Evocando a Marta Colvin
Señor Director:Marta Colvin Andrade (1907 -1995), escultora, nacida en Chillán, cuyo destino cambia a raíz del terremoto de Chillán de 1939. Para esa fecha, estaba casada con Fernando May Didier, tenía tres hijos, cuando emigra a Santiago a casa de sus padres, tras caerse la casa familiar del Fundo El Mono. Es allí, en Santiago, donde comienza a formarse profesionalmente en la Escuela de Bellas Artes con los maestros, Julio A. Vásquez y Lorenzo Domínguez. Lo que sucede en su vida después de Chile, es la parte más conocida de su carrera: beca del gobierno francés, contacto con los mayores referentes de la escultura a nivel mundial en París y Londres: Laurens, Martin, Zadkine, Moore, etc. Primer Premio en la VIII Bienal de Sao Paulo, 1965 y Premio Nacional de Arte, 1970. Sus obras están presentes en Europa occidental, América y Asia.
Chillán cuenta, en la actualidad, con el único museo dedicado a su obra, instalado en el mismo parque del Fundo El Mono, adyacente a la casa que la misma artista diseñara posteriormente al terremoto, hoy campus de la Universidad del Bío Bío, donado por la familia May Colvin.
Quiero recordar a Marta Colvin a 111 años de su nacimiento con un episodio, de su primera aproximación a la plástica. Siendo aún una niña en Chillán, su abuelo paterno la llevó a una exposición de dibujo de un profesor del Liceo de Hombres, Eduardo Videla, quien firmaba como Crayon Noir. A Marta le causó agrado su trabajo y posteriormente redactó una composición en su establecimiento con sus impresiones de la exposición, el Liceo Americano de Señoritas y esta nota fue publicada en la revista de ese colegio. Al enterarse de esto el profesor-artista, quiso conocer a la niña que le había dedicado esas líneas a su trabajo, fue hasta su casa y solicitó dibujarla en agradecimiento a ese gesto suyo. Décadas más tarde, Marta Colvin, ya consagrada artista, reconoce conservar ese dibujo, en una entrevista.
Alicia Romero Silva, historiadora
Toma UBB La Castilla
Señor Director:Ya este lunes 25 se hacen 2 meses de la toma de la sede de la Castilla de la Universidad del Bío Bío. Dos meses de clases perdidas, dos meses en los que se ha retrasado el semestre académico. En un principio fue la toma de la carrera de pedagogía en historia perdió fuerza, pero ahora quienes están exigiendo son la carrera de pedagogía en matemáticas quienes están en paro ya hace 3 meses. Lo que exigen como carrea es bien simple, la renuncia del jefe de carrera, apellidado Rosales, entre sus motivos declaran la incompetencia de éste, por lo cual la carrera ha estado en paro desde hace 3 meses. Lo único que se exige es eso, la renuncia del jefe de carrera. De ahí el lema de la toma "Si Rosales no se va, la toma no se baja
Entonces ¿a tal punto llega el orgullo de estos sujetos el querer conservar un puesto, un cargo, y dejar que la carrera que dirigen esté en paro durante 3 meses? ¿A tal punto ha de llegar que dejar que las carreras de pedagogía pierdan meses de clases, por su orgullo y el mero hecho de querer conservar un puesto y estatus? Realmente me sorprende el orgullo, dejar que cientos de estudiantes pierdan clases por no querer salirse de un puesto. Realmente sorprende la nula empatía con los estudiantes y los oídos cerrados frente a las exigencias.
Pedro Neira Cisternas
Ley de Inclusión Laboral
Señor Director:A un poco más de un año de la promulgación de la ley 21.015, es importante avanzar en su implementación efectiva. En concreto se dictamina a las empresas con más de 100 trabajadores contratados, tener al menos el 1% de la dotación con alguna situación de discapacidad o con pensión de invalidez. Recientemente comenzó a regir esta normativa para entidades públicas y empresas de más de 200 trabajadores. Pese al avance que implica contar con este soporte legislativo, el gran desafío es reconocer el estado de discapacidad independiente de la situación de trabajo y de ingreso, pues discapacitado no quiere decir imposibilitado de trabajar. Los resultados del II Estudio Nacional de la Discapacidad revelan el 22,4% de la población adulta de la región del Biobío se encuentra en situación de discapacidad, proporción más alta que el promedio nacional (20%).
Otro desafío es empoderarse para aceptar las nuevas oportunidades que se vienen con los derechos y deberes que conlleva una ley de esta índole, especialmente considerando que un ambiente laboral inclusivo se consolida cuando todos sus trabajadores son apreciados y tratados de manera justa y respetuosa, teniendo igual acceso a oportunidad y recursos y teniendo en cuenta que no existe impedimento para que puedan colaborar en el éxito de la organización.
Jaime Hermosilla Pereira