Luis Valenzuela Castro
Los clásicos son partidos especiales y que nacen de momentos que marcan un antes y un después, y así lo saben los hinchas de Ñublense que entienden que el gol de Wladimir Herrera en el 2004 fue el instante en el cual nació la rivalidad entre los Diablos Rojos y Curicó.
Aquella tarde el estadio estaba absolutamente lleno y en las viejas galerías del antiguo Nelson Oyarzún había un puñado de hinchas que nunca han dejado de alentar y que como sólo aspiran a ganar el lunes ante los "Torteros" en el duelo programado desde las 20.30 horas en el estadio La Granja de Curicó.
Alexis Herrera es un hincha fiel de Ñublense y como tal rememora con emoción ese partido en Tercera División en el cual el Rojo ganó por 2 a 1 y le arrebató de las manos el ascenso a los curicanos. "Pensé que no lo dábamos vuelta, tenía a mi hijo en los brazos y se me caían las lágrimas, estaba resignado que nos quedábamos un año más en Tercera, pero cuando hizo el gol el 'Flaco' Herrera, volvió la ilusión".
Herrera, quien se sienta en la tribuna norte aprovechó el momento para enviarle un mensaje a los actuales elementos del plantel chillanejo. "Le diría a los jugadores que sean profesionales, que independiente si sienten o no los colores, se la jueguen y sientan el clásico como lo vivimos los hinchas, tienen que mojar la camiseta y correr durante todo el partido, hay que dejar todo en la cancha y que no nos pasen a llevar como lo hicieron la última vez".
Con respecto al partido citado por Herrera, cabe recordar que la última vez que Ñublense visitó a Curicó se vino con un 6 a 0 en contra. "Fue el viaje más largo que tuve durante ese año", rememoró.
Pablo Gómez, hincha de los Diablos y vocero del Movimiento Autónomo Ñublensino de Esfuerzo y Valor, dijo que para él, el clásico es reciente, ya que "Curicó tiene poquitos años de existencia, no es un equipo centenario como nosotros, es un equipo guagüita si lo comparamos con nosotros; además, no podemos jugar con Concepción o con Lota por lo que han hecho las sociedades anónimas".
Gómez también envió un mensaje a los jugadores. "Les pido que vean el esfuerzo de la hinchada que independiente de donde juegan siempre hay alguien que los acompaña, esperamos que eso lo retribuyan con todo su esfuerzo".
El hincha que no puede entrar al estadio por un proceso judicial ligado a la Ley Estadio Seguro, también recordó el partido clave del 2004. "Me acuerdo que le hicimos la gracia en el último minuto, no sé si porque era muy chico y no entendía de fútbol, siempre pensé que lo podíamos ganar. Cuando hicimos el gol me alegré mucho, fue maravilloso no sólo por cómo se dio el partido, sino que también por sentirme parte de algo grande, todos estábamos muy felices, uno abrazaba a gente que no conocía. Es uno de los mejores recuerdos que tengo de mi infancia".
Raúl Espinoza, Redelito, es otro de los fanáticos del Rojo y como tal adelantó que "hay que ir a ganar, los jugadores tienen me meter con todo".
"El 2004 fue algo espectacular, es algo que no se explica", dijo quien cada vez que viaja a Curicó es recibido con piedras en el bus que lo traslada.
Raúl concluyó que los hinchas ya se están organizando y que se pronostican por lo menos tres buses repletos de Rediablos, la barra de los chillanejos.
La más segura formación para el lunes
Si bien el técnico de Ñublense, Pablo Abraham, realizará hoy la última práctica de fútbol para definir el once que enfrentará a Curicó el lunes desde las 20.30 horas, la formación estaría prácticamente definida. Desde el arranque jugarían Sebastián Contreras en el arco, en defensa Paulo Olivares, José Rojas, Emiliano Pedreira y Matías Améstica, en el mediocampo con Michael Zobarzo, quien regresa tras una fecha de ausencia por decisión técnica, Sebastián Páez y José Loncón. En delantera con Lucas Triviño, Minor López y Gaspar Páez, quien superó la lesión que le impidió estar en cancha ante Coquimbo la semana pasada.