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De la diversión al miedo: los días de los niños en plena catástrofe

EXPERIENCIA. Dejar los juegos de lado y evacuar o hacer cortafuegos, fueron parte de lo que vivieron algunos menores de San Nicolás y Portezuelo.
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Francisca Toledo García

Bicicletas, pelotas de fútbol y patines o skaters son algunos de los juguetes que los más pequeños de la casa mantienen merodeando el patio. Frente a la catástrofe los más afortunados lograron llevarlos consigo durante el proceso de evacuación, mientras que quienes tuvieron menos suerte los perdieron producto de las llamas.

El 26 de enero de 2017 será un día inolvidable para los habitantes de Portezuelo y San Nicolás, lugares en donde comenzó el incendio forestal más devastador del que se tenga recuerdo. En tan sólo seis días se consumieron cerca de 20 mil hectáreas, según la Corporación Nacional Forestal (Conaf) en Ñuble.

Juegos de fuego

"Tuvimos que evacuar dos veces. Nos fuimos de mi casa a la casa de mis abuelos y el fuego llegó allá, ahí nos fuimos definitivamente a Chillán". Es parte del estremecedor relato que entregó Javier Muñoz, de 12 años, y quien reside con su familia en San Nicolás.

Además, el menor relata que salieron desde su hogar sacando todo lo que más pudieron y lo pusieron en una camioneta que también llevaba un carro. Él sólo se preocupó de sacar su ropa y algunos útiles escolares, "para que mis papás no me los tuvieran que volver a comprar", sostuvo.

En Portezuelo la situación que vivieron los niños de la zona no fue muy diferente, pues si bien muchos no perdieron sus casas, sí vieron cómo todo alrededor era consumido por el fuego.

"Fueron días muy tristes porque se estaban prendiendo todos los cerros, lo que más me daba pena era que la gente lo estaba perdiendo todo", afirmó Valentina Victoriano, de 8 años.

Su mamá complementa la información entregada por la pequeña y afirma que tuvo cuidado en no despertarla durante las noches, que era cuando el fuego estuvo más cerca de su casa. "La imagen era impactante, en el cerro de al lado se prendía todo", detalló la madre.

Para Ángelo Durán, de 8 años, la preocupación estaba situada en el integrante más longevo de su familia: su abuelo. "Estábamos preocupados por él porque está muy enfermo y el humo le hacía peor, por suerte no le pasó nada", comentó el menor.

Héroes del agua

Durante más de una semana compañías de Bomberos de varias zonas del país, e incluso desde fuera de Chile, se mantuvieron trabajando codo a codo junto a vecinos del sector para contener las llamas y evitar que más hectáreas fueran azotadas por el incendio que en ese momento afectaba las comunas del Valle del Itata.

Benjamín Castillo, de 15 años y habitante de San Nicolás, fue categórico en destacar la labor de Bomberos y voluntarios de Conaf. "Se pasaron, si no hubiera sido por ellos el fuego habría destruido todo acá. También lo del 'Supertanker' que descargó agua para aliviar el trabajo de ellos. Yo fui al terreno de mi abuelito y por ahí había tirado agua el avión y aunque se sentía la tierra caliente, no había fuego".

En Portezuelo también los bomberos eran héroes. Así lo manifestó Roberto Escalona (5) al contar con orgullo que su cuñado y su papá participaron como voluntarios de la catástrofe. "Fueron por hartos días, no dormían nunca. Trabajaban cortando los árboles día y noche, bacán conocer a alguien así, son muy buenos", sentenció el menor.

Para Matías Romero, de 13 años, la impresión sobre el tema es similar. "Debería haber más gente que se atreviera a ser bombero, ellos hacen su pega voluntariamente y algunos de los que fallecieron arriesgaron su vida por nosotros, por la gente y por salvar todo acá".

El lado "B"

No es ningún secreto que no sólo voluntarios de Bomberos, Conaf, autoridades, prensa y profesionales de diversas áreas visitaron durante la catástrofe a las comunas afectadas, pero el que se llevó todos los aplausos de los niños en Portezuelo fueron los juegos inflables instalados en plena plaza de la comuna.

