Uno de los elementos esenciales en la comunicación es la práctica de la "escucha", aunque muchas veces por experiencia sabemos que es poco aplicada. Para el autor Stephen Covey cuando una persona habla, por lo general el que escucha puede tomar una de estas cuatro actitudes: puede "ignorar", es decir, no escuchar en absoluto; puede "fingir" que se está escuchando; o podría tal vez practicar la "escucha selectiva", oyendo sólo ciertas partes de la conversación; finalmente, puede brindar una "escucha atenta", prestando atención y centrando toda su energía en las palabras que se pronuncian. Para Covey, lo ideal sería situarse en un quinto nivel, la forma más alta de escuchar, esto es la "escucha empática".
Hablar de "escucha empática" es hacer referencia principalmente a escuchar con la intención de "comprender", es decir, procurar primero comprender realmente. Esta escucha se centra en el marco de referencia de la otra persona: ver las cosas a través de ese marco, ver el mundo como lo ve esa persona, comprender su paradigma, comprender lo que siente.
La esencia de la "escucha empática" no consiste en estar de acuerdo, consiste en comprender profunda y completamente a la otra persona, tanto emocional como intelectualmente en todo lo que comunica: palabras, sonidos, silencios, gestos y lenguaje corporal. Desde el punto de vista de la comunicación, escuchar con empatía significa proporcionar algunos elementos que son propios dentro del campo de la motivación humana: ser comprendido, afirmado, valorado y apreciado. Esta forma de escucha ayudará a que, después de dejar satisfecha esa necesidad, uno se pueda centrar en influir o en resolver problemas con mayor eficacia.
Ahora bien, en un mundo donde mucho se habla, o en donde muchos quieren opinar de todo, es muy necesario poner en práctica esta forma de escuchar, ya sea en la vida personal, en la vida familiar, en el trabajo, en la sociedad, y en todos aquellos ámbitos en donde nos relacionamos con otros. ¿Cuánta falta nos hace detenernos un instante a escuchar al otro? En estos tiempos en donde muchas voces van y vienen de todos lados, es muy importante aprender a "gastar" nuestro tiempo en escuchar con mayor atención. Pongamos en práctica la "escucha empática", ya que con esta estaremos mejorando nuestra comunicación y nuestra relación con los demás.
Pbro. Héctor Aranda Mella Licenciado en Comunicación Social Institucional. Obispado de Chillán