Millones de personas miran hacia Rusia con motivo del Campeonato Mundial de Fútbol, que congrega a selecciones de 32 países. Cuando escribo estas líneas, todo está preparado para dar comienzo a este evento que concita tanta expectación.
El fútbol es un deporte que nació como tal pero que, al correr de los años, se fue transformando en un gran espectáculo de masas, hasta que en 1930 a alguien se le ocurrió crear una "Copa Mundial".
Hoy, los jugadores son malabaristas que compiten en demostrar sus habilidades, por lo cual cobran sumas enormes de dinero. Y detrás de ellos, verdaderas máquinas se mueven entre las sombras para obtener mayores beneficios, de buenas o malas maneras.
Debemos tener claro que mucho de ese dinero se basa en el entusiasmo de todos nosotros, los aficionados. Somos los que por millones, nos ponemos frente al televisor, a escuchar radio o comprar periódicos. Compramos los productos que se anuncian, los objetos de marketing, las fotografías de los astros, las camisetas, llaveros., gorras, todo lo que nos meten por los ojos y nos nublan las conciencias.
No les voy a marear con cifras, pero creo oportuno dar a conocer lo que se paga a las selecciones que participan en este Mundial de Rusia 2018. A todas las selecciones clasificadas, se les aporta antes del Mundial 1,5 millón de dólares para que se preparen bien. A quienes no pasen de la fase de grupos, se les otorga 8 millones más. O sea, por el sólo hecho de ir al Mundial, cada selección se embolsa fijos, 9,5 millones de dólares. Los que quedan entre los puestos 9º y 16º, reciben 12 millones, en tanto que los que quedan entre el 8º y el 5º lugar, el premio es de 16 millones de dólares. Para el 4º, son 22 los millones; para el 3º, 24 millones U$; para el 2º el premio es de 28 millones, en tanto que el Campeón, se lleva nada menos que 38 millones de dólares.
Esas son las cifras puras y duras, que nos permiten imaginar ¡cuánto gana la FIFA por organizar estos espectáculos!.
Me gusta el fútbol, lo he practicado y he sido comentarista radial por muchos años, pero les confieso que todo esto lo considero escandaloso, porque son cifras que se manejan en sociedades plagadas de desigualdades, con prioridades valóricas que ofenden. Por ejemplo, en estos mismos momentos, el mundo asiste impasible ante la enorme tragedia que se vive en Africa, con miles de personas arriesgando sus vidas en el Mediterráneo, en busca de supervivencia en la luminosa Europa y con poquísimas manos que les quieren ayudar.
Miguel Ángel San Martín Periodista.