Abusos, reparación y acompañamiento
La Iglesia Católica en Chillán ha tomado la determinación de transparentar los casos y apoyar a las víctimas con una Departamento orientado a la prevención y acogida.
A medida que la comunidad de Chillán y Ñuble van conociendo detalles de las investigaciones previas iniciadas desde el Obispado de la Diócesis San Bartolomé, la consternación por hechos que involucra a menores de edad se ha tomado el debate y las discusiones familiares.
Durante muchos años, en Chillán, actos reñidos con la moral y las leyes fueron un secreto a voces hasta que las víctimas se atrevieron a acudir a la justicia en busca de sanción y reparación del daño causado. Aún así, no fue hasta la investigación ordenada desde Roma por el Papa Francisco y en la cual reconocería más tarde que existieron encubrimientos de muchos casos de abuso, que la jerarquía de la Iglesia Católica local decidió actuar con una mayor apertura y dar a conocer públicamente las indagatorias en curso, como asimismo aquellos casos en los cuales la autoridad eclesiástica decidió sancionar con la suspensión del oficio pastoral y el llamado a una vida de retiro.
Cada investigación, cada sanción o antecedente constituyen hechos dolorosos para los fieles católicos, pues son un verdadero golpe a la confianza que muchas personas depositaron en sus párrocos y confidentes, movidos por la fe en sus pastores. Ahora bien, tal como se ha dicho en columnas y cartas escritas a este medio, pese a que el número de casos que se conocen ha ido en aumento en las últimas semanas, sería injusto generalizar, por cuanto en Ñuble han existido y existen hombres y mujeres dedicados a una vida consagrada que a diario dan prueba de una vocación al servicio de sus comunidades parroquiales y de los más vulnerables de nuestra sociedad. Recuperar las confianzas, entonces, será un trabajo arduo y largo, pero posible y necesario para sanar las heridas, sin olvidar el dolor de quienes sufrieron los atropellos y abusos de poder, de conciencia, o de otra índole. "Nos falta todavía para dar pasos más concretos para acercarnos a las víctimas, pues son ellas las que quedan marcadas para toda la vida", ha dicho el obispo de Chillán, Carlos Pellegrin.
Por ello, un paso importante para encaminarse a esta reconciliación es el que se anunció este miércoles, con la creación de un Departamento de prevención, acogida y acompañamiento de abusos, que a fines de este mes comenzará a atender en la Diócesis. Tal iniciativa es parte de los compromisos asumidos por los obispos de Chile reunidos recientemente en Punta de Tralca, y estará integrado por una abogada y una sicóloga.
Junto con conocer la verdad de los casos acaecidos en Chillán, es también importante la reparación y es de esperar que estas instancias permitan un acompañamiento sincero, oportuno y profesional hacia las víctimas, como una manera de decir "nunca más" a estas prácticas que tanto daño han causado ya en nuestra sociedad.