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Carlos Araya ficcionó Calama en "Historial de navegación"

En resumen

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-Tienes un título de kinesiología. ¿Cómo llegaste a la literatura y al cine?

-Cuando adolescente solo era cinéfilo y bastante tarde descubrí que podía escribir o dirigir. Cuando entré a la universidad me encontré por accidente con los espacios y las personas correctas que me mostraron que podía tomar otro rumbo. Poco a poco los anaqueles de literatura me atraparon más que los de biología molecular, pero la kinesiología me dio mucho rigor y un sentido particular sobre el movimiento y la visualidad. Esos elementos me marcaron y me influyen mucho a la hora de escribir.

-¿Hubo alguna idea del Norte Grande que quisiste plasmar en tu libro?

-Más que una idea quería construir una atmósfera, un espacio visto a través de lentes mojados con cerveza y agua con arsénico. Un lugar olvidado por el Estado, donde se cuelan las grandes contradicciones de Chile, donde convive la extracción de grandes riquezas con la carencia total. Es un libro donde se cruzan inmigrantes, mineros, adolescentes y prostitutas, todos marcados por un viaje que les permite ver a la distancia los atardeceres más hermosos de sus vidas junto a bloques gigantes de humo que salen desde la mina de Chuquicamata.

-¿Qué opinas de la producción cultural y artística en regiones?

-Hay muchas cosas pasando en la provincia, pero la mayoría con muy poca visibilización. Es difícil que las regiones se liberen de una idea país, sobre todo pensando en el nivel de penetración cultural nacionalista que tienen los medios, pero hay casos que quiebran ese status quo, como lo que hace Daniel Rojas Pachas en Arica al crear encuentros y diálogos con la producción cultural de otros países latinoamericanos. La única chilenidad que no me gustaría que se perdiera es la que veía Raúl Ruiz. Un país absurdo.

Carlos araya nació en calama y plasmó el imaginario del norte grande en su segundo libro.

3 preguntas

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Carlos Araya Díaz es un escritor y cineasta calameño, autor del libro "Historial de navegación" (Alquimia), donde desmitifica la provincia con relatos del norte minero. Ahora trabaja en un nuevo libro de ficción y filma la película "El viaje espacial", en distintos paraderos del país.

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alfonso gonzalez ramirez

Los 90 regresan a la pantalla

Remakes y secuelas de recordadas ofertas de la década del grunge y la Generación X alimentan el vicio de la industria por revivir fantasmas. Tomen nota.
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Desde la distancia podemos ver con mayor claridad que la cultura en los 90 circulaba en dos polos opuestos. Por un lado, un desencanto que funcionaba tanto como consecuencia de la era Reagan como de las tensiones ante el fin de siglo (del grunge al rock industrial, pasando por el sarcasmo de Breat Easton Ellis, hasta el tono reflexivo del cine independiente), y por otro lado, un escapismo sin pudor para contrarrestar el peso existencial de los tiempos (léase "Friends", europop, "Guardianes de la bahía", "Beavis y Butthead"). Ambas corrientes tenían algo en común: el enaltecimiento de la juventud.

Aunque nos pongamos escépticos ante las definiciones (¿es la cultura de cada época diseñada en agencias y medios de comunicación?), los 90 sí tuvieron una carga simbólica que ahora, en la maquinaria posmoderna, queda despojada de todo sentido. Vale mencionarlo a la luz de un desembarco cinematográfico que trae de vuelta títulos de la época para reclutar a los que alguna vez pertenecieron a la Generación X como también a nuevas audiencias.

Ambos públicos parecen estar en la mira de "T2" -actualmente en cartelera-, secuela de "Trainspotting" que actualiza su discurso a la luz de los nuevos tiempos ("elige Facebook, Instagram…", sermonea irónicamente Renton) y desde los sinsabores del fin de la juventud. Danny Boyle no logra, sin embargo, replicar el desvarío generacional de la apuesta inicial.

En cartelera figura también otra adaptación de una apuesta noventera, en este caso una serie emitida originalmente en 1993 que, desde la fantasía, era también un canto a la adolescencia. "Power Rangers" potencia el proceso iniciático de cinco jóvenes que deciden convertirse en superhéroes. A pesar de los prejuicios, la cinta supera nuestras expectativas. Digamos que el director Dean Israelite ("Project Almanac") logra darle mayor verosimilitud a una oferta que bordeaba la ridiculez.

A comienzo de los 90, los fans del manga estaban obsesionados con "Ghost in the shell", de Masamune Shirow, thriller futurista que tuvo una asombrosa adaptación animada en el año 1995, y ahora regresa con actores y bajo la dirección de Rupert Sanders ("Blancanieves y el cazador"). La estrella es una Scarlett Johansson que, a estas alturas, se ha convertido en la reina indiscutida del cine fantástico.

Disney, en tanto, sigue enfrentando la ardua misión de adaptar sus películas animadas con un elenco de carne y hueso. En salas ya está "La bella y la bestia", versión actualizada de la oferta de 1991 que en los sectores más conservadores ha dado que hablar por LeFou, personaje gay que no estaba en la apuestas original.

A esto debemos sumar remakes más oportunistas que inspirados como el de "Guardianes de la bahía" -con "La Roca" y el galán del cine bobo Zac Efron- y una nueva entrega de "Matrix", que fue confirmada esta semana por el guionista Zak Penn.

La gran obra vinculada a los 90 llegará sin embargo a la televisión. "Twin Peaks" se estrenará en mayo para mostrar qué pasó con los personajes 25 años después del asesinato de Laura Palmer. La gracia es que David Lynch está involucrado en la producción. Bienvenido.

"Trainspotting 2" lidera las evocaciones en el cine a los años 90.


en resumen

En las salas chilenas ya están las noventeras "Trainspotting 2",

"Power Rangers", "Ghost in the shell" y "La bella y la bestia".

Por Andrés Nazarala R

Jaap Buitendijk / CTMG