Uno de los más clásicos locales de comida rápida se expande al sector poniente
CHILLÁN. Buggy, el local creado por el fallecido emprendedor Leonet Vásquez, amplia su carta conservando el espíritu y el sabor de hace 35 años.
Una parte importante de los chillanejos ha frecuentado uno de los locales de comida más clásicos de Chillán, en la esquina de Brasil con Constitución, para saciar el "bajón de hambre" con un completo o un churrasco.
El tradicional "Buggy", creado a principios de los años 80' por el emprendedor Leonet Vásquez Sandoval, expandió su servicio hacia el sector poniente de la capital de Ñuble, que genera la mayor demanda de pedidos.
"Justo cuando íbamos a cumplir 35 años, lamentablemente él no alcanzó a inaugurarlo. El Tata falleció el 29 de julio", dijo su nuera Bárbara Azócar, quien junto a Boris Vásquez asumieron la tarea de administrar el negocio hace unos meses.
Las razones de ampliar el tradicional local de comidas fueron meramente logísticas.
"El local de allá no daba abasto con el reparto y era muy incómodo para nuestros clientes, ya que la idea es que todo salga rápido. Además, el 80% de los repartos era hacia este sector de la Población Luis Cruz Martínez", explicó.
El nuevo local ubicado en la avenida Sepúlveda Bustos con calle Coquimbo funciona a un costado de la bencinera Petrosi.
"Encontramos este lugar, en una buena ubicación, que nos permite tener clientes de Quinchamalí, Huape y hasta Concepción", agregó.
En este local de "Buggy" trabajan seis personas que atienden en horario que va desde las 10.30 de la mañana hasta la una de la madrugada.
"Como todo negocio, al principio se va adaptando a los flujos de pedidos. Acá llega más gente en la tarde y aprovecha la terraza. De todas maneras estamos bien contentos, porque nos siguen prefiriendo en cualquiera de los dos locales, o a través de reparto a domicilio", señaló Bárbara Azócar.
Nueva carta
A los tradicionales sabores de completos y churrascos, que son parte de la historia de la ciudad desde 1982, en el nuevo local se incorporó la "chorrillana". Y no fue el único plato.
"Nos permitimos agregar sándwiches nuevos como Alemán, Americano y Tornado Verde, además de los Barros Jarpa con agregados que en el otro local lamentablemente no tenemos disponible", detalló.
El peak de pedidos varía dependiendo la ubicación. En el caso del nuevo local, indicó Bárbara Azócar, los momentos con mayor demanda son entre las 13 y 15 horas, de 18 a 22 horas y de 23.30 en adelante.
"Por eso nos trajimos los repartos. Todos los pedidos salen ahora desde la plancha del local nuevo. Si bien en Brasil teníamos muchos reparto, no nos daba abasto para llegar con el sándwich como nos gusta, calientito, fresco y sabroso, para llegar y comer", señaló una de las administradoras del negocio.
En este punto, indicó que han procurado mantener el mismo proveedor de pan -salvo los domingos- y la mejor selección de los productos que se utilizan para preparar los alimentos.
Sabor y calidad
El local originario sigue operando como hace más de tres décadas, aunque en los últimos meses también ha debido enfrentar los trabajos del colector de aguas lluvias por la avenida Brasil.
Sin embargo, Bárbara Azócar recalcó que esto es transitorio y espera que ese sector pronto se convierta en un centro neurálgico como lo fue en los tiempos de los trenes y buses.
"Por el momento, tenemos ese local y nuestra primera sucursal acá. Por supuesto que nuestra idea es seguir creciendo, dependiendo de las condiciones", señaló.
Lo que no cambiará es el sabor y la calidad. "Eso fue, es y será Buggy", afirmó Bárbara Azócar.
"A comerse un Buggy"
A pesar de la explosión de comida rápida y "al paso", Buggy sigue tendiendo una clientela fiel que pasa a "comerse un Buggy" y eso se refleja en la cantidad de pedidos. "Hemos llegado a vender 1.200 panes diarios, entre completos y churrascos, en temporadas buenas. Debo reconocer que por el tema económico y las fechas de fin de año bajan un poco las ventas, pero por ahora estamos cerca de unos 800 panes diarios", precisó Bárbara Azócar.