La agricultura de Ñuble espera los meses de calor con calma
CULTIVOS. El último informe de la DGA sobre la situación de los caudales de deshielo, que repercute directamente en los riegos, proyecta un escenario que se acerca a lo necesario.
La escasez hídrica que ha azotado a gran parte del país durante la última década ha detonado en un cambio obligado en la manera en que los agricultores trabajan la tierra. Con esas consideraciones, en la temporada de primavera-verano, un tema crucial para el mundo agrícola en relación al riego de los cultivos es cuánta agua en los ríos deja el proceso de deshielo.
El informe elaborado por la Dirección General de Aguas (DGA) "Pronostico de caudales de deshielo, temporada 2017-2018" -minuta anual con que el organismo estatal entrega información preventiva- da cuenta del escenario que se presenta para los meses que, en teoría, tienen ausencia de precipitaciones.
El documento oficial contempla información para 19 cuencas comprendidas desde los ríos Copiapó y Ñuble, desde el 1 de septiembre de este año hasta el 31 de marzo del próximo. En la zona de la nueva región, con la estación San Fabián como parámetro, los números presentan un panorama alentador en comparación con la última temporada, que arrojó grandes déficit para el rubro. El pronóstico actual es 1.500 millones de metros cúbicos de caudal obtenido del derretimiento de nieve (octubre con 130 milímetros cúbicos por segundo y noviembre 140, los meses con mayor actividad), frente a los 950 de 2016-2017. El volumen promedio para Ñuble, según la DGA, debiese ser de 1.664 millones m3.
La probabilidad de excedencia, en tanto, es del 65%; vale decir, se toman los últimos 100 años y se arroja un porcentaje ante el número de años en promedio con volúmenes superiores a la presente temporada. "En la práctica, este año comparado con el año pasado, en términos de pronóstico de deshielo, implica que se tendrá el doble de agua. El panorama es mucho más alentador que la temporada pasada. Ahora, en estricto rigor, si se piensa en un año normal o muy bueno, mientras más alto sea el indicador de excedencia, mejor", indica César Saavedra, director regional de la DGA en el Biobío.
"Idealmente, disponer de un 85% hacia arriba es un dato totalmente óptimo. El factor de 65% se asimila a un año relativamente normal. De 50% hacia abajo se complica el tema", agrega el personero del Ministerio de Obras Públicas (MOP).
En sus conclusiones, el dossier "Pronóstico de caudales de deshielo, temporada 2017-2018" indica que la acumulación nival de esta temporada genera mejores expectativas en relación a la última temporada, que se presentó incómoda para el riego de cultivos.
"Para la temporada de riego creemos que tendremos un año relativamente normal, no así siendo un año que se pueda considerar dentro del promedio con todas sus letras, pero dentro de todo sí bastante positivo", adelanta Álvaro Gatica, presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble.
¿Datos certeros?
Hasta el 31 de agosto del año en curso, en la estación Chillán de la DGA se registraron 804 mm. de agua caída, con un déficit de un 8%. La acumulación nival máxima de la temporada, en tanto, fue de 400 mm. (equivalente en agua) en la cuenca Itata, cuya ruta de nieve es la del Volcán Chillán. El déficit, consigna el informe, es de un 39%.
La cantidad de nieve que arrojó el período medido experimenta un alza del doble en relación al año 2016, cuando se registraron 200 mm.
Así, el pronóstico de caudales de deshielo elaborado por el Estado se convierte en una herramienta oficial para los agricultores y regantes a la hora de programar la temporada estival. Por otro lado, los datos allí contenidos inciden en decisiones a nivel de políticas públicas.
Si bien los gremios atingentes validan los datos contenidos en estos informes, aseguran que falta un procesamiento de datos mejor acabado, desde distintos frentes. En Ñuble, se busca ampliar la cantidad y calidad de las estaciones de monitoreo con el fin de que la certitud de los pronósticos termine por ajustarse con más proximidad a lo que finalmente termina ocurriendo.
El margen de error que estima la DGA para sus pronósticos -considerando las características hidrológicas de cada cuenca- es de máximo el 20%. En otras temporadas, según juntas de vigilancias de los principales ríos de la zona, la cifra ha alcanzado el 30%.
"Validamos este tipo de documentos, a pesar de que todavía la DGA no tiene las condiciones y los elementos técnicos que necesitamos para tener una validez mucho más cercana, porque faltan instrumentos en la cordillera. Pero por lo menos lo que se hace con lo que hay disponible da una pauta", señala Álvaro Gatica.
Resguardos y recomendaciones
"Con el 65% de excedencia, la recomendación es tomar precauciones y/o recomendaciones respectivas a no sembrar o cultivar el 100% de la superficie que, en el papel y con un pronóstico ideal, aparece. En este caso una medida conservadora es cultivar del orden del 60 al 70% de la superficie asociada a la acción", estima el director regional Biobío de la Dirección General de Aguas.
Contemplando la realidad de sequía y el consiguiente déficit en el agua disponible para concepto de riego, el mundo agrícola local se declara con una "tranquilidad relativa", si se recuerda la experiencia de la temporada anterior.
El juez de aguas del Laja Diguillín, Francisco Saldías, avizora los próximos meses con prudencia. "El año pasado estábamos en la UTI y ahora vamos a salir un poco, pero la verdad es que la tranquilidad es con cautela. Estamos saliendo de un período muy crítico de sequía y necesitamos que se produzca un repunte", indica.
"En la práctica, este año, comparado con el año pasado en términos de pronóstico de deshielo, implica que se tendrá el doble de agua. El panorama es mucho más alentador que la temporada pasada".
César Saavedra
Director Regional de la DGA, Región del Biobío"
El factor gravitante de los embalses
En sí, la zona de Ñuble no cuenta con embalses emplazados en su territorio. De hecho, en el informe elaborado por la DGA se consideran 20 embalses distribuidos de la III a la VIII región, ésta última con dos: Lago Laja (1930) y Ralco (2007). El mundo agrícola ha levantado, históricamente, la necesidad imperiosa de aumentar la infraestructura para la reserva de agua en el país, con el "Embalse Punilla" como un proyecto que ha permanecido por años sin ser concretado. Sin embargo, la construcción de este embalse tiene una férrea oposición en parte importante de la comunidad de San Fabián, cuyo estilo de vida se vería notoriamente afectado.
Para entender
Dirección General de Aguas
Depende del Ministerio de Obras Públicas y su misión, como organismo del Estado, es gestionar y administrar el recurso hídrico de forma sustentable y con una visión pública.
Informe
Cada año, una vez culminado el mes de agosto, la DGA elabora un pronóstico de volúmenes de deshielo y caudales medios mensuales para la temporada de riego del período primavera-verano.
Precipitaciones
Se mide la cantidad de agua caída del 1 de abril al 31 de agosto. La comparativa considera el año anterior, promedio histórico y superávit o déficit.
Nieve
Se consideran las mismas variables y números que en el ítem de lluvias.
Temporada venidera
Una vez reunidos los datos necesarios por medio de las estaciones de monitoreo, la DGA elabora su pronóstico de "caudales de deshielo" para primavera-verano.
1.500 millones de metros cúbicos de agua de caudal de deshielo ha pronosticado la DGA que tendrá Ñuble, considerando las mediciones de la estación San Fabián.
65% de probabilidad de excedencia es lo que el informe del organismo estatal da para la nueva región. Lo óptimo sería un 85%, aunque se está en un rango "normal".