En los pasados días todo Chile se ha alegrado con los triunfos futbolísticos que nos han hecho sentir que somos todos importantes y parte de una nación que se identifica con sus jugadores y salta de alegría en cada gol. Más allá de nuestras diferencias, en cada rincón del país se han celebrado los esfuerzos y avances de nuestra selección nacional dejando evidencia de que son mucho más las cosas que nos unen, que las que nos dividen.
En un año de elecciones, en que se manifiesta lo mejor y lo peor de la humanidad que todos compartimos, nos hace muy bien ver cómo podemos vibrar por un mismo ideal e identificarnos con los colores de la bandera y "la roja de todos". Por los 90 minutos que duran los partidos de fútbol nos hemos olvidado de las campañas, debates y discursos, más marcados por las tensiones y descalificaciones que por las propuestas para hacer de Chile un mejor país. Qué hermoso sería si los partidos no tuvieran fin, y pudiéramos simplemente celebrar y animar lo nuestro para siempre.
Hoy se realizan las elecciones primarias, que nos hacen sentir que falta muy poco para las elecciones definitivas, de vital importancia en la elección de quienes nos liderarán en los próximos años, y recobra una importancia especial reiterar el llamado a la unidad de la ciudadanía, sin aspirar a la uniformidad pero procurando un común esfuerzo por el bien de toda la comunidad nacional. Sin duda, todos constatamos un ambiente cargado de encrispación social y de desconfiara hacia la clase política. Y las razones sobran para esta desconfianza, pues no son pocos los que ven en las próximas elecciones una oportunidad para sacar provecho político, ubicarse en un buen cargo, o asegurarse un sueldo.
La unidad y alegría que nos ha regalado el fútbol, y que este domingo esperamos sellar con un triunfo ante Alemania, debería iluminarnos para asumir que las elecciones deberían ser un tiempo de participación ciudadana, que nos llene de satisfacción, haciendo de ellas una oportunidad para vencer el protagonismo personal, las descalificaciones injustas y el aprovechamiento político destructivo.
El anuncio de la próxima visita del Papa Francisco, es otra instancia que nos recuerda que Dios nos pide caminar por los caminos del amor, celebrando lo que nos une, y cultivando el respeto mutuo.
Carlos Pellegrin Barrera Obispo de Chillán.