"Me gustaba ir para allá porque estaban todos mis amigos, salíamos en la tele y también después jugábamos toda la tarde. Los tíos nos invitaban a hacer juegos, pintarnos la carita, fue muy entretenido", comentó Abraham Sandoval, de 9 años.

"Era bueno para que los niños se distrajeran de todo lo que nos estaba pasando en esos días, así que yo opino que sirvió bastante. Hasta ahora incluso participan en talleres que hacen en el Liceo, juegan y lo pasan bien", afirmó Soledad Gutiérrez, vecina del sector y madre de Abraham.

Tanto a Portezuelo como a San Nicolás también llegaron voluntarios de Desafío Levantemos Chile y Techo Chile, siempre con la finalidad de prestar ayuda para construir, pero a la vez trabajando con niños y jóvenes de la zona.

Autoridad preocupada

En la catástrofe que comenzó el 26 de enero en San Nicolás, se consumieron cerca de 15 mil hectáreas y las autoridades, conscientes de esto, siguen alertas, pero tranquilas por toda la ayuda recibida tanto de particulares como de organismos públicos.

"Se han acercado para hacer actividades junto a los niños en la plaza o en poblaciones de la comuna, todo con el propósito de sacar de sus mentes las imágenes del incendio. Estas medidas han sido muy enriquecedoras tanto para las familias como para sus hijos", enfatizó Feliciano Parra, concejal (DC) de San Nicolás.

Por otra parte, la autoridad comunal destacó que la coordinación entre entidades públicas "ha sido brillante" y que es una gran ventaja para que los reales problemas de los afectados se solucionen rápido y a la vez de la mejor forma posible para ellos y que de esta forma la tranquilidad retorne a 'San Nicolás, la comuna de los niños'.

Los testimonios de niños y adultos de la tragedia en San Nicolás y POrtezuelo

"En la noche no podíamos dormir por miedo a que se quemara la casa, lo que más me preocupaba era mi abuelita"

Camila Ortíz, 10 años"

"Esos días del incendio estuvimos mal, asustados porque veía cómo el fuego estaba cerca de mi casa. Los bomberos se portaron súper bien porque nos ayudaron"

Ángel Venegas, 12 años"

"Evacuamos con toda mi familia, echamos las cosas que necesitábamos en una camioneta y nos fuimos a la casa de mi papá"

Javier Muñoz, 12 años"

"Fui a ayudar a la casa de mi abuela que está en medio de un cerro y ahí usamos un fuego contra fuego, quemamos un cerco y pasto para que no se quemara la casa"

Matías Romero, 13 años"

Preocupación de los padres

Para los padres no ha sido tarea fácil el retorno a la vida normal, ven a sus hijos tristes y preocupados, muchos con incluso cambios en el comportamiento de ellos. Sin embargo, Claudia, madre de Valentina Victoriano (8) y habitante de la comuna de Portezuelo, afirmó que en la noche fue donde más susto pasó por la cercanía de las llamas a su casa, pero que evitó despertar a su hija e hijo de 15 años para que no se traumaran aún más. "Nunca vieron esas llamas tremendas al lado de nuestra casa, porque yo preferí que siguieran durmiendo y no pasar la angustia que yo sentía". De esta forma evitó aún más preocupación en sus pequeños, quienes sin duda ya lo estaban pasando suficientemente mal con la tragedia.

"Perdimos todos los fardos que recién habíamos comprado. Acá al frente se quemó todo, nuestra casa se salvó de milagro"

Marcela Muñoz, Vecina del sector Piedra Lisa, San Nicolás"

"Se han acercado para hacer actividades junto a los niños en la plaza o en poblaciones de la comuna, todo para sacar de la mente de los niños imágenes del incendio"

Feliciano Parra, Concejal (DC) de San Nicolás"

1.476 incendios forestales registró la Conaf durante el periodo estival en la Región del Biobío. Varios de los siniestros se calificaron como intencionales y hoy hay investigaciones en curso.

125.470 hectáreas se consumieron sólo en lo que va de este año en la Región del Biobío según informó Conaf. De hecho varias comunas estuvieron en alerta roja por el evento.

26 de enero fue el día en que los incendios forestales comenzaron en la comuna de San Nicolás, también se propagaron por sectores aledaños como Piedra Lisa, Monte León, entre otros.