El tema de la inmigración en nuestro país se tomó esta semana la agenda noticiosa tras la aprobación por parte de la Cámara de Diputados de la interpelación que se realizará el 5 de septiembre al ministro del Interior, Mario Fernández, debido al compromiso -hasta hoy incumplido por el gobierno- de enviar a discusión legislativa un proyecto que aborde esta nueva realidad que vive Chile, debido al creciente número de extranjeros que ingresan al territorio en busca de mejores oportunidades de vida y laborales.
Según reportes del Departamento de Extranjería y Migración, entre 2011 y 2016, se otorgaron 795.921 visas a extranjeros, más del doble del lustro 2005-2010. En tanto, según datos de la Policía de Investigaciones (PDI), sólo entre el 1 de enero y el 26 de julio de este año han llegado 44 mil 289 ciudadanos haitianos a Chile, lo que supera toda la inmigración haitiana registrada durante 2016 (43.898 personas) en apenas seis meses.
Ñuble ha sido testigo de esta nueva realidad de país, pues cada día una cantidad en aumento de extranjeros llega hasta las oficinas de la Gobernación Provincial en busca de poder regularizar su documentación que les permita acceder a una oportunidad de trabajo. Otro dato interesante lo proporciona la Organización de Profesionales Haitianos en Chile, que estima que un 30% de los migrantes en el país tiene título universitario. Sin embargo, recién en marzo de este año se firmó un convenio de reconocimiento de estudios con Haití sólo para acreditar la enseñanza media.
En el intertanto, cerca de 500 haitianos han accedido a los cursos de español que la Parroquia San Vicente ofrece a estos nuevos ciudadanos de Ñuble, complicados tanto por la barrera idiomática como la falta de una legislación adecuada para acogerlos.
Diario Crónica Chillán ha seguido con especial atención este tema, al ver con preocupación las condiciones de hacinamiento en que muchos de estos inmigrantes desarrollan su vida, o que han sido ocupados en trabajos agrícolas sin recibir luego una remuneración o vulnerando la normativa laboral chilena, mientras tampoco pueden acceder a una atención de salud como el resto de los connacionales.
En este contexto es que el ejecutivo ha sido cuestionado por la tardanza en proponer medidas que mitiguen de algún modo esta problemática, que hoy es asumida en muchos casos por las áreas sociales de las municipalidades, actualizando la legislación vigente con una política de Estado que contemple que este tránsito podría todavía seguir intensificándose, tomando el ejemplo de Europa. Por lo pronto, el propio ministro Fernández ha adelantado que para la fecha de su interpelación ya se habrá presentado un proyecto, el que calificó como "complejo y muy completo".