Adviento en acción
Pronto se podría concretar además la promesa del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de abrir un Centro Cultural que apoye la formación de nuevos artistas. En este tiempo de elecciones no podemos dejar de expresarnos a favor de quienes buscan construir una sociedad más justa.
Hoy corresponde el inicio del tiempo de Adviento. Los cristianos vivimos estas semanas como una preparación espiritual para la celebración del nacimiento de Cristo. Podríamos decir que la finalidad de esto es triple. Primero, recordamos el pasado y al mirarlo contemplamos el nacimiento de Jesús en Belén. Lleno de pobreza y de humildad llegó el Hijo de Dios, así como cualquier niño llegó al mundo indefenso, necesitado de amor y protección, de personas que lo cuidaran y velaran por él. Vino al mundo, a este mismo que se jacta del progreso conseguido, pero cuyas riquezas sólo llegan a algunos. A este mundo en el cual hoy siguen existiendo tantos desplazados, ya sea por la pobreza material, por las guerras, por las diferencias ideológicas y por tantos motivos humanos que nos hacen olvidar que el mundo es para todos, que aquí cabemos en nuestras semejanzas y diferencias.
También el Adviento nos llama a reflexionar sobre el presente, sobre nuestra vida diaria, sobre lo que significa la presencia de Jesucristo en nosotros y para nosotros. Los cristianos no podemos abstraernos del mundo en que vivimos, no podemos mirar con desprecio a quienes se dedican a trabajar por él, o por lo menos dicen hacerlo, en labores públicas como la política y todo lo que ella conlleva. En este tiempo de elecciones no podemos dejar de expresarnos a favor de quienes buscan plasmar con hechos la construcción de una sociedad más justa, más humana, donde el respeto por la vida y la dignidad no tenga nunca contradicciones, donde el ser humano sea contemplado y respetado en toda su grandeza.
Por último, el Adviento también nos invita a mirar el futuro. A reflexionar sobre el mundo que queremos. Nosotros las persona de fe, esperamos la venida gloriosa de Cristo por segunda vez, una venida que debemos preparar y para la cual no podemos quedarnos con los brazos cruzados como asumiendo una "espera resignada", sino que por el contrario asumimos que la construcción del Reino de Dios depende de cada uno de nosotros. Cada uno debe mirarse y pensarse en el tiempo, ver cómo desde su espacio personal puede aportar a la sociedad completa.
El Adviento es un llamado general a movilizarnos, a asumir tareas y desafíos; a vivir en serio la llegada de Cristo.
Paulina Benavente Vargas, Psicóloga, Obispado de Chillán.