Patricio Vera Muñoz
La costumbre de llevar flores a los difuntos se remonta a la antigüedad. En aquel entonces, no existían las avanzadas técnicas actuales de conservación, por lo que el conocido poder perfumador de las flores tomaba la delantera. Los velatorios se realizaban durante varios días, así que se acostumbraba cubrir a los muertos de flores e inciensos para minimizar los olores propios de la descomposición cadavérica.
Pues bien, la costumbre ha perdurado en el tiempo y hasta hoy prevalece la idea de llevar flores a los seres queridos que descansan en los camposantos. Este año no será la excepción y por lo mismo, las floristas que habitualmente reciben a los visitantes del Cementerio Municipal de Chillán ya se han preparados para este nuevo 1 de Noviembre.
Bernardita Villanueva indica que las especies más requeridas por la gente son las siemprevivas, ilusiones, estates y clavelinas japonesas, que dicho sea de paso son bastante económicas.
"Hemos mantenido los precios de siempre. Las ventas no han estado buenas porque no es buen día que el 1 de noviembre sea miércoles. Esperábamos más gente el sábado, pero con la lluvia no fue así. Hemos visto muy poca gente, así que esperamos que el lunes y martes sea mejor", cuenta.
Como dato adicional, le contamos que aquí puede encontrar rosas a $2.000 y claveles a $4.000, así como maules, crisantemos y lilium a $3.000.
Permisos provisorios
En nuestro recorrido por este multicolor mundo floral conocimos a Pabla Sepúlveda, quien ya suma 55 años trabajando en el sector y también mucha experiencia en el rubro. Según cuenta, uno de los problemas más complejos que han debido enfrentar son los permisos provisorios que el municipio entrega en esta época y que permite la proliferación de varios puestos de flores que son ocasionales.
"La venta ha estado mala y más aún, con todos estos vendedores que llegan en estas fechas. Yo llevo mucho tiempo trabajando acá. A ellos el municipio les entrega permiso por unos días nada más", dice.
Esta antigua comerciante sostiene que la gente puede venir tranquila porque los precios no han variado y siguen siendo los de siempre.
"Por ejemplo, el clavel se vende a $2.000 el paquete de media docena. Nosotros vendemos así porque sabemos que la plata está medio escasa. Los maules se venden a $3.000 el paquete y dos en $5.000. Yo estoy vendiendo normal, igual que siempre", explica.
En el mismo tenor, Jeanette Muñoz también acusó la entrega excesiva de permisos provisorios por parte de la municipalidad. "Hay gente que viene a vender una vez al año y nos deja la escoba. Nosotros pagamos impuestos y permisos, pero nadie respeta eso. Está bien, todos tienen derecho a trabajar, pero sería bueno que nos respetaran la antigüedad. Todos los años es lo mismo", menciona agregando que más encima, sus competidores venden los productos más baratos.
Muñoz dice que hasta garabatos han recibido por parte de estos vendedores ocasionales y tampoco se ven muchos inspectores, por lo que llamó a las autoridades a poner más cuidado en ese punto.
Respecto de los valores, esta experimentada comerciante cuenta es común que los claveles suban en este tiempo, pero que en términos generales los precios se han mantenido.
Anote por ahí. Aquí encuentra claves de $4.000 y $5.000, maules de $3.000. Todo depende de la cantidad de flores. Aquí hay ramos nutridos y para todos los gustos, así que vaya con confianza.
Hermoseando tumbas
Otra costumbre que es muy requerida en este tiempo es hermosear las tumbas, cambiando lápidas o adornándolas con figuras que den mayor gracia y sentimiento.
De eso saben en Marmolería La Paz. Ahí conversamos con Marianela Parra, quien cuenta que en este tiempo hay más interés por adquirir una nueva cubierta de mármol y también por las letras y manillas cromadas. También tienen gran variedad de angelitos y querubines que se instalan en los costados de las tumbas.
"Nosotros tenemos lápidas que van desde los $80 mil a los $150 mil. Los angelitos están en el orden de los $45 mil porque están hechos en cemento, no en yeso. Están diseñados para los exteriores", señala la propietaria junto a su marido de esta empresa familiar que ya suma 42 años en el rubro.
De paso, le comentamos que aquí también hacen trabajos en otras comunas de hermoseamientos de tumbas. Nunca está de más saberlo.