No es difícil recordar los incendios que azotaron con mucha fuerza a regiones de la zona centro sur del país durante el verano pasado; esto debido al alto impacto en viñas, casas, bosques, en la pequeña agricultura familiar campesina, a lo largo de una superficie quemada de cerca de 120 mil hectáreas de la Región. Incendios cuya magnitud fue similar a los que hubo en Australia, Portugal o en Canadá, pero logramos controlar en mucho menos tiempo. Esto gracias a nuestra unidad de propósito que logró superar la adversidad, acotar los daños y defender la vida de las personas; ahora, esa unidad de propósito debe ir dirigida a prevenir incendios.
En tal sentido es que adelantamos el trabajo del Comité de Protección Civil para abordar acciones preventivas desde mediados de este mes de septiembre, en vez de comenzar en noviembre, como ocurría en otros años. Así junto a la ONEMI, la Conaf, las Fuerzas Armadas de Orden y Seguridad, empresas forestales, eléctricas, sanitarias y de telecomunicaciones, comenzamos la coordinación para un trabajo más efectivo.
Y como nuestro énfasis hoy es la prevención es que nos alegra que hace unos días la Contraloría General de la República haya tomado razón sobre un proyecto que aprobamos en el Gobierno Regional del Biobío para inyectar $3 mil millones a la Conaf para realizar trabajos en la zona de interfaz, en el límite entre las ciudades y los bosques o campos. Para así aumentar la educación ambiental, investigar la determinación y causas, generar propuestas de mejoramiento normativo y programas de protección, potenciar la coordinación pública, privada y comunitaria; aumentar fiscalizaciones y manejo de combustibles.
Porque sabemos que en aquellos lugares donde la comunidad se empodera, se entiende que hay que cuidar el patrimonio natural de la Región, la probabilidad de incendios es mínima. Sumado con el trabajo de la mano de las empresas y de las instituciones de Estado, es mucho más factible controlar los incendios en los primeros minutos de su origen. Esto teniendo en cuenta que el 46% de lo que se quemó en el Biobío no eran plantaciones forestales exóticas; eran matorrales, maleza, propiedad agrícola, principalmente de agricultura familiar campesina.
Asimismo, tenemos otra buena noticia que anunciaremos durante los próximos días. Y es que en sintonía con el marco de la Política Forestal y la Estrategia Regional de Desarrollo 2015 - 2035, el Gobierno Regional ha financiado la compra de 52 nuevos carros para Bomberos. Y proyectamos un nuevo convenio de programación para poder comprometer más carros para estar aún más preparados. Es que Chile cuando tiene unidad de propósito es una gran potencia mundial. Esa fuerza debe traducirse hoy en la responsabilidad de todos de: ser conscientes de las consecuencias del uso irresponsable del fuego, para no tener emergencias, y así no lamentar pérdidas de vidas, materiales y evitar el daño medio ambiental. Unámonos en prevenir.
Rodrigo Díaz Wörner Intendente de la Región del Biobío.