El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), por medio de su Departamento de Patrimonio Cultural, presentó en la capital provincial el concurso culinario "El Menú de Chile".

El Restorán "Panchito" en el paseo La Merced, fue el lugar donde el gobernador de Ñuble, Alvaro Miguieles, y la directora regional del CNCA, Marcia Orellana,invitaron a las familias de la provincia a participar.

La finalidad de la iniciativa es rescatar las cocinas ancestrales a lo largo de Chile, heredadas familiarmente, y darles realce desde lo local.

"Estamos lanzando el 'Menú de Chile' y aprovechamos entonces de invitar a las familias ñublensinas a que participen de este concurso, para que propongan sus recetas, sus costumbres, el almuerzo familiar del fin de semana", señaló el Gobernador Miguieles.

La dinámica del concurso es la siguiente: la propuesta de cada participante "debe incluir entrada, plato de fondo, postre y bebidas asociadas, o bien, de no existir una secuencia, dar cuenta de las características de todos los elementos que constituyen el plato", según se explica en las bases.

Los concursantes "deben constituirse como equipos interdisciplinarios, compuestos por un mínimo de tres integrantes que, en su conjunto, representen diversos oficios y saberes relacionados a las cocinas patrimoniales", se especifica.

La convocatoria estará abierta hasta el 24 de julio. Todas las bases se encuentran disponibles en www.cultura.gob.cl/menudechile.

Matías Troncoso Carrasco

En la Sala Marta Brunet del Teatro Municipal se inauguró ayer la exposición "La Parra de Guayasamín", muestra compuesta por pinturas y dibujos realizados por Oswaldo Guayasamín que antes estuvo exhibiéndose en Concepción.

Las piezas tienen como foco estético y temático un tópico recurrente a lo largo de su obra: la epifanía del indígena en esta parte del mundo. Son 40 aguafuertes a dos tintas y en blanco y negro y 17 litografías a color.

Con la presencia de Arturo Huerta como representante de la Fundación Guayasamín; Hansel Silva, director ejecutivo Corporación Aldea Rural; y del alcalde de Chillán, Sergio Zarzar, se dio por comenzada la muestra que permanecerá hasta el siete de junio en la ciudad.

La llegada de "La Parra de Guayasamín" a la capital provincial tiene un simbolismo sustancial; la cercanía artística que sintió el pintor con la icónica familia Parra, en especial con Violeta.

La experiencia creacional de Guayasamín estuvo muy vinculada a lo humano, particularmente -propio de su condición latinoamericana, propio de una convicción estética- al despojo terrenal y espiritual de las comunidades originarias una vez fueron invadidas y saqueadas por los europeos. El "Expresionismo Colonial" fue un término que acuñó reiteradamente para tratar de explicar en márgenes conceptuales el leitmotiv de su obra.

Indudablemente las creaciones del artista ecuatoriano refulgen visualmente a través de líneas y colores que remiten a la ignominia hacia el indígena, pero, en palabras de él, siempre su búsqueda apuntó más bien a una aproximación al devenir universal.

Arturo Huerta de la Fundación Guayasamín se mostró entusiasmado con la posibilidad de exhibir parte importante de la obra de Guayasamín en un espacio como el Municipal.

"Es una exposición que se basa en un libro que corresponde a una interpretación gráfica, en pinturas, de la conquista de América que el maestro realizó", explicó Huerta.

"Acá lo que se va a observar y admirar son los colores, los vivos colores que le da a la parte de América, ahí está la maestría de la obra", agregó.

Chile: una cosmovisión

En el reciente mes de mayo el hijo del pintor, Pablo Guayasamín, estuvo de visita en Chillán conociendo lugares emblemáticos y reuniéndose con actores culturales. En esa ocasión había anunciado la posible llegada de una muestra de su padre a la capital de Ñuble.

La idea de itinerar una gran muestra de Guayasamín por Chile nace de la convicción del propio artista de acercar el arte al pueblo, sobre todo a los marginados, niños y jóvenes.

En ese sentido no se puede dejar de mencionar sus vínculos con artistas históricos como Pablo Neruda y Gabriela Mistral. Oswaldo Guayasamín sintió especial interés por la concepción ideológica de Violeta Parra, a la vez que admiró profundamente el contenido poético, musical y visual de su obra.

La sintonía con todos ellos, tal vez, puede entenderse por sus incansables preocupaciones respecto a la injusticia endémica en el continente.