Esta semana miles de santiaguinos se agolparon para conocer la flamante línea 6 del Metro, una inversión de gobierno que tuvo un costo total de 1.036 millones de dólares para el país y tardó 5 años en construirse. Rápidamente se convirtió en el "chiche" de los capitalinos, quienes se fotografiaban orgullosos con esta obra que considera además modernas estaciones, con accesos especiales para personas discapacitadas, modernas boleterías y trenes automáticos.
Una realidad que a todas luces contrasta con la realidad del transporte en la región de Ñuble y, más indignante aún, con el nivel de recursos que se han invertido para mejorarlo. En Chillán, no hubo quien quisiera fotografiarse con los paraderos que se mejoraron con los fondos de la Ley Espejo del Transantiago, que para la Región del Bío Bío se tradujo en su última entrega en $14 mil millones (un 10% de lo que costó la línea 6).
¿Cómo se distribuyeron dichos recursos en la región?, ¿qué ciudades fueron las más favorecidas? Es una pregunta a la cual no tienen respuesta ni los parlamentarios ni los alcaldes de la zona, algunos de los cuales reconocen no haber visto ni un peso de los controvertidos montos. En marzo de este año, el senador Víctor Pérez denunció que 930 millones de dólares de los fondos espejo del Transantiago no habían sido invertidos en la región.
Por otra parte, de lo que se ha anunciado oficialmente, la construcción de paraderos o garitas peatonales benefició a comunas como Chillán o Bulnes (muchas destruidas a la fecha), subsidios al transporte escolar en zonas rurales como San Fabián o Cobquecura, pavimentación de calles en San Nicolás, por nombrar algunos, han constituido mejoras tangenciales que no solucionan ni la enorme cantidad de vías rurales sin pavimentar ni generan una real mejoría al transporte urbano. Y finalmente, como se ha criticado desde sectores de la oposición, estos recursos dispuestos por los Gobiernos Regionales terminan subsidiando los presupuestos que los ministerios de Obras Públicas y Transportes debieran disponer para regiones.
De las enormes expectativas que se generó también en el transporte público de la capital de Ñuble, poco queda hoy. Gran parte de los recursos para el programa de renovación de microbuses se fueron para mejorar 2 mil máquinas en Concepción y para Ñuble sólo alcanzó para 300 móviles. Por consiguiente, pareciera que el mayor beneficio que verá concretado Ñuble en el corto plazo será que una de las renovadas estaciones del Metro en Santiago lleve su nombre.