Escritor sordo y con ceguera publicará su primera novela en plataforma Lulu
CASO. Este viernes Jaime Bustos lanzará su libro "Perros Bravos", el cual también fue un guión cinematográfico. Su historia de vida es un ejemplo de talento incontenible.
Jaime Bustos nació el 13 de noviembre de 1979 en Santiago y se convirtió en el cuatro hijo de un joven matrimonio. Su infancia la vivió en Quinta Normal y desde que pudo caminar y comunicarse demostró habilidades en los deportes, música y cine convirtiéndose en un niño normal lleno de energía y sueños. A los siete el destino y su cuerpo le comenzaron a poner freno a sus piernas y también a sus oídos y ojos: fue diagnosticado con Neuropatía Atrófica de Leber, una enfermedad que afecta a la visión, audición y al equilibrio.
"Mi enfermedad es de nacimiento y, de a poco, con el avanzar de los años fue apareciendo. Cuando tenía 7 años empecé a tener una disminución de visión. Mis padres me llevaron al médico y me diagnosticaron esta enfermedad. Desarrollaba mi vida de forma normal. Estudiaba en un colegio normal. Me gustaba que mi madre me llevara al cine a ver las películas de Sylvester Stallone y escuchaba mucha música. Entre mis grupos y cantantes favoritos estaban las bandas de rock latino como Los Prisioneros, Soda Stéreo, GIT y Silvio Rodríguez. Y, además, era jugador de fútbol de mis equipos de barrio. A los 11 años mi enfermedad comenzó a afectar s mi audición y a tener una pérdida de equilibrio", cuenta Bustos vía escrito ya que su visión reducida le dificulta comunicarse por lenguaje de señas.
La enfermedad fue avanzando progresivamente en el cuerpo de Jaime lo que le significó problemas en el colegio a manos de sus compañeros y profesores. "Era el año 96 e ingresé a estudiar al liceo A-90. La mayor parte de mis compañeros se burlaban de mi enfermedad y los profesores no me aceptaban. Mis padres y yo hablamos varías veces con ellos para que me entendieran, pero no hubo caso. Hasta que no aguanté más de tan malos tratos por parte de ellos y tomé la decisión de retirarme", revela el escritor desde su hogar en Las Mariposas, comuna de Chillán.
Tras esto Jaime pasó por varios colegios santiaguinos sin que la enfermedad tuviese freno ni retroceso. Pero ello no mermó su espíritu y el deseo por superarse fue superior. "Mi madre y yo pertenecíamos a la corporación de sordos/ciegos o personas en situación de discapacidad visual y auditiva de Chile llamada Corpaliv. Esta corporación decidió nombrarme líder de los sordos/ciegos chilenos, ya que me encontraban muy inteligente y con una buena personalidad. Y tuve la oportunidad de ir a Colombia junto a mi madre, como mi intérprete de señas, al congreso Latinoamericano y Mundial organización por la institución llamada Poscal (…) Allá conocí a mucha gente diferente y distintos métodos de comunicación. Como por ejemplo, recuerdo a una uruguaya que era sorda/ciega, era profesora de braile, sabia escribir en vidente y, para comunicarse, colocaba la mano en la garganta de las personas y, al hablarle, con su tacto entendía todo lo que le decían (…) En el fondo fue una experiencia maravillosa", afirma Bustos sobre una de la experiencias más significativas de su vida.
Perros Bravos
Jaime llegó a vivir a Chillán hace diez años junto a sus padres. Producto de su enfermedad, luego de terminar el colegio, no estudió pese que hizo los intentos por encontrar alguna carrera que respondiera a sus habilidades y capacidades. Todavía lleno de energía y deseando hacer algo más, comenzó a fraguar una historia que luego se transformó en un guion cinematográfico y que incluso logró interesar a gente del ámbito en Chile.
Finalmente el proyecto no continuó porque Jaime prefirió transformar su relato en "Perros Bravos", su primera novela que será publicada hoy en la plataforma Lulu.com y que tendrá un costo de cinco dólares. "Me gustan las comedias y decidí escribir una historia juvenil porque quiero comunicarme con el público joven que lo encuentro más entretenido", señala el autor quien también indica que para escribir el texto "incorporo algunos anécdotas que me sucedieron. Como cuando me tiré desde un resbalín y al final aterricé en el suelo", termina Jaime Bustos dando cuenta del humor depositado en las páginas de "Perros Bravos".
Extracto
Capítulo 1. El despertador indica las 11:40 de la mañana y Sebastián duerme profundamente emitiendo sensuales gemidos.
-Uuy, sí..., eso así. Dale, cachorrita -susurra con seducción en medio de un sueño erótico. Se mueve de un lado a otro cada vez más excitado, pero, de pronto, escucha sonar el celular que se encuentra en el velador, y se despierta incorporándose molesto y de golpe-. ¡NOOOOO! -cae tumbado en la cama, quedando con la boca y los ojos muy abiertos por un momento. Se tapa la cara sin poder creer que el celular, que continúa sonando, lo haya despertado. Sin querer volver a abrir los ojos comienza a buscarlo torpemente botando el despertador y el cenicero, hasta que lo encuentra y contesta la llamada aún medio dormido-. ¿Aló?
-Buenos días, Dóberman.
El chico reconoce la voz de su amigo Daniel, que le habla con simpatía. Con la palma de su mano se golpea afligidamente la frente, y regañándole le dice:
-¿Cómo se te ocurre despertarme justo cuando estoy en mi mejor sueño?
-¡Huevón caliente! (sic) -lo regaña también el amigo-. Levántate pa' que salgamos a huevear, el día está la raja -lo anima-.
-Bueno ya.