Lo primero que sorprendió al público que llegó anoche al Teatro Municipal de Chillán, apenas se abrió el telón, fue el majestuoso decorado instalado sobre el escenario. Luego la música y por último, pero muy principalmente, los movimientos ejecutados por la decena de bailarines santiaguinos que llegaron hasta la capital regional para interpretar la obra "Don Quijote".
La historia que los asistentes disfrutaron es una adaptación libre del libro de Miguel de Cervantes. En ella, Kitri es pretendida por el ricachón del pueblo, que es del gusto de su padre por razones obvias. Pero la muchacha ama al barbero, y el barbero la ama a ella. En medio de esta graciosa disputa llega hasta el villorrio Don Quijote con su fiel e inseparable escudero, Sancho Panza. El espigado aventurero, afectado por la también inseparable demencia, confunde a Kitri con su amada Dulcinea, haciéndole delirar constantemente.
Finalmente, todo se resuelve bien y Kitri y el barbero quedan unidos y más enamorados que nunca. Por su parte, Don Quijote y Sancho Panza continúan el viaje.
La coreografía estuvo a cargo de Jaime Pinto, renombrado bailarín nacional que versionó la obra en la década del 90 y que no ha parado de estar tras ella desde entonces, consiguiendo varios éxitos y giras por distintos países. La música que emocionó a los presentes, fue y seguirá siendo una creación de Ludwig Minkus, compositor austriaco de música para ballet del siglo XIX. En tanto, la escenografía y vestuario, que entregaron colorido a la cómica historia, fueron diseñados por Germán Droghetti y es la misma utilizada en el Municipal de Santiago, todo con el fin de hacer partícipe al público ñublensino de la versión nacional de "Don Quijote". Por último, y no menor, la iluminación, componente mágico de la velada, fue trabajo de Ricardo Castro.
Chillanejas en escena
El papel de Kitri, protagonista femenina de la obra, estuvo a cargo de Romina Contreras, bailarina estable del Teatro Municipal de Santiago, quien vive en la comuna de Maipú. Pero mucho antes de llegar a la Región Metropolitana, el pasado de la joven danzarina se remonta a Chillán.
"Sí, nací acá en Chillán, toda mi familia es de acá, sólo que mis papás se fueron a Santiago hace ya varios años. Entonces vinieron conmigo para que yo naciera acá y que toda mi familia estuviera presente", contó Contreras minutos antes de iniciar el último ensayo de ayer.
"Siempre fui súper inquieta y estaba en un colegio que tenía muchos talleres, hice muchas cosas antes, gimnasia rítmica, flamenco, árabe. Entonces una maestra dijo 'bueno, vamos a hacer una clase de ballet porque es la madre de todas las danzas'; ahí me enamoré como a los 7 años. Después me presentaron en la Escuela del Teatro Municipal y entré a los 9. Desde ahí no he parado más", narró sobre su acercamiento e inicios en la danza de la joven de 22 años, quien, además, en el escenario comparte roles con su pareja Rodrigo Guzmán, a cargo del papel del barbero, el amado de Kitri.
En cuanto a Dulcinea, si bien no es interpretado por una chillaneja de nacimiento, sí lo es por genética. "Mi papá es de Chillán, también sus hermanos y mi abuela. Mi mamá es de Purranque y conoció a mi papá en Santiago y, bueno, yo nací allá", señaló Katherine Rodríguez, también en instantes previos a realizar el último ensayo de la jornada de ayer y que finalizó con un éxito total.
Master class
Escuela Artística En las horas previas a la presentación de la obra "Don Quijote", los destacados bailarines Jaime Pinto y Francisca Moya dieron clases magistrales a alumnas de Danza Clásica de la Escuela de Cultura Artística. Se sumó a la jornada la academia de Danza de Beatriz Suazo, proveniente de Talcahuano.