Secciones

La nueva región se potencia con rehabilitación de antiguos tranques

ÑUBLE. Indap y CNR trabajan en recuperar acumuladores de agua para riego y beneficiar así a pequeños productores, dando un paso para potenciar la condición agroalimentaria.
E-mail Compartir

Marcelo Arroyo L.

"Cuando no están los tranques, las aguas escurren y ojalá todos los tranques, los de antes, los que fueron parte de la Reforma Agraria y otros, pudiesen estar habilitados para aprovechar esas aguas de forma gradual, porque la escasez hídrica cada año va a ser peor", reflexiona Marcos Rodríguez, agricultor del sector San Jorge de Ñiquén, ubicado a 18 kilómetros hacia la cordillera de esa comuna norte de Ñuble.

A diferencia del pasado que surgieron producto de la parcelación de los terrenos, la recuperación de los denominados tranques CORA tienen un potencial insospechado producto del cambio climático y la escasez hídrica que se acentúa cada vez más, haciendo más crítica la situación de aquellos predios agrícolas ubicados en las comunas del secano y valle ñublensino.

Así lo han considerado desde los ministerios de Agricultura y Obras Públicas, que en los últimos años trabajan para reponer estos acumuladores de agua para riego agrícola. De hecho, durante la semana, la Comisión Nacional de Riego (CNR) anunció que 25 tranques CORA, que fueron parte del proceso de la Reforma Agraria, tienen potencial de ser rehabilitados.

Rehabilitación

Entre el 2015 y 2017, Indap ha rehabilitado cuatro tranques en la región: uno en Los Ángeles y tres en la comuna de Bulnes, uno de los cuales corresponde al tranque Cora "San Luis de Cerrillos".

A la fecha, la entidad dependiente de Minagri ha invertido 130 millones 771 mil pesos, beneficiando a 81 familias, y 803,4 hectáreas de cultivos. La proyección de Indap es rehabilitar tres o cuatro el próximo año en la zona.

La importancia de estas obras apunta a mejorar la productividad y rendimiento de los cultivos tradicionales, desde el maíz, legumbres, arroz y remolacha, hasta los exportados "berries".

Rodríguez está muy consciente de esta realidad. Como presidente de una comunidad que reúne a 46 parceleros, está a la espera que tranque el mismo nombre recupere su potencial de 180 mil litros cúbicos para unas 800 hectáreas mediante la concreción de un proyecto que apoya la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH).

"Sin estos acumuladores de agua la situación para nosotros se pone muy complicada", señala el directivo de la comunidad que administra el tranque San Jorge, obra de regulación corta construida en la década del 50' como parte del recordado "Plan Chillán" y que posteriormente, desde 1974 en adelante, pasó a ser un bien común del proyecto de parcelación "Aguas Verdes" y beneficia a una serie de predios.

En este caso esperan tenerlo habilitado en noviembre próximo. "Ahora con el tranque recuperado tendremos mucha cantidad de agua y pasaremos de los 50 mil a 180 mil metros cúbicos de agua", afirma el presidente de la comunidad del Tranque San Jorge.

Tranques CORA

El año pasado, la Comisión Nacional de Riego (CNR), en el marco de una serie de diagnósticos de tranques construidos o gestionados por la Corporación de la Reforma Agraria en la zona centro sur del país (entre los años 1965 y 1970), inició estudios entre las regiones de Coquimbo y La Araucanía.

Su objetivo principal apuntó a conocer el estado actual de los tranques CORA en cada una de ellas y estimar sus costos de rehabilitación.

En el caso de la región del Biobío el estudio denominado "Diagnóstico del estado actual de los tranques CORA VIII y IX Región" fue realizado por el Departamento de Recursos Hídricos de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción, a través de un equipo de profesionales liderados por el ingeniero civil agrícola, Ovidio Melo.

El seremi de Agricultura, Rodrigo García, aclara que este estudio se suma al trabajo que ya viene realizando Indap en esta materia y que ha permitido rehabilitar otros tranques CORA para el beneficio de pequeños agricultores y agricultoras de la región.

De acuerdo al informe final del estudio, se identificó además la organización de usuarios del agua que contiene a los usuarios del tranque. Asimismo, se diagnosticó la situación de los derechos de aprovechamiento de aguas de cada tranque "y la situación legal de la propiedad del terreno en que se emplaza el tranque".

"La calidad de vida de gran parte de los habitantes de Ñuble depende de la productividad agrícola, la cual está siendo afectada los últimos años por el cambio climático. Como CNR estamos conscientes de esta realidad y este estudio apuntó precisamente en esa dirección", dice el coordinador regional, Paulo de la Fuente.

De acuerdo a las conclusiones del estudio elaborado por la UdeC, estos tranques CORA de la región se encuentran en diferentes estados y condiciones, tanto desde un punto de vista de su infraestructura, como de los derechos de agua y el predio en el que se emplazan.

"Por una parte, se observan algunos tranques en perfecto estado debido a recientes rehabilitaciones y, por otra, tranques inexistentes, producto de otros usos que se les ha dado al lugar en que se emplazaban originalmente", señala el estudio.

De los detectados, 31 tranques tienen potencial de ser reparados en la región del Biobío, de los cuales seis pertenecen a la provincia del Biobío y 25 a Ñuble, distribuidos en ocho comunas. Veinte de ellos benefician a grupos de usuarios conformados con a lo menos un 75% de pequeños agricultores.

Situación en Ñuble

Para el caso de la futura región de Ñuble, el mismo estudio arrojó que de 48 tranques CORA, nueve están actualmente en óptimas condiciones por lo que no requieren rehabilitación; catorce no cuentan con las condiciones mínimas para considerarlos en un proyecto de rehabilitación y 25 acumuladores se consideran con potencial de ser rehabilitados.

"En época de alteraciones climáticas, estos tranques que fueron generosos con el riego de los parceleros de la Reforma Agraria hace 50 años vuelven hoy a mostrarnos toda su utilidad para la agricultura familiar campesina", afirma el director regional de Indap, Andrés Castillo.

El estudio determinó que el volumen máximo de almacenamiento al cual podrían llegar los 25 tranques de Ñuble al ser rehabilitados sería superior a 1.100.000 metros cúbicos, lo que permitiría abastecer una superficie potencial de riego mayor a las 6 mil hectáreas, beneficiando a más de 370 potenciales usuarios.

Estimaciones de la CNR indican que el costo de reparar estas obras de acumulación supera las 120 mil UF. "Los resultados nos permitirán decidir cuáles de estas antiguas obras de acumulación podemos rehabilitar primero, a través de un concurso de la Ley de Fomento al Riego, para hacer frente a la escasez hídrica e ir en ayuda de la pequeña agricultura", explica De la Fuente.

La suma de estos acumuladores de agua y la construcción de nuevos embalses, como Punilla o Zapallar, afianzan la idea de convertir a la naciente Región Ñuble en una potencia agroalimentaria.

"Ojalá todos los tranques pudiesen estar habilitados para aprovechar esas aguas de forma gradual, porque la escasez hídrica cada año va a ser peor".

Marcos Rodríguez, Presidente Tranque San Jorge"

Recuperación por la Ley de Riego

El año 2013 la bonificación pública bordeaba los $6 mil millones, mientras que en 2015 esa cifra fue duplicada llegando a los $12 mil millones. "En este incremento la pequeña agricultura ha estado presente en gran parte de estos recursos, gracias al mandato presidencial de dirigir la mirada hacia los más pequeños. Precisamente el resultado de este estudio nos permite concluir que 25 tranques en Ñuble tienen el potencial de ser rehabilitados a través de los concursos de la Ley de Riego N°18.450 de para ir realizando estas obras, que sin duda benefician en gran parte a los agricultores y agricultoras más pequeños de Ñuble", dijo Paulo de la Fuente, Coordinador Regional de la CNR.

En detalle

Tranques Cora: En 2016, CNR serie de diagnósticos de tranques construidos o gestionados por la Corporación de la Reforma Agraria.

Rehabilitados: Entre el 2015 y 2017, Indap ha rehabilitado cuatro tranques en la región e invertido 130 millones 771 mil pesos, que han beneficiado a 81 familias.

120 mil U.F. es la estimación de la CNR del costo de reparar los 31 tranques CORA que están en condiciones de ser habilitados tras el estudios realizado por la UdeC.

$131 millones asciende la inversión a la fecha realizada por Indap en la rehabilitación de cuatro tranques en las provincias de Bio Bio y Ñuble, beneficiando a 81 familias, y 803,4 hectáreas.

"Para combatir la sequía, son importantes los embalses grandes y pequeños"

ENTREVISTA. Directivo sostuvo que si el calentamiento global sigue al ritmo actual, en 50 años la escasez hídrica será un estado natural, por lo que llamó a preocuparse del tema.
E-mail Compartir

Patricio Vera

El problema de la sequía es una realidad tangible que está golpeando cada día más duro a los campos. A esta verdad, Ñuble no escapa y aunque la Red Nacional de Embalses es una buena solución, existen otras que han encontrado el interés necesario. Uno de ellos es el recientemente electo presidente de la Asociación Gremial de Riego y Drenaje, Felipe Martin, quien señala datos que aparte de interesantes y reveladores, llegan a ser sorprendentes.

Según indica el ex secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Riego, la escasez hídrica que existe hoy en Biobío y particularmente en Ñuble, ha crecido de manera muy acelerada en el último tiempo. Producto de ello, los recursos superficiales se encuentran técnicamente agotados y, por lo mismo, ha ido creciendo rápidamente el consumo de aguas subterráneas mediante pozos, lo que es muy superior respecto de la tasa de crecimiento de la región. Esto ha llevado a que justamente se requiera de nueva infraestructura, de lo que parte precisamente el tema del embalse Punilla y otras grandes estructuras.

"Son importantes los embalses grandes y pequeños. No podemos pensar sólo en un tipo de infraestructura, sino que debemos hacerlo a nivel nacional, regional y local en diferentes medidas. Podemos hablar de grandes embalses como el Punilla, pero éste va a tener que contar con sistemas de acumulación localizados que son pequeñas reservas de agua que permitan el suministro en plazos de quince días. Eso debe ser parte del sistema de distribución", indica.

Martin comenta que la Red Nacional de Embalses es una política de Estado anterior al gobierno de la Presidenta Bachelet, pero que ha tenido la continuidad necesaria. Lo cierto es que buena parte del acierto corre por cuenta de Indap, organismo que desarrolló un plan de trabajo de pequeños diques entre el 2010 y el 2014 que recuperó gran parte de los embalses Cora que eran de comunidades.

Otras soluciones

Según explica Felipe Martin, si se continúa sin atender con el debido respeto el tema del calentamiento global, de aquí a cincuenta años vamos a tener un problema de sequía permanente como estado natural. Por lo mismo, hay que estar preparados.

"De Santiago hacia el norte tenemos un déficit estructural y debemos generar el bloqueo de la desertificación hacia el sur. Esto se está logrando con los embalses que se han privilegiado, como es el caso del Chironta, Valle Hermoso, Punilla y en este gobierno se van a priorizar los embalses Catemu, Las Palmas, Los Ángeles y el mejoramiento de Los Aromos. La Quinta Región va a ser el límite de la desertificación nacional después de los embalses que se realizaron en la Cuarta Región entre los años 50 y 70", señaló.

Pero, ¿existen otras soluciones que se podrían implementar? Felipe Martin recomienda analizar la posibilidad de trabajar bajo el sistema de infiltración, que es una tecnología rápida que permite guardar el agua bajo la superficie terrestre en los acuíferos subterráneos de los ríos. Este sistema lleva cerca de 40 años desarrollándose en el mundo y permite no perder el recurso recolectado en invierno.

"En Chile, el agua de los deshielos cordilleranos corre por los ríos muy rápido y tarda menos de un día en llegar al mar, por lo que esas aguas que antes se infiltraban naturalmente, tenemos que infiltrarla a los acuíferos subterráneos en forma artificial. Todo esto tiene que tener una red de canales eficientes, pensando que Chile tiene un promedio del 45% de pérdidas de agua en canales y con sistemas de desalinización en los puntos donde hay problemas de distribución", finalizó.