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Diseñadores critican concurso para crear escudos provinciales y exigen que se licite

DISEÑO. El certamen busca generar nuevas heráldicas para las futuras provincias de Diguillín, Punilla e Itata.
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Dagoberto Flores Venegas

A mediados de la semana pasada la Delegación Presidencial para la instalación de la Región de Ñuble lanzó el concurso "Diseño heráldica provincias de la Región de Ñuble", competencia que busca, como su nombre lo dice, los diseños definitivos para las tres provincias que componen la decimosexta región de Chile y que será presentada en sociedad en septiembre de este año.

Si bien la primera impresión de los diseñadores fue optimista, ya que un concurso de esta magnitud les abre la posibilidad para que una de sus creaciones sea parte de la historia, al profundizar en la bases el ánimo fue mutando a descontento, tanto así que ayer las mismas tuvieron que ser modificadas.

El primer "pero" por parte de varios diseñadores surgió a raíz de que el concurso permite que los realizadores de las nuevas heráldicas, además de ser diseñadores gráficos, también puedan ser diseñadores industriales, arquitectos y licenciados en Artes Plásticas.

"La imagen corporativa de la comuna, porque eso es lo que se quiere hacer, es un trabajo de alta complejidad. Porque no es sólo hacer una etiquetita, ni hacer un dibujo bonito; hay que buscar cuáles son los elementos que identifican a las provincias, cómo la comunidad se siente identificada con ellos", contó Ninón Jegó, diseñadora gráfica y magíster en Comunicación Social, quien luego agregó que "hacer un llamado para todo el mundo, es decir arquitectos, diseñadores industriales, diseñadores gráficos, etcétera, me parece un despropósito. Por ejemplo, usted para hacer una iglesia no llamaría a diseñadores a concurso, llamaría derechamente a arquitectos", recalcó la también creadora del magíster de Diseño de la Universidad del Bío Bío.

En cuanto a la corrección que se realizó la tarde de ayer en las bases, Ninón dijo que no soluciona nada porque el concurso no se debería haber hecho.

"Si nosotros pensamos que este es un trabajo serio, que la comuna merece un trabajo serio, no es cosa de llamar a concurso, con o sin plata de premio y de forma urbi et orbi. Lo que se tendría que hacer es llamar a licitación, porque de esa forma se puede conocer el plan de trabajo de las personas licitadas, y también constatar si la persona es un profesional o no", concluyó por su parte Jegó.

El segundo "pero" llegó cuando los interesados en concursar leyeron el estímulo que recibirían de resultar ganadores: "un Diploma de Honor en Ceremonia alusiva al lanzamiento", incentivo al cual ayer se le agregaron $500 mil pesos producto de los reclamos.

Alejandro Witker, historiador, director de Revista Quinchamalí y jurado del concurso cuestionado, también manifestó su disconformidad, pero celebró, a su modo, que se haya agregado algo más. "Es poco, pero al menos ya no es sólo un papel", dijo el hombre ligado profundamente con la cultura ñublensina.

"Me alegra que el incentivo para el concurso se haya puesto en un mínimo. Sin embargo, me parece una cifra absolutamente insuficiente para una convocatoria a profesionales. Sería bueno que la nueva región partiera valorando el trabajo de los intelectuales y artistas. A nadie se le ocurre pedirle a un médico, a un abogado o a un ingeniero que haga un proyecto por un diploma o por una cantidad simbólica. Debemos empezar a poner las cosas en el lugar que corresponde. El trabajo intelectual y artístico debe ser remunerado en lo que vale y con respeto a la dignidad de los profesionales", expresó el ganador de la medalla Claudio Arrau del año pasado con respecto al concurso que recibirá propuestas hasta el 25 de mayo.

Una visión totalmente distinta expresó Luis Arias, director del Museo Internacional de la Gráfica, al enterarse del concurso. "En la historia de la humanidad, los escudos y las heráldicas me parecen funestos", sentenció el artista visual. "Estas reminiscencias colonialistas evocan un campo ideológico que no pertenece a esta idea de territorio que queremos configurar", finalizó serio Arias.

UdeC celebrará sus 99 años con la Novena Sinfonía

MÚSICA. Con conciertos en Chillán, Los Ángeles y Concepción, Corporación Cultural de la U. de Concepción homenajeará a la casa de estudios en su aniversario.
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Con conciertos que se realizarán en Chillán, Los Ángeles y Concepción, la Corporación Cultural de la Universidad de Concepción homenajeará a la casa de estudios en su nonagésimo noveno aniversario.

El primero de los conciertos, programado para el miércoles 9 de mayo, a las 19:30 horas, se presentará en el Teatro Municipal de Chillán. La entrada es gratuita y las invitaciones podrán ser retiradas en las boleterías del Teatro días antes del evento.

En esta ocasión, la Orquesta Sinfónica interpretará la Sinfonía nº 9 "Coral", de Ludwig van Beethoven, obra declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el año 2002. La famosa "Novena Sinfonía" fue estrenada en 1824 e incluye en su cuarto movimiento la "Oda a la Alegría", poema de Friedrich Schiller, escrito en 1875 y que resalta la visión fraternal de todos los hombres del mundo. El significado de este poema hace alusión a que el hombre debe conseguir la libertad, pero el desarrollo de esa libertad debe desembocar en alegría. Ahí radica su importancia dentro de la música y de las sociedades contemporáneas.

50 años en Ñuble

El Director General del Campus Chillán, Oscar Skewes Ramm, manifestó que "para la Universidad de Concepción es muy grato ofrecer este espectáculo cultural de calidad a la ciudad que nos acoge y de la que somos parte desde hace más de 50 años".

Acompañan a la Orquesta Sinfónica, los cantantes Patricia Cifuentes, Gloria Rojas, Rodrigo Navarrete y Brayan Ávila, además del Coro Universidad de Concepción, cuyo trabajo vocal está a cargo del maestro Carlos Traverso. Estos conciertos contarán con la dirección musical del Director Principal Asociado, maestro chileno Francisco Rettig.

Los otros conciertos se presentarán en Los Ángeles el jueves 10 de mayo y en Concepción el viernes 11 y sábado 12, en el Teatro Universidad de Concepción.