Hace un par de meses un grupo de vecinos movilizados por la precariedad que están viviendo los inmigrantes recientemente avecindados en Ñuble, se preocuparon de la situación particular de aquellas familias que llegaron con niños a vivir a Chillán.

"Estos niños no pueden acceder con facilidad a salud, educación, seguridad y entretenimiento ya que sus padres aún están gestionando su estadía, por lo cual se vuelven en personas completamente vulnerables al sistema", así lo indica Francisco López, representante del movimiento "La magia existe", quien junto a más de 700 personas se reúnen en un grupo de Facebook con el mismo nombre, y desde donde han logrado planificar y llevar a cabo distintas actividades de apoyo a estos niños vulnerables.

"Todo partió con una invitación al circo, donde advertimos la necesidad de devolver a estos niños la alegría que tenían en sus países de origen. Hoy están viviendo la complejidad de un proceso migratorio, con todo un cambio cultural, y más encima con la angustia de sus padres de poder darles una vida digna, con buena alimentación, un lugar para dormir y ropa adecuada para el invierno que se acerca", agregó.

Es así como ahora están organizando la entrega de 30 mochilas llenas de útiles escolares, y un par de zapatos a cada uno, en una tarde recreativa llena de juegos y celebraciones, que se realizará el próximo sábado 10 de marzo.

"Todo ha sido voluntario. No hay ninguna institución detrás. Entendemos que las grandes compañías e incluso el Estado están preocupados de muchos temas ciudadanos, pero nosotros como vecinos organizados creemos que también podemos hacer algo, y es así como nació este movimiento. Seguramente en el tiempo formalizaremos esta agrupación y podremos acceder al apoyo de empresas y postular a proyectos del Estado", sostuvo López.

"Les invitamos a conocer y participar de este grupo, accediendo a la página www.lamagiaexiste.cl", cerró López, a la espera que más personas se unan a esta causa.

Hasta comienzos de 2016, el chillanejo Héctor Do Santos tenía una vida con un esplendoroso futuro. Egresado del Liceo Polivalente de San Nicolás, el joven había cursado con éxito su primer año en sociología en la Universidad de Chile, y se aprestaba a retornar a la capital para proseguir sus estudios. Sin embargo, el destino le tenía preparado un duro golpe: tras varios exámenes se confirmó que padecía linfoma de hodkin (cáncer linfático).

Luego del diagnóstico, Héctor comenzó esperanzado la lucha por su vida. Gracias al plan Auge, Héctor comenzó con la primera línea de quimioterapia, pero no tuvo los resultados esperados, por lo que los médicos decidieron someterlo a un segundo, y después a un tercer ciclo de quimioterapias. En total, 22 sesiones, "pero aunque la enfermedad es de mejor pronóstico que el Linfoma No Hodkin, mi hijo no pudo sanarse", explicó Jessica González, madre del joven.

Tras ese revés, Héctor se encuentra recibiendo tratamientos paliativos a base de productos naturales, que le han permitido gracias a su gran fortaleza mantenerse dando una ardua lucha día a día para sobrellevar de la mejor manera su patología.

Sin embargo, se ha abierto una luz de esperanza para el chillanejo y su familia: la inmunoterapia, moderno tratamiento (utiliza el sistema inmunológico para lograr sanar. Sin embargo, ello implica que su familia deberá disponer de una alta cifra de dinero, que no tiene. "El Auge ya no tiene otro ciclo de quimioterapias para mi hijo, por lo que tiene dos caminos: o se viene a morir tranquilo a Chillán, o se realiza un tratamiento de inmunoterapia que por lo que nos han dicho los médicos contempla 16 sesiones, cada una de las cuales cuesta $160 millones, hemos hecho eventos, pero no nos alcanza ya que es mucho dinero. Mi hijo tiene muchos sueños que cumplir y puede ser un gran aporte para este país. Ojalá alguna autoridad o institución pueda ayudarnos" remarcó emocionada Jéssica González, mamá del joven chillanejo

Pide oportunidad

Han sido dos años complicados, duros, para Héctor, en los que ha debido sobreponerse a un largo tratamiento fallido, a los dolores propios de su enfermedad, pero el joven ha podido mantenerse en pie, gracias a la tranquilidad con la que ha enfrentado su dolencia. "He tratado de tener paciencia, de no irme en la fatalidad, mantenerme anímicamente fuerte y alejarla de mis pensamientos para seguir dando la pelea. Saber que tengo la enfermedad, pero que ésta no sepa que me tiene a mí", reflexionó con gran entereza.

"Sería el ideal que las autoridades me permitieran ganar la batalla contra esta enfermedad, me sentiría muy agradecido. Si pudieran darme la oportunidad, los recursos para poder continuar con mi tratamiento, ya que por el Auge ya accedí a todas las quimioterapias. Podría ser un aporte en el caso que me lograra recuperar, ya que sino retomo sociología en la Universidad de Chile, estudiaría Agronomía en Chillán o pedagogía en Lenguaje", sentenció Dos Santos.

Para cualquier consulta o ayuda que se quiera entregar a Héctor y su familia, escribir al correo mdosantos @udec.cl. O comunicarse al teléfono celular +569 87945960.