"La evacuación de las aguas lluvias se dará por superado una vez que concluya la ejecución total del Plan maestro"
Sergio Zarzar, — Alcalde de Chillán.
"Se han nombrado delegados ministeriales y lo ideal es que existiera en Ñuble un delegado de Indap"
Gustavo Sanhueza, — Diputado UDI por Ñuble.
Han pasado dos semanas desde la puesta en marcha del Plan de Transportes y Carabineros de la Segunda Comisaría de Chillán entregó el balance numérico acerca de la fiscalización
que han realizado dentro de las cuatro avenidas, en un año en que se han cursado 2.070 infracciones, desde el 1 de enero hasta el 10 de abril.
Mil 458 vehículos motorizados más que el año anterior obtuvieron su permiso de circulación en la capital de Ñuble. Una cifra similar a la observada en el último trienio y que permitiría proyectar un parque vehicular por sobre los 45 mil vehículos este 2016, que vuelve a poner la mirada en los puntos críticos de la ciudad.
En el marco de Semana Santa, el aumento del consumo de pescados y mariscos es evidentemente notorio. Por tal motivo, la autoridad sanitaria regional ha doblado sus fiscalizaciones a locales de venta de productos del mar, así como también a camiones que trasladan éstos en la carretera.
Como "preocupante" y "muy grave" ha sido calificada por las autoridades la situación de salud existente en Chile, a raíz del elevado incremento en los casos de contagio de VIH, que sólo durante el año pasado sumó 5.816 nuevos infectados y que, entre los años 2010 al 2017, aumentaron en un 96%.
El caso chileno es mirado con detención a nivel internacional, debido a que mientras el número de casos de VIH/Sida va en disminución en África y Latinoamérica, en el territorio nacional el crecimiento es exponencial. Uno de los factores que podrían explicar este fenómeno se relaciona con que el 50% de los infectados no tiene conocimiento de que padece la enfermedad y por tanto su condición de salud se deteriora rápidamente al no acceder a tratamientos que en la actualidad tienen una mayor eficacia en detener el avance del virus.
El inmunólogo Alejandro Afani, director del Centro VIH del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, alertó sobre el aumento de contagios de Sida en el país y recientemente entregó al Ministro de Salud, Emilio Santelices, el resultado de 1.337 exámenes que la institución realizó el año pasado y que arrojó que 20 estudiantes dieron positivo, esto es, el 1,5%. Sin embargo, el médico estima que en Chile la cantidad de personas contagiadas es muy superior a las 61 mil informadas por el gobierno de la Presidenta Bachelet, y que podrían llegar fácilmente a 100 mil en la actualidad.
Cabe recordar que, según datos del Minsal, en Ñuble están diagnosticadas 352 personas con VIH (a noviembre de 2017), de las cuales un 95% se encuentran sometidas a tratamiento médico. En tanto, la Seremi de Salud del Bío Bío informó que entre los años 2012 y 2016 en Ñuble se contabilizaron 218 casos de VIH/SIDA (22 casos el 2012, 49 el 2013, 51 el 2014, 45 el 2015 y 51 el 2016), con un alza de un 11,7%. Las mayores tasas por cada 100 mil habitantes se registraron -hasta el 2016- en Concepción y Portezuelo.
Con estos nuevos antecedentes, el Minsal ha adoptado las primeras medidas que apuntan a reforzar la campaña informativa, que prioricen el uso de preservativos y entrega de fármacos focalizada en la población de "alto riesgo". Paralelamente se ampliarán los centros que trabajan el tema VIH para elevar los test en la población, con un mayor foco puesto en las regiones.
Un aspecto especialmente preocupante es que en Chile la mortalidad por VIH es más del doble que el promedio mundial y, en tal contexto, es necesario recordar que en Ñuble, entre 2012 y 2014 se registraron 24 fallecimientos producto de esta enfermedad. Tomar conciencia del problema es el primer paso, seguido de acudir a los centros de salud y solicitar un test rápido. Prevenir, es la principal arma contra el avance del VIH.
Las cifras de "atención" de salud en el sector público son pavorosas: hay casi dos millones de personas en las tristemente célebres "listas de espera". De ellas, 1.661.826 aguardan hasta por más de cinco años una modesta consulta con un acaudalado especialista. Otras 278.061 aguardan un milagro divino que les dé acceso a una cirugía. En este total, hay 11.622 con plazos GES establecidos por ley, los cuales, obviamente, no se cumplieron. Lo patético: en 2016 murieron "esperando" más de 25 mil personas.
No hay que sorprenderse entonces que la fiscalía de la Región de O'Higgins iniciara una investigación de lo sucedido con 30 mil pacientes cuyos datos fueron falseados. Tampoco por la decisión de que las pesquisas se extiendan a todo el país. Hay algo que anda mal, que huele a podrido. El sector privado, con sus múltiples discriminaciones, por edad, ingresos, fertilidad, enfermedades preexistentes, no lo está haciendo mejor. Lo que sucede es que la gente recurre a él desesperada y se endeuda en forma también desesperada, cuando no puede recuperar la salud y prolongar la vida.
Ésta no es una columna catastrofista. Simplemente, se trata de hechos. No de estadísticas, sino de personas. Sin duda, tuvo razón el ministro de Salud cuando anunció "cirugía mayor" en el tema de las isapres. Pero le faltó decir que el sector público también debe ingresar a un servicio de urgencia, en el cual se privilegie a los seres humanos. Definitivamente, se acabó el tiempo de espera. Lo justo es justo: la atención de hospitales los fines de semana es un primer paso. Faltan muchos más.
Los pacientes, de todas las edades y tramos de ingresos, deben tener derecho a una atención plena, que dé prioridad a su condición de personas. La cirugía mayor tiene que establecer condiciones y reglas del juego que se apliquen para todos, más allá de su remuneración, sexo y edad.
En el tema de la salud de los chilenos no hay ni debe haber demonios ni divinidades. Fin a la indignidad, al maltrato, a las eternas horas de dolor, para luego recibir un paracetamol o un agresivo: "¡No hay número!" Adiós a los "diostores" y bienvenidos los médicos auténticos.
Tal como lo dijo un distinguido académico, el doctor Héctor Ducci Budge, "los pacientes piden cosas realmente simples: que no se les haga esperar". Lo demás, no es música, para usar la frase de moda, sino dolor, sufrimiento, deterioro y muerte. Calidad y seguridad de la atención, menor preocupación por la boleta o la factura. Ingreso, atención y diagnóstico rápido, menos radiografías e ibuprofeno. Más concentración en las personas. A fin de cuentas, eso es la salud. Atención, y no espera. Si esto se logra, será realmente cirugía mayor. En caso contrario, no pasará de una buena intención o de un anuncio más. Y los tiempos de anuncio ya quedaron atrás. La gente, empoderada, demanda soluciones. Mientras espera, bien vale la antigua exclamación: "¡No hay salud!", que simbolizaba que algo no se podía soportar.
Raúl Rojas, Periodista y Académico.