Elección de intendentes: un sueño confuso
Luego de México, Chile tiene el equipo más experimentado del certamen con un promedio de 46,9 partidos por jugador. Además, se alza como el tercer conjunto más goleador. El Gobierno y la Nueva Mayoría están creando altas expectativas en torno a la elección de intendentes.
El Gobierno, reiterando su actitud hostil con el candidato de Chile Vamos, emplazó al Presidente Piñera a revelar su posición en materia de descentralización, tras sus reparos al proyecto que promueve hoy La Moneda en el Congreso. Pero hay dos claves para evaluar la posición del Gobierno, que expresa un error de fondo.
Primero, en marzo de 2014 la Presidenta Bachelet paralizó la tramitación del proyecto que transfiere competencias y recursos a las regiones, sin las cuales la elección popular de una autoridad no tiene sentido. Recién este año retomó su tramitación, perdiéndose tres valiosos años. Luego, el Gobierno y la Nueva Mayoría están creando altas expectativas en torno a la elección de intendentes, como si ello fuera un factor automático de descentralización.
Por sí sola, la elección popular de una autoridad regional no genera cambios, si no cuenta con facultades, competencias y recursos para ejercer un rol adecuado, menos aun cuando la reforma impulsada por el Gobierno contempla, en paralelo, la figura del delegado presidencial regional, que en la práctica tendrá mayor injerencia en la marcha de la región.
Aún más importante que lo anterior, es la contradicción entre un discurso que insiste en la descentralización, mientras es en regiones en donde el Gobierno muestra en mayor medida su incompetencia. Prueba de ello esta semana, son la debilidad de la máxima autoridad en La Araucanía; y el retraso de una semana, en el despliegue decidido para rescatar a dos mineros atrapados en Aysén.
La elección del órgano ejecutivo del GORE debería realizarse una vez que se hayan aprobado e implementado reformas que empoderan a las regiones y permiten que quien resulte electo tenga facultades y funciones bien definidas que ejercer. El gobierno ha sido incapaz de aprobar en el Congreso el proyecto de ley que define nuevas funciones a los gobiernos regionales y permite el traspaso de atribuciones de ejecución a la región. Una vez aprobada e implementada dicha ley se podrá tener una verdadera noción de aquellas funciones que ejercerá un potencial órgano electo.
Algo similar sucede con el financiamiento de las regiones. El gobierno ha comprometido el estudio y presentación de un proyecto de ley que regule la forma en que se financiarán las regiones para que éstas tengan acceso a presupuesto propio, lo que en los hechos, le otorga verdadero poder para tomar decisiones. A la vez, dicho proyecto debe contener reglas de responsabilidad fiscal y restricciones de endeudamiento de las regiones.
Pese a todas las materias que aún se encuentran pendientes, el gobierno insiste en avanzar en una reforma constitucional que, de aprobarse, podría afectar gravemente la administración pública del país, y las regiones seguimos esperando.
Frank Sauerbaum Ex Diputado por Ñuble.