Un aniversario y una grata celebración. Fue lo que aconteció el lunes 17 en el gimnasio de la Escuela Juan Madrid Azolas, ubicada en el antiguo territorio donde funcionó durante 85 años, que sirvió en ese lugar y que lo rememora cada 17 de abril en los sensibles 45 años que dejó de hacer lo que por 85, hizo antes allí. La suma de ambas cifras nos da los 130, que está celebrando.
Este lanzamiento también tiene una alteración, pues principió en un sitio de Avenida Collín y Arauco. Hay una señal que indica ese lugar, que modifica levemente la cifra 85.
Como quiera que sea, para los normalistas tienen en un número muy superior, recuerdos de su hermoso edificio de Avenida O'Higgins, a la altura del número 840. Y es allí en estos últimos 45 años donde han festejado su fiesta anual, junto a la comunidad de Chillán, que en gran número los acompaña. Este reciente sábado hubo de todo: remembranzas, homenajes, reconocimientos para vivos y para muertos. Minutos de silencio para los compañeros que ya partieron y aplausos para los vivos, muchos de ellos presentes, y grandes aplausos para quienes recibieron la gratitud, en tales ovaciones, por los méritos profesionales que han conquistado y que hemos conocido por los discursos que se pronunciaron, por las presentaciones que el programa hizo presente. Me atrevo a decir que estas fiestas anuales del aniversario de esta Escuela Normal y de otras que he conocido tienen un signo especial muy grande y muy profundo, que las hace únicas. Por ejemplo, el Coro de profesores Municipalizados que presentó esta vez la Escuela es extraordinario, como asimismo, una serie de solistas que con sus instrumentos hacen maravillas. Hubo obsequios para la Escuela y reconocimientos para algunos exalumnos. También felicitaciones para los dirigentes, que han mantenido viva la llama, que hace posible vivir esta experiencia cada año, esta vez, con un reconocimiento especial para la nueva presidenta de la Agrupación de Profesores Normalistas de Chillán, profesora María Angélica González Jara; también quienes la acompañan en su directorio y para la promoción de 1968, que le correspondió este año preparar esta fiesta, que tanto tiene de espiritualidad y regocijo.
Era de mi interés, haber anotado aquí los 33 nombres de "Escritores Normalistas" de Chillán, que yo incluí en mi libro, que con ese título, edité en 1998, pero el espacio no lo tengo. Mencionaré, sin embargo a Edgar Perramón (Promoción 1949), Premio Nacional de Periodismo 1971, fallecido en Venezuela. Otto Cid Herrera, abogado, promoción 1946 y al más grande de todos, Darío Salas, el padre de la educación chilena, promoción 1899. Prometo publicar en otra crónica, los 30 nombres que me faltan. Lo merecen.
Por Carlos René Ibacache I. Miembro Correspondiente
por Chillán de la Academia Chilena de la Lengua.