradas en las operaciones de ataque al fuego.

Los trabajos desarrollados en Chile no han tenido ningún problema, dado que cada misión del avión ruso ha contado con la compañía de personal de la FACh y otro de la PDI. Este último corresponde al inspector Alejandro Montero Zuñiga, quien se aboca a labores de coordinación.

Conaf es quien determina las operaciones y las coordenadas para el plan de vuelo, las que deben ser autorizadas por las autoridad aeronáutica correspondiente. De ese modo es posible realizar los trabajos de descarga en el foco sin ningún problema o interrupción del espacio aéreo.

PROBLEMAS menores

La llegada del avión Ilyushin a Chile no estuvo ajena a inconvenientes. En las primeras etapas, la máquina rusa se enfrentó a las conexiones para el suministro de agua, lo que impedía la carga de sus tanques internos.

Sin embargo, el ingenio del chileno apareció con majestuosidad, logrando en tiempo récord la conexión del cien por ciento de su capacidad.

Para la tripulación rusa, la gran peculiaridad de los incendios en Chile es que son emergencias relativamente pequeñas y aisladas, pero carentes de un gran foco principal. Para colmo, los incendios se enmarcan en un área montañosa con muchos cambios de relieve.

Sin embargo, esto no ha representado ningún problema, dado que están preparados para actuar en cualquier condición contando con una amplia experiencia.

A modo de ilustración, debemos recordar que "El Luchín" ha intervenido en diferentes luchas contra el fuego, contando misiones en Grecia, Indonesia e Israel. A la sazón, cabe mencionar que estos países poseen características del relieve similares a Chile, por lo que está preparado para operar en cualquier condición. Eso ha quedado demostrado en cada una de sus acciones.

Un avión de combate con nuevo propósito

El Ilyushin IL-76 es en realidad un avión de transporte de carga pesada, provisto de cuatro motores. Fue diseñado originalmente en la ex Unión Soviética para servir a las fuerzas aéreas alineadas del bloque de Europa del Este, sumando misiones en África, Asia, Europa y ahora, también en Sudamérica. Tras la disolución del regimen comunista ruso, el magno avión debió olvidar sus faenas de guerra para ingresar al mundo comercial, oficiando no sólo en labores de combate de incendios, sino también en transporte de cargamentos especiales de gran tonelaje. Su primer vuelo data de 1971.

de 21 mil litros 2 tanques