Con suma preocupación han reaccionado los vecinos de la localidad rural de Llollinco, en Chillán Viejo, a sólo pasos del terreno donde opera el relleno sanitario de Ecobio S.A., de la empresa Biodiversa, al informe de cargos presentado por la Superintendencia de Medio Ambiente y que considera serias irregularidades desde mayo de 2014 y que continuaron a lo menos hasta 2016.
De un total de 21 informes de fiscalizaciones al relleno industrial se constaron desde elevadas concentraciones de manganeso en el agua subterránea, no incluir en los análisis periodicos del plan de muestreo a elementos peligrosos para la salud como el arsénico, filtración de líquidos percolados, muerte de aves en piscinas de almacenamiento de lixiviados, entre otras falencias.
Sólo las concentraciones de manganeso en el agua, de llegar a afectar a los pozos de los residentes del sector podría ocasionar episodios graves de envenenamiento crónico, por cuanto los niveles detectados superaron en algunos casos en mil por ciento el máximo permitido por la norma chilena y ello se mantuvo por varios meses.
Los vecinos de Llollinco reclaman que por años han venido presentando denuncias a las autoridades de MedioAmbiente y Salud de la Región del Bío Bío sin haber sido escuchados. Al mismo tiempo dicen no sorprenderse con los preocupantes antecedentes detectados en las fiscalizaciones.
Resulta grave pensar que este tipo de infracciones, que afortunadamente no han evidenciado un impacto inmediato en la población, se hayan venido produciendo a lo menos en los últimos tres años antes de que fueran conocidas por la opinión pública de manera casi fortuita, gracias a su publicación en Diario Crónica Chillán.
De igual modo, estos antecedentes no hacen más que confirmar los temores de los residentes y vecinos al relleno sanitario que hace poco más de un año exigían a las autoridades regionales que se tomaran análisis médicos a las condiciones de salud de la población, temiendo estar siendo afectados por la operación del relleno industrial.
No fueron escuchados ni menos tomadas en cuenta sus aprensiones. Lo que hoy exigen los vecinos es que opere la ley y que las autoridades respectivas cumplan con su obligación de proteger la salud de la ciudadanía, tal como es su derecho constitucional de vivir en un medio libre de contaminación. Algo que sin duda un grupo de chilenos en Chillán Viejo no pueden dar por cumplido.