"Nos han faltado recursos para incrementar el programa de recambio de calefactores"
Richard Vargas — Seremi de Medio Ambiente
"Después de más 30 años de lucha, tenemos una carrera profesional"
Brígida Hormazábal — Pdta. Colegio Profesores de Ñuble
Finalmente Contaloría General de la República dio su veredicto. Son 192 mil 923 millones 428 pesos los que deberán devolver el alcalde, cinco funcionarios y dos ex directores de la municipalidad de Chillán Viejo, debido al no pago de proveedores que habrían prestado suministro de bienes y servicios al municipio entre 2012 y 2013.
Con el compromiso de ser la última vez que lo veía, y cerrar cualquier tipo de relación, María Ortega Becerra se reunió la tarde del miércoles con Cristian Acuña Acuña, sin imaginar que se convertiría en la víctima del brutal femicidio número 26 en lo que va del año en el país, y el cuarto caso en la región del Biobío.
Un complejo escenario es el que vive José Molina Tapia, de 49 años, quien ayer fue víctima de delincuentes que, mediante la técnica del "pinchazo", le sustrajeron $15 millones en efectivo en el centro de Chillán. El hombre concurrió durante la tarde, a bordo de su camioneta, a la sucursal del Banco Santander ubicada en calle Constitución.
El voto voluntario que se ha introducido en nuestro país, y que tan preocupado nos ha dejado por la alta abstención en los procesos eleccionarios, fundamentalmente en las últimas elecciones municipales; nos lleva a plantearnos el fundamento de los argumentos para seguir defendiendo el voto voluntario.
Hacer de la política un acto voluntario, es inculcar el valor que tiene la participación en las cosas que son de todos, ya que el individuo como ser humano forma parte de un todo que es la sociedad. Además, como la ley tiene un valor educativo, ésta pone en peligro el verdadero sentido social y bien común de todos los ciudadanos que se reconocen iguales y libres ante los demás.
Qué interés existe en hacer de la política un acto voluntario? No somos los seres humano acaso parte de un todo, en que reconocemos nuestra igual dignidad? Creo ser parte de un todo, que no influye y que no necesita del todo como sociedad articulada que garantiza mi igualdad y libertad? Algo huele mal, sin duda que concebir la cosa pública, como una acción voluntaria, tiene un trasfondo antropológico reductivo. Esta reducción antropológica, viene de la concepción de la libertad como ausencia de coacción ante el individuo; soy libre y hago lo que quiero es una reflexión popularmente aceptada que pone la libertad al plano de los gustos, de la voluntad y de las circunstancias temporales del momento.
La libertad fundamental se construye a base de un proyecto, que hace que todas las demás acciones, estén en función del gran proyecto, más allá de las ganas o de las circunstancias del momento. Reducir la libertad, al libre albedrío es reducir la verdadera libertad. Sin ley no hay libertad, lo opuesto sería el caos; participar es un deber de la libertad y de la igualdad. No puedo exigir libertad, sino participo en la cosa pública de la que formo parte. La educación, las pensiones, la salud, la seguridad pública, el trabajo, los impuestos, no son temas accesorios; me exigen tomar una decisión que me represente. Las autoridades como representantes de la cosa pública, responden a la ciudadanía y garantizan el bien común, como expresión de la humanidad que por medio de la razón, construye a partir de los acuerdos mediados, de personas que se reconocen iguales y libres. La libertad, nos exige ponernos de acuerdo y tratarnos como iguales; por eso, el voto obligatorio educa la vida en sociedad.
Pbro. Alejandro Cid Marchant Licenciado en Filosofía. Obispado de Chillán
Son numerosos los dirigentes de la Democracia Cristiana que están impactados por la crisis que vive la Falange, una tienda que es parte relevante del Chile moderno. Razón tienen todos al argüir que el problema es mayúsculo y que es una mala noticia para el país.
Pero también debe decirse que la DC ha caído en un resultado que es propio de sus propias decisiones y también de algo más.
La Falange, igual que el resto de las coaliciones no parece ofrecer una alternativa política clara y más parece un grupo preocupado del poder, de mantenerlo y ejercerlo.
La DC, por ejemplo, fue fundamental en la impulsión del Chile moderno. Eduardo Frei Montalva empujó la reforma agraria, una medida que fue capital para transformar al Chile rural en uno de ciudadanos, terminando con el inquilinaje y el atraso que se vivía en los campos en esos años. Patricio Aylwin, a pesar de sus críticas al modelo de mercado, lo mantuvo, lo consolidó y se benefició de ello.
Y Eduardo Frei Ruiz- Tagle fue más lejos; aprovechando la recuperación de la democracia, abrió espacios para Chile en el mundo, consiguiendo acuerdos que hoy son normales, pero que en los 90 eran un espacio de creación de algo distinto. No sólo eso: preparó al país, mejorando la infraestructura en puertos, carreteras y aeropuertos, concesionando lo que el Estado no podía ejecutar, es decir, valiéndose de todas las herramientas disponibles y creando otras.
¿Qué generó todo eso?
Indudablemente una nueva nación, el chileno de hoy, el que está conectado al mundo, el que está determinado por una sociedad de mercado libre, más independiente, secular, desprejuiciado y tan difícil de entender. En definitiva -y en especial- la emergencia de una clase media que busca legítimamente alcanzar el consumo que está a la mano y que parece tan sencillo. ¿Está entendiéndose aquello? Definitivamente, no y en especial por la propia DC que no parece tener un relato para estos tiempos, porque probablemente -igual que casi todo el resto- está entrampada en mantener el poder más que en ofrecer un camino, una alternativa, un sueño a seguir.