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La reina de Viña, Kika Silva, cumplió la tradición con un austero piscinazo

CORONA. La nueva monarca dijo que las protestas y la catástrofe producto de los aluviones le hicieron pensar que no se podía hacer del evento un show televisivo.
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Tábatha Guerra

Sobrio. Así fue el esperado piscinazo que la Reina de Viña 2017, Kika Silva, realizó ayer en el hotel O'Higgins. Era la segunda vez que la representante de Canal 13 intentaba cumplir con la tradición, luego que el sábado -y por primera vez en la historia del certamen- el clásico evento se suspendiera debido a las protestas que pobladores del campamento Felipe Camiroaga, ubicado en el sector de Forestal de la Ciudad Jardín, efectuaron a un costado del hotel.

A las 12.45, la flamante nueva soberana apareció en el patio del recinto cubierta con una bata naranja. A los pocos segundos, Kika Silva dejó a la vista el atuendo con el que se presentó a la prensa: un sencillo bikini negro. Es que el aplazamiento del piscinazo obligó a la producción de la señal de Luksic a reformular la performance original, la cual incluía un diseño animal print en el cuerpo de Kika Silva, a cargo del famoso tatuador Marlon Parra, además de un traje de baño mucho más diminuto y llamativo.

Austeridad

Al mismo momento que los primeros rayos de sol asomaban en el nublado cielo de Viña del Mar, la Reina 2017 realizaba una sensual coreografía acompañada de cuatro bailarines. Tres minutos después, Silva se lanzó al agua con un piquero en el que demostró su experticia como nadadora.

La única sorpresa de la jornada ocurrió cuando la nueva monarca festivalera salió por unos segundos de la piscina para lucirse con un segundo piquero, pero esta vez haciendo un perfecto mortal en el aire.

En total, Kika Silva estuvo unos siete minutos nadando y compartiendo con la prensa en la piscina del hotel O'Higgins. Pero a diferencia de los días anteriores, su cara no mostraba una sonrisa. Si bien agradeció a la prensa por llegar al recinto por segundo día consecutivo, tras salir del agua explicó que tras las protestas del sábado "a diferencia de años anteriores, esta vez el piscinazo no podía transformarse en un show".

La pena de kika

A las demandas de los pobladores del Campamento Felipe Camiroaga, ayer se sumó la tragedia que actualmente atraviesan miles de personas en la zona norte y centro del país a causa de los aluviones que ya han cobrado víctimas fatales. Kika Silva no quiso quedarse sin palabras ante la tragedia, y explicó que el esperado piscinazo trató de realizarse lo más sobrio posible a causa de la catástrofe.

"Había que seguir con el piscinazo porque es tradición, pero hoy (ayer) no era el momento de mostrar un espectáculo para la televisión. Hay gente que no lo está pasando bien a causa de los aluviones y las protestas del sábado, por eso hicimos algo mucho más recatado y respetuoso", comentó mientras se dirigía a su habitación para descansar tras una ajetreada semana de candidatura.