Crónica Chillán
Un tema para cada 31 de diciembre, en todas las familias, es qué cocinar para la cena que despide el año que se va y recibe al que llega. En general, se estila reunir en torno a la mesa de todos los días, aunque hay muchos que prefieran buscar opciones fuera de casa.
En Chillán y en otros puntos de Ñuble, restaurantes y centros de eventos han organizado cenas y la posterior fiesta para el 2018 que se avecina. Desde los $14.000 para niños, y hasta los $55.000 para adultos, con barra libre incluida, son los precios. En todos los caos se incluyen aperitivos -con mucho espumante- y vinos.
En el centro de la ciudad aparece un clásico, como los es el tradicional Club Ñuble, cuyos dueños aseguran que han pensado en una noche para toda la familia, con platos de gran factura, música y las infaltables supersticiones de la fecha.
Si de cocina internacional se trata, el restaurante peruano La Choza ha preparado lo mejor de su carta, de la que destacan los ceviches y las preparaciones en caliente de pescados.
También hay alternativas para los que prefieran fugarse del ruido citadino. A 5 kilómetros de Chillán, Abracadabra ofrece un menú de comida fusión; El Tren, en pleno Valle Las Trancas, tiene carne al mejor estilo criollo y más arriba, en Termas de Chillán, el hotel del complejo ha preparado fiesta con orquesta.