El miércoles próximo se produce la noche más larga del año. Se le llama el solsticio de invierno y, en el hemisferio sur, marca el comienzo de la estación más oscura y fría de cada año.
El invierno es esa estación en que las noches son más largas y el frío y la lluvia se hacen presentes con mayor intensidad. Es por ello que se la considera la estación de la soledad.
Antes de que el hombre desarrollara el conocimiento científico, hubo civilizaciones completas que le dieron explicaciones a estos fenómenos climáticos con leyendas y deidades. Hay una que me ha llamado más la atención.
Se refiere a que a esta estación se la vinculó con la tristeza de una diosa griega de la naturaleza, llamada Deméter. Según esa versión, esta época recuerda la tristeza de la diosa, porque su hija llamada Perséfone, fue raptada por el dios del inframundo, llamado Hades. Después de seis meses de permanecer secuestrada, Hades la devolvió a su madre, con lo cual cesó la tristeza de la diosa y volvieron las altas temperaturas sobre la tierra.
O sea, el estado de ánimo de la diosa de la naturaleza marcaba las estaciones del año. Si estaba triste hacía frío y llovía. Si recuperaba la sonrisa, volvían los colores y el sol prolongaba la duración del día.
Cuando se comienza a desarrollar la ciencia, nos vamos dando cuenta que las estaciones se van produciendo de acuerdo a la duración de los giros de la tierra alrededor del sol. O sea, cada 365,25 días, que dura exactamente cada órbita de la tierra.
La palabra Invierno procede del latin "hibernus", que significa tiempo invernal. Es la época en que la mayoría de los animales hibernan y escasean los productos agrícolas. La oscuridad se impone sobre la claridad, se produce una sensación de soledad, de ausencia de vida, de silencio. La tristeza de Deméter.
Pero no se crea que sólo los antiguos griegos buscaban esas explicaciones a los cambios climáticos. En nuestro hemisferio también surgieron leyendas que buscaban justificar estos fenómenos. Y hasta hoy se mantienen tradiciones que hablan de religión, de historias, incluso de culturas que asocian el invierno con la frialdad, con la oscuridad y con la muerte. En fin, el miércoles se producirá el paso del otoño al invierno y serán muchos los poetas que, desmitificando la circunstancia helada y oscura de la meteorología, volcarán su talento creativo para inventar versos y para describir paisajes humanos que nos deslumbrarán con su brillo.
Miguel Ángel San Martín, Periodista